Abrir un bote de conservas o mermelada puede convertirse en una pequeña batalla doméstica. Da igual cuánta fuerza se haga o cuántos golpecitos se den en la tapa: hay botes que parecen sellados a prueba de humanos. Y aunque existen mil trucos caseros para conseguirlo, no todos son seguros ni eficaces.
La creadora de contenido Jessica Maurín (@jessica_mauriin) lo demostró en uno de sus vídeos más recientes. Cansada de ver cómo muchos intentan abrir los botes «a golpes o con cuchillos mal usados», decidió enseñar el método que aprendió de su padre: un gesto sencillo que elimina el vacío sin esfuerzo y sin dañar la tapa.
Su truco ha despertado la curiosidad de algunos usuarios porque no requiere fuerza bruta ni utensilios complicados. Solo hace falta observar bien el borde de la tapa y aplicar un pequeño movimiento con la herramienta adecuada en el punto exacto. El resultado: el aire entra, el vacío se rompe y el bote se abre con total facilidad.
POR QUÉ NO SIEMPRE FUNCIONAN LOS GOLPES
La mayoría de personas intenta abrir los botes golpeando los bordes de la tapa contra la encimera o dándoles palmadas en la base, pero estos métodos no siempre resultan efectivos. De hecho, además de dañar el vidrio o deformar la tapa, pueden provocar accidentes si el envase se rompe o resbala.
El problema no está en la fuerza, sino en el vacío. Durante el envasado, el aire se extrae para conservar mejor el contenido, lo que deja una presión negativa en el interior. Esa diferencia de presión es la que mantiene el bote sellado y hace que resulte tan difícil abrirlo.
Romper ese vacío de forma controlada es la clave. Y ahí es donde entra el método de Jessica: una técnica sencilla que evita riesgos y que, una vez se aprende, resulta infalible.
EL TRUCO QUE APRENDIÓ DE SU PADRE
En el vídeo, la creadora muestra un detalle que muchos pasan por alto: las pequeñas ranuras o hendiduras que suelen tener las tapas metálicas. En una de ellas se introduce suavemente la punta de un cuchillo, o el extremo de una herramienta fina, y se ejerce una ligera palanca hasta escuchar un leve «clic». Ese sonido indica que el vacío se ha roto y que la tapa puede girarse sin esfuerzo. «Pensaba que todo el mundo lo sabía, pero me he dado cuenta de que no», comenta Jessica en el vídeo, agradeciendo el consejo a su padre.
Desde entonces, miles de usuarios han probado el truco en casa y aseguran que funciona con casi cualquier tipo de bote, siempre que se realice con cuidado y sin aplicar demasiada presión.
OTROS MÉTODOS EFICACES Y SEGUROS
Además del truco de la palanca, existen otros métodos populares. Uno de ellos utiliza guantes de látex o de goma –o simplemente un paño de goma– para obtener mayor tracción y girar la tapa más fácilmente. Otros aplican agua caliente sobre la tapa de metal durante unos segundos para que el calor dilate el metal y afloje el cierre, facilitando el giro.
Ante la duda, existen herramientas específicas como un abridor de tarros, diseñadas para abrir frascos herméticos de manera segura. Lo importante, como recuerda la propia creadora, es evitar los golpes y el exceso de fuerza, que pueden provocar cortes o roturas.