Cómo Sanae Takaichi provocó la ira de Xi Jinping y salió fortalecida con una aprobación récord

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La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, habla en una conferencia de prensa tras la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Gyeongju, Corea del Sur. (REUTERS/Kim Hong-ji)

La tensión diplomática entre Japón y China ha escalado a niveles no vistos en años, pero la protagonista del enfrentamiento, la primera ministra Sanae Takaichi, emerge fortalecida del conflicto con índices de aprobación que superan el 70%, según reporta The Wall Street Journal.

El choque comenzó cuando Takaichi respondió a una pregunta parlamentaria sobre la posibilidad de que Japón interviniera militarmente si China bloqueara Taiwán. Su respuesta afirmativa desencadenó una reacción fulminante desde Beijing, que ha desplegado una campaña de presión multifacética contra Tokio.

Las represalias chinas incluyen críticas en foros internacionales como Naciones Unidas, la suspensión de rutas aéreas turísticas hacia territorio japonés y advertencias sobre posibles restricciones a productos del mar japoneses, detalla el Journal. Sin embargo, estas medidas parecen haber tenido el efecto contrario al esperado: en lugar de debilitar al gobierno de Takaichi, han consolidado su respaldo interno.

La mandataria japonesa, quien asumió el poder en octubre tras su tercer intento por liderar el Partido Liberal Democrático, ha demostrado un estilo de trabajo poco convencional. En una jornada que se volvió emblemática, la política de 64 años llegó a su oficina a las 3 de la madrugada después de pernoctar en las instalaciones parlamentarias, obligándose posteriormente a disculparse con su personal de seguridad y equipo por los inconvenientes, según narra el diario estadounidense.

Precisamente ese día, el 7 de noviembre, se produjo el intercambio que desató la crisis. Al ser cuestionada sobre si un bloqueo marítimo a Taiwán representaría una amenaza existencial para Japón que justificara acción militar defensiva, Takaichi ofreció una respuesta que Beijing interpretó como una línea roja cruzada.

La reacción china no se hizo esperar. Medios controlados por el Estado publicaron caricaturas que representaban a la primera ministra japonesa con uniforme militar imperial y destruyendo la constitución pacifista de posguerra, imágenes diseñadas para evocar el doloroso pasado bélico entre ambas naciones, reporta el Journal. Un cónsul chino llegó incluso a amenazar con “cortar el cuello” de Takaichi.

 “No tenemos más remedio que cortar ese sucio cuello que se ha abalanzado sobre nosotros sin dudarlo un instante. ¿Están preparados?”, escribió  Xue Jian, cónsul general chino en Osaka. El mensaje fue posteriormente borrado. (Kyodo/via REUTERS)

Esta estrategia busca desestabilizar al nuevo gobierno nipón y enviar una señal de advertencia a otros aliados de Taiwán en la región, particularmente Estados Unidos, según análisis de Yinan He, académica especializada en relaciones sino-japonesas de la Universidad de Lehigh citada por el diario.

Los ataques resultan particularmente sensibles porque Takaichi es conocida por sus posiciones nacionalistas. Durante su carrera política ha visitado frecuentemente el santuario Yasukuni, donde se conmemora a los caídos japoneses en guerra, incluyendo criminales de guerra, un acto que históricamente irrita a Beijing y Seúl.

No obstante, el respaldo ciudadano hacia Takaichi se mantiene firme. El Journal cita a residentes de Tokio que expresan confianza en su liderazgo, argumentando que la alianza con Estados Unidos proporciona suficiente respaldo para enfrentar las presiones chinas.

De hecho, Washington ha manifestado su apoyo explícito. El embajador estadounidense en Japón declaró públicamente que la administración respalda a la primera ministra, mientras que Taiwán ha promovido campañas para que sus ciudadanos consuman productos japoneses como gesto de solidaridad, detalla la publicación.

Sanae Takaichi al llegar a la cumbre del G20 en Sudáfrica. La mandataria comentó con tono desenfadado sobre sus dilemas de vestuario para las negociaciones diplomáticas. (MARCO LONGARI/REUTERS)

Las autoridades japonesas reconocen los riesgos económicos de una escalada prolongada, particularmente si China decide restringir las exportaciones de minerales de tierras raras esenciales para la industria manufacturera nipona. Sin embargo, Takaichi no muestra señales de retroceso.

En un mensaje publicado en redes sociales mientras viajaba a la cumbre del G20 en Sudáfrica, la mandataria comentó con tono desenfadado sobre sus dilemas de vestuario para las conversaciones. “Quizás necesite esforzarme y comprar algunos conjuntos que me permitan llevar la ventaja en las negociaciones diplomáticas”, escribió, proyectando una imagen de tranquilidad frente a la tormenta.

Su popularidad actual contrasta dramáticamente con la de su predecesor, Shigeru Ishiba, quien renunció con apenas un tercio del apoyo que ahora disfruta Takaichi, consolidándola como una figura política ascendente en la escena asiática.

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