La ropa blanca es un básico en cualquier armario, puesto que es un color que se considera elegante, fresco y versátil. Sin embargo, también es la más difícil de mantener impecable. Con el paso del tiempo, es común que las prendas adquieran un tono amarillento, ya sea en áreas específicas como el cuello y las axilas o en toda la superficie de la tela.
Estas manchas suelen ser frustrantes porque dan la sensación de descuido, incluso cuando la prenda está limpia. La buena noticia es que existen múltiples métodos para devolverle a tus prendas blancas su aspecto original sin dañarlas.

A continuación, te compartimos cómo quitar las manchas amarillas en la ropa blanca con productos caseros como comerciales:
¿Por qué aparecen las manchas amarillas en la ropa blanca?
Antes de buscar soluciones, es importante entender el origen del problema. Algunas de las causas más comunes son las siguientes:
- Sudor y desodorante: esta combinación, especialmente las sales de aluminio que suele estar en los antitranspirantes, produce manchas amarillas difíciles de quitar.
- Acumulación de detergente: usar demasiado jabón o no enjuagar bien la ropa provoca residuos que con el tiempo generan un tono amarillento.
- Almacenamiento inadecuado: guardar la ropa blanca por largos períodos en lugares húmedos o sin ventilación favorece la aparición de manchas.
- Exposición al paso del tiempo: las fibras de algodón y lino tienden a volverse amarillentas de forma natural con los años, aun cuando no se usen.
- Agua dura: los minerales presentes en el agua pueden fijarse en la tela y contribuir al cambio de color.
Métodos caseros para eliminar manchas amarillas
Es un clásico de la limpieza gracias a su poder blanqueador y desodorizante. Simplemente, se debe seguir el siguiente procedimiento:
- Mezclar 4 cucharadas de bicarbonato con un poco de agua hasta formar una pasta.
- Aplicar directamente sobre la mancha y frotar suavemente.
- Dejar actuar por 30 minutos y luego lavar la prenda de forma habitual.

El ácido cítrico del limón ayuda a descomponer las manchas y la sal potencia su acción al seguir este paso a paso:
- Exprimir el jugo de un limón sobre la zona afectada.
- Espolvorear un poco de sal encima.
- Dejar la prenda al sol durante una hora para potenciar el efecto blanqueador.
- Enjuagar con abundante agua.
El vinagre es un excelente aliado para neutralizar olores y suavizar las fibras. Para implementarlo, estos son los pasos a seguir:
- Añadir una taza de vinagre blanco en el ciclo de enjuague de la lavadora.
- Para manchas localizadas, remojar la prenda en una mezcla de vinagre y agua (proporción 1:2) durante 30 minutos antes de lavar.
El peróxido de hidrógeno es un blanqueador suave que no daña las fibras, por lo cual es ideal para telas delicadas como algodón y lino. Si se desea probar hay que:
- Combinar una parte de agua oxigenada con dos partes de agua.
- Remojar la prenda durante una hora en esta solución y luego lavar como de costumbre.
Para manchas más persistentes, se puede combinar lo mejor de ambos productos de la siguiente manera:
- Mezclar bicarbonato con agua oxigenada hasta formar una pasta.
- Aplicar sobre la zona amarillenta, frota con un cepillo de cerdas suaves y dejar reposar 20 minutos antes de enjuagar.
Cuando las manchas son muy antiguas o rebeldes, los productos especializados pueden ser de gran ayuda. Entre las opciones disponibles en el mercado, se encuentran:
- Blanqueadores sin cloro: ideales para evitar que las fibras se debiliten o se amarilleen aún más.
- Removedores de manchas enzimáticos: descomponen los restos de sudor y desodorante sin dañar la tela.
- Detergentes para ropa blanca: formulados con agentes ópticos que devuelven el brillo y previenen el amarillamiento.
Un consejo práctico es leer siempre las etiquetas de cuidado de la prenda antes de aplicar cualquier producto para evitar daños irreversibles.

