La actividad de los motochorros puede servir de termómetro cuando se pretende evaluar el nivel de violencia que jaquea al conurbano bonaerense. Anteayer, en Lomas de Zamora, un hombre fue asaltado por dos delincuentes que se trasladaban en una moto. Llegaron a martillar un arma, lo obligaron a tirarse al piso y le robaron el vehículo del que acababa de bajar. En el mismo partido, cerca de ese hecho ocurrido en Villa Centenario, una mujer fue baleada al negarse a ser asaltada.
Varias veces se anunció como medida preventiva que se prohibiría la circulación de dos personas en una moto, pero la mayoría de esos intentos, como el de exigir que circulen con la patente impresa en el chaleco y el casco, no funcionaron por el rechazo de los usuarios que la consideraron estigmatizante, más allá de que no había autoridad para aplicarlo. Los anuncios sobre el lanzamiento del Anillo Digital de Seguridad deberían contemplar también a las motos.
Espanta la cantidad de asaltos a mano armada protagonizados por quienes no tienen ningún respeto por la vida. Lo mismo ocurre con el aumento del número de menores no punibles acusados de delitos. La administración de Axel Kicillof propuso que los intendentes tengan responsabilidad directa frente a estas modalidades delictivas. Pero ni unos ni otros han dado muestras efectivas de estar solucionando el tema.
El Ministerio de Seguridad Nacional presentó en Diputados un proyecto que ya consiguió dictamen, tendiente a modificar el Código Penal para aumentar las penas a delincuentes que cometen robos en motos. Mientras el legislador Gerardo Milman (Pro) argumentó que “en la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires estos delitos se suceden por minuto y representan el 54,9%”, Martín Soria (Unión por la Patria) anticipó el rechazo al proyecto por considerarlo “marketing punitivista”. De sancionarse, la pena mínima pasará a un año para hurto y a dos cuando se trate de robo por parte de un asaltante en moto.
Agravar las penas de los delitos cometidos con moto, limitando también las excarcelaciones, es una alternativa que debería concitar los mayores apoyos políticos. Está en juego la vida de las personas.