La ministra de las Culturas, las Artes y los Saberes, Yannai Kadamani, confirmó en una entrevista a EFE que existe una disposición positiva por parte de las autoridades españolas para entablar un diálogo sobre la posible repatriación de este conjunto arqueológico, aunque advirtió que se trata de un procedimiento complejo y prolongado.
La petición oficial fue remitida en mayo de 2024 mediante una carta dirigida a funcionarios del Ministerio de Cultura de España, según informó Kadamani.
El argumento central de la solicitud radica en que las piezas constituyen bienes de interés cultural para Colombia.
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El Tesoro de Quimbaya comprende 122 piezas precolombinas de oro y tumbaga, halladas a finales del siglo XIX en el departamento del Quindío, en el centro del país.
Esta colección, que actualmente forma parte de las exhibiciones del Museo de América de Madrid, incluye tocados, recipientes, narigueras, collares, pendientes, figuras de caciques, poporos e instrumentos musicales, entre otros objetos.
El origen de la colección se remonta a 1890, cuando guaqueros descubrieron los objetos en dos tumbas precolombinas cerca de la ciudad de Filandia.
Aunque la región ya era conocida por su riqueza arqueológica, el hallazgo despertó un gran interés entre comerciantes y coleccionistas de la época.
En agosto de 1891, el Gobierno colombiano adquirió la colección completa, entonces compuesta por 433 objetos, con la intención de exhibirla en Madrid durante la conmemoración del cuarto centenario de la llegada de los españoles a América.
La entrega definitiva del tesoro a España se produjo en 1893, cuando el entonces presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino lo obsequió a la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Según un documento de 1891, la donación se realizó “como muestra de nuestro agradecimiento por el servicio que nos prestó sirviéndonos de árbitro en nuestro pleito con Venezuela sobre delimitación de fronteras”. El propio Holguín describió la colección como “la más completa y valiosa, toda de oro finísimo, de la industria de los aborígenes de Colombia”.
Actualmente, las 122 piezas que se conservan en Madrid representan menos de un tercio del total hallado en Filandia, que también incluía cerámica, piedras y tejidos. Otras 74 piezas se encuentran en un museo de Chicago, Estados Unidos, y el paradero de varios cientos de objetos adicionales permanece desconocido.
El reclamo colombiano se apoya en un fallo de la Corte Constitucional de 2017, que resolvió a favor de la acción interpuesta por Felipe Rincón Salgado y Antonio José Rengifo en 2006. Donde se argumentó la irregularidad del regalo al no ser aprobado por el Congreso, como lo dictaba la ley entonces.
En declaraciones a EFE, Kadamani subrayó que el proceso de restitución requiere paciencia y voluntad política: “Yo creo que el movimiento decolonial es una ética en la que todos estamos empezando a confluir e incluso los Estados europeos también tienen una disposición genuina de conversación”. La ministra explicó que, tras dos siglos de una narrativa diferente, “implementar otra conversación requiere reflexiones, requiere voluntades y requiere tiempos”.
En contraste, el Presidente Gustavo Petro en su cuenta de X declaró sugirió que el oro incautado en Huila al Grupo Armado Organizado residual Comandos de Frontera podría usarse para hacer una nueva versión del Tesoro. “Esto debería pasar al Banco de la República pero queremos que se haga la réplica del tesoro Quimbaya, para traer su replica a Colombia”.
Esta gestión se compara con la reclamación de los frisos de la Acrópolis por parte de Grecia al Museo Británico, la solicitud de México para la devolución de la Corona de Moctezuma al Museo de Etnología de Viena y la devolución del Moai a Chile, también en propiedad del Museo Británico.