El mundo de la cocina está lleno de trucos caseros que mejoran mucho las comidas y que son fáciles de aplicar. El pan es un alimento esencial en la mesa de muchas familias, pero no siempre se consume a tiempo y puede ponerse duro rápidamente. Una forma de conservarlo por más tiempo es congelarlo, aunque luego muchos no saben cómo descongelarlo para que quede fresco y esponjoso.
Para evitar que se reseque el producto, existen formas sencillas de devolverle su textura original y que parezca recién hecho. Para esto, solo hay que tener en cuenta una serie de pasos simples que garantizan que el alimento mantenga su calidad después de pasar por el freezer.
Lo primero a tener en cuenta es saber elegir el tipo de pan adecuado. Los que tienen corteza firme y miga densa, como las baguettes o los de masa madre, son ideales para congelar porque conservan mejor la humedad y recuperan su textura con mayor facilidad.
Otro detalle a tener en cuenta es dejarlo enfriar por completo. Si el pan fue horneado o recalentado, es importante que se enfríe antes de ir al freezer, así se evita que el vapor interno genere humedad indeseada al congelarse.
Además, hay que envolver al pan correctamente al guardarlo. Para protegerlo del frío y evitar la formación de cristales de hielo o la absorción de olores, conviene cubrirlo con papel el de aluminio o bolsas especiales para congelar. Un dato no menor es que siempre hay que retirar todo el aire posible.
Los tres métodos recomendados para que el pan conserve su textura y sabor al descongelarse
- Descongelado lento en la heladera: dejar el pan dentro del refrigerador durante varias horas o por la noche, permite una descongelación gradual y uniforme. Luego, para devolverle su crocancia, se puede humedecer apenas la superficie y colocarlo unos minutos en el horno a 180 °C.
- Método rápido con horno: para quienes tienen poco tiempo, se puede precalentar el horno a 200 °C, calentar el pan durante cinco minutos, apagarlo y dejarlo reposar dentro sin abrir la puerta durante otros cinco minutos. Eso permitirá el vapor quede dentro. Finalmente, hay que dejarlo enfriar a temperatura ambiente antes de servir.
- Opción rápida con microondas: este método es ideal para emergencias. Para hacerlo, primero se debe envolver el pan en un paño limpio y húmedo, y luego calentarlo en el microondas por 15 segundos. Si aún no está listo, se puede repetir el proceso en intervalos cortos, siempre cuidando de no pasarse de tiempo para que no se queme o quede gomoso.
Si se siguen estos consejos, es posible disfrutar de pan congelado con el mismo sabor y textura que uno recién horneado. Ya sea para el desayuno, una picada o una comida especial, el pan recupera su frescura sin complicaciones y sin perder calidad.