
La mudanza de una histórica automotriz argentina hacia una planta construida especialmente para la fabricación de camiones y buses representa un cambio estructural para el sector manufacturero local. El predio, de más de 20 hectáreas, ocupa casi 43.000 metros cuadrados de superficie cubierta y busca centralizar todas sus operaciones en un complejo de última generación ubicado en Zárate, provincia de Buenos Aires.
El traslado de la producción de camiones y buses de la marca responde a los desafíos de la industria local y global. El complejo actual de González Catán, donde la firma mantuvo sus operaciones durante décadas, ya enfrentaba restricciones de espacio y de actualización tecnológica. La nueva planta en Zárate introduce procesos y maquinaria diseñados para incrementar los niveles de eficiencia y calidad, un aspecto que los directivos consideran fundamental para fortalecer la presencia en el mercado.
La compañía destinó una inversión inicial de 50 millones de dólares para adquirir el predio y construir las nuevas instalaciones, según confirmaron fuentes del sector. El complejo se diseñó exclusivamente para la producción de camiones y buses. Este enfoque funcional marca un contraste con la sede antigua, que atendía procesos de fabricación de una gama más amplia de vehículos.
Una vez consolidado el traslado, el nuevo centro de producción permitirá aumentar la escala fabril, concentrar la logística y reducir los tiempos de fabricación. La nave principal incluye áreas de soldadura, pintura y ensamblado cuyos trazados privilegian los flujos lineales y máximizan la capacidad operativa. La localización cercana a la autopista Buenos Aires-Rosario facilita el acceso a los principales corredores logísticos del país, optimizando la distribución tanto para el mercado interno como para la exportación regional.

Cristiano Rattazzi, referente histórico de la compañía en la Argentina, supervisó personalmente los avances del proyecto, informaron allegados a la automotriz. El directorio de la casa matriz en Europa aprobó la construcción de la planta luego de varios años de evaluación y presentaciones técnicas. El diseño incluyó criterios de sustentabilidad ambiental, eficiencia energética y posibilidades de crecimiento futuro, con una reserva de espacio para la expansión de líneas de montaje y depósito.
Durante la etapa inicial, el complejo apunta a ensamblar más de 3.000 camiones y buses al año en una primera línea de producción. El plan de la empresa contempla incrementar esa cifra con el relanzamiento de modelos específicos orientados a la demanda regional. La nueva nave, con equipamiento adaptado a plataformas modulares, provee flexibilidad para atender la fabricación tanto de unidades tradicionales como aquellas propulsadas por tecnologías alternativas.
Entre los elementos tecnológicos destacados, se instalaron robots de soldadura y sistemas informatizados de control de calidad en tiempo real, lo que posibilita monitorear cada etapa del ensamblado directamente desde una central digital. El área de pintura incorpora cabinas con filtros especiales para minimizar las emisiones y mejorar el acabado, en línea con las normativas internacionales. El sector de logística, contiguo al centro de operaciones, almacena insumos y piezas claves permitiendo un flujo ágil de los materiales hacia las líneas productivas.
El predio brinda, además, oficinas administrativas, comedor, vestuarios y áreas de capacitación para el personal. El traslado no solo implica un cambio en la infraestructura fabril; también transformó la modalidad de trabajo de los equipos. La empresa desplegó programas de formación para operarios y técnicos en procesos de manufactura avanzada y herramientas digitales. La intención de la automotriz es que la mudanza de González Catán a la planta de Zárate no interrumpa la producción ni afecte la continuidad laboral de los trabajadores, quienes tuvieron la posibilidad de trasladarse a la nueva sede.

La ubicación a la vera de la autopista, combinada con los terrenos libres en el complejo, ofrece espacio para futuros desarrollos de movilidad eléctrica, aseguran fuentes de la empresa. El predio está diseñado para soportar instalaciones de cargadores y almacenamiento de baterías de gran porte, de manera que la firma pueda incorporar nuevas tecnologías conforme avance la transición productiva del sector a nivel global.
El acceso al puerto de Zárate se torna un factor central para las perspectivas de exportación de camiones y buses producidos en el país. Desde el nuevo sitio, la marca busca no sólo consolidar su posición en el mercado argentino, sino también recuperar presencia en mercados regionales, especialmente en países limítrofes del Mercosur. La amplitud del predio y la flexibilidad del layout permitirán responder a variaciones en la demanda y a la evolución de los requisitos técnicos y normativos de cada mercado.

En este contexto, la decisión de la automotriz de mudar la producción busca garantizar la continuidad y el desarrollo del negocio en un entorno caracterizado por la competencia global y la presión por incorporar nuevas tecnologías en la industria automotriz. El foco en camiones y buses responde a la estrategia de participar activamente en segmentos con potencial de crecimiento y menos saturación que otros rubros de vehículos.
El proceso de mudanza incluyó etapas de pruebas en línea de montaje, testeo de maquinaria, capacitación de recursos humanos e integración progresiva de las operaciones. La empresa realizó encuentros informativos con autoridades municipales y provinciales, sindicatos y proveedores, para garantizar el éxito del traslado. El cronograma definió que el traspaso de la línea principal de producción finalizara antes de fin de año, en busca de iniciar 2026 con la nueva planta plenamente operativa.
La transformación de una sede tradicional de la industria automotriz en un complejo moderno muestra la relevancia de la apuesta por infraestructura renovada y soluciones técnicas avanzadas para las necesidades de transporte del país y la región.
