Colocarse el cinturón parece una tarea sencilla, pero hacerlo de forma incorrecta puede alterar la silueta del pantalón y deformar la cintura.
Aunque muchos atribuyen este problema a la talla o al diseño, el error suele estar en la manera de abrocharlo.
El creador de contenido y aficionado a la moda Valentino López (@valenlopezzl) explicó en uno de sus vídeos que existe “la forma correcta” de colocarlo para mantener el ajuste ideal.
Su método consiste en alinear el botón del pantalón con la hebilla del cinturón y, antes de cerrarlo, introducir el agujero dentro del cuadrado de la hebilla. Este gesto, aparentemente menor, consigue que el cinturón siga la línea natural de la cintura sin arrugas ni deformaciones.
El procedimiento tiene una lógica práctica. Al centrar la presión del cinturón, se evita que tire el tejido hacia un lado, lo que ayuda a conservar la forma del pantalón y mejora la comodidad sin necesidad de apretarlo demasiado. De este modo, el accesorio cumple su función estética y funcional, manteniendo la prenda en su lugar sin alterar la silueta general del conjunto.
Más allá del ajuste, la dirección en la que se coloca el cinturón también tiene relevancia. La firma madrileña Miguel Bellido, con más de 70 años de experiencia en la fabricación artesanal de cinturones, recuerda que la tradición y el protocolo establecen un sentido específico para cada género.
En el caso de los hombres, debe colocarse de izquierda a derecha, de modo que el extremo libre quede hacia el lado izquierdo del cuerpo. Esta norma proviene de los uniformes militares y de la confección pensada para personas diestras, pero continúa siendo una referencia de elegancia. “Seguir el protocolo para usar el cinturón no es solo una regla, es una muestra de atención al detalle y respeto por la moda”, explican desde la marca.
En las mujeres, la orientación se invierte: se abrocha de derecha a izquierda y el extremo libre debe quedar hacia el lado derecho del cuerpo. Este hábito procede de la confección histórica de las prendas femeninas, que solían abotonarse en sentido contrario a las masculinas.

Aunque actualmente muchos diseños se han unificado, respetar esta tradición contribuye a mantener la armonía visual del atuendo y a reforzar la coherencia estética del conjunto.
Una vez elegido el lado correcto, el siguiente paso es encontrar el punto de ajuste adecuado. Los fabricantes recomiendan usar el tercer agujero del cinturón, ya que proporciona un equilibrio óptimo entre sujeción y comodidad. Además, el extremo libre no debería sobrepasar la segunda presilla del pantalón para evitar pliegues o deformaciones con el uso.
También se aconseja pasar el cinturón por todas las presillas, especialmente en pantalones de vestir, verificando que permanezca recto. En modelos más casuales, como los de lona o los trenzados, el truco de Valentino López ayuda a que el cinturón no se desplace al caminar o sentarse, conservando la forma del pantalón durante toda la jornada.
Por María Camila Salas Valencia