Cada año, decenas de miles de personas en África sufren mordeduras de serpiente, muchas de ellas mortales, y muchas otras que les cambian la vida. Sin embargo, el acceso a tratamientos efectivos sigue siendo limitado. Los sueros antiofídicos importados de países como México e India a menudo resultan insuficientes para tratar las mordeduras de serpientes africanas, cuyos venenos varían en composición. Kenia, como muchos países del continente, ha carecido durante mucho tiempo de una solución de fabricación local, esto podría estar cambiando.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el envenenamiento por mordedura de serpiente en la Categoría A de Enfermedades Tropicales Desatendidas debido a su alta morbilidad y mortalidad. África se encuentra entre las regiones con poca o nula disponibilidad de terapias antiveneno.
El Centro de Investigación e Intervención sobre Mordeduras de Serpiente de Kenia, perteneciente al Instituto de Investigación de Primates (KIPRE), se encuentra en plena carrera por la investigación y el desarrollo de antídotos a nivel local, donde se ha dependido excesivamente de antídotos importados, principalmente de México e India a pesar de su ineficacia generalizada, ya que los tratamientos no son eficaces por tratarse de las mordeduras de otras especies de serpientes.