Según datos de Unicef, a fines de 2024, ocho de cada diez adolescentes conocían a alguien que había jugado en casinos online, legales o clandestinos. Estudios recientes revelan que el 50% de los jugadores que comienzan apostando siendo menores de edad acaban siendo adictos al juego.
Hasta junio del año último el sistema de permisos para operar licencias de sitios de apuestas online era abierto. Frente a la decisión de la ciudad de Buenos Aires de limitarlos para frenar el aumento de la ludopatía juvenil, pasaron a multiplicarse los sitios clandestinos, muchos con vínculos internacionales y sin ningún control del Estado. Solo las plataformas que figuran en el sitio oficial de entes reguladores nacionales o provinciales están autorizadas, para lo cual deben tener la terminación bet.ar. La publicidad disfrazada vía influencers encubre su ilegalidad.
En octubre pasado, un megaoperativo en CABA había permitido incautar más de 250 millones en efectivo, además de criptomonedas, en una causa penal por juego clandestino. A partir de ella, se bloquearon 72 plataformas de juego clandestino y se notificó a influencers con millones de seguidores que promocionaban estos sitios por fuera de la ley. A la fecha, ya son unos 110 los creadores de contenidos y figuras públicas investigados por promocionar sitios de apuestas ilegales.
Desde la Fiscalía Especializada en Juegos de Azar (FEJA) de la ciudad de Buenos Aires, a cargo de Juan Rozas, varios ya fueron imputados por promover plataformas de apuestas ilegales en violación del artículo 301 bis del Código Penal. En muchos casos, incluso, la publicidad estaba específicamente dirigida a niños.
En estos días, conocimos la campaña oficial contra las apuestas ilegales que, por orden judicial, debieron protagonizar varios de los influencers denunciados. En virtud del acuerdo de reparación integral del perjuicio ocasionado, con su imagen y voz, advierten sobre los riesgos del juego clandestino. Son 27 los que ya firmaron y 16 participan en la campaña difundida, entre los que se hallan Wanda Nara, Elián Valenzuela (L-Gante), Florencia Vigna, Bárbara Silenzi, Sasha Ferro, Lola Tomaszeuski, Mario Laurens, Traniela Campolieto, Mariano de la Canal, Facundo Guarino, Ignacio López, Gabriel Orcellet, Romina Uhrig, Mariano Valenzuela, Tomás Álvarez y Nicolás Voutrinas Fontán.
El compromiso asumido en el acuerdo supone subir durante al menos tres días los videos a sus historias. Deberán publicar por lo menos por un mes en su perfil de Instagram materiales explicando estas cuestiones. La reparación se completa con un curso presencial obligatorio de concientización dictado por Lotería de la Ciudad sobre los peligros de la ludopatía y el juego ilegal.
Sin embargo, es de suponer que no se ha prestado atención a un detalle muy relevante: el mensaje que se acordó con los influencers se dirige a advertir respecto de la inconveniencia de las apuestas ilegales, al tiempo que fomenta en forma subliminal, o no tanto, las apuestas realizadas en plataformas no prohibidas.
El acuerdo al que arribaran las personas sometidas a proceso con la Lotería de la Ciudad y el Ministerio Público Fiscal dilapidó una oportunidad de prevenir, cuando ostensiblemente se ha transformado en una campaña a favor del juego. Deberían decir no al juego, y no solo al juego ilegal, para no dar lugar a un sospechoso favor a las empresas de juego desde el Estado.
Inducir a los jóvenes a pensar que apostar sirve para hacer dinero sin esfuerzo ni trabajo, en una sociedad que no ofrece las oportunidades que necesitan, es promover una adicción que destruye vidas y familias. Que el Estado, bajo la cobertura de un acuerdo judicial, impulse el juego favoreciendo a las empresas que lo explotan es realmente inadmisible. No podemos permitirlo.