
El pan casero con harina común es una receta clásica, ideal para quienes quieren iniciarse en el mundo de la panadería sin complicaciones.
Por generaciones, se ha convertido en una costumbre familiar, pues en tiempos de escasez o cuando se desea compartir algo especial y hecho a mano, el pan casero se convierte en protagonista absoluto.
Además, es ideal tanto para desayunos y comidas como para acompañar almuerzos y cenas, por lo que es utilizado como un lienzo en blanco para innumerables variantes: desde el clásico con miga tierna, hasta versiones con semillas, frutos secos o harinas integrales.

Receta de pan casero con harina común
Hacer pan casero con harina común es mucho más accesible de lo que parece, pues la receta evita la complejidad de la masa madre o el levado largo, facilitando el proceso y convirtiéndolo en una opción práctica para quienes cuentan con poco tiempo o es su primera preparación.
El secreto para lograr el resultado deseado reside en una breve fermentación inicial y un horneado cubierto que simula la cocción en horno de barro, logrando así una corteza crocante y una miga suave.
Ingredientes
- 400 ml de agua templada
- 15 g de levadura fresca (o 5 g de levadura seca de panadería)
- 1 cucharadita de azúcar
- 600 g de harina común (000 o todo uso, no leudante)
- 10 g de sal fina
- 3 cucharadas de aceite (más extra para engrasar)
- Harina adicional para espolvorear
- Papel vegetal y aceite extra para la bandeja

Cómo hacer pan casero, paso a paso
- En un bol grande, vierte el agua templada y agrega la levadura fresca desmenuzada y el azúcar. Remueve hasta que se disuelvan completamente.
- Añade la mitad de la harina común y las 3 cucharadas de aceite. Mezcla bien, procurando deshacer todos los grumos.
- Cubre el recipiente con un paño limpio y deja que repose a temperatura ambiente durante 20 minutos, hasta que la mezcla burbujee.
- Incorpora el resto de la harina y la sal. Mezcla hasta obtener una masa espesa.
- Espolvorea harina en la superficie de trabajo y vuelca la masa. Amasa durante 2 minutos con las manos ligeramente aceitosas.
- Forma una bola con la masa y colócala sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal y un poco de aceite.
- Haz dos cortes superficiales en la masa con un cuchillo afilado. Si deseas un acabado rústico, espolvorea harina por encima.
- Cubre la masa con un recipiente apto para horno (como un bol o cacerola engrasada) de unos 24 cm de diámetro.
- Lleva al horno precalentado a 200 °C (calor arriba y abajo) y hornea 45 minutos.
- Destapa, retira del horno y deja enfriar sobre una rejilla antes de cortar y servir.

Este alimento es una opción clásica en la cocina de cualquier hogar, ideal para quienes buscan una receta sencilla y accesible.
