Más de tres semanas pasaron para ver una función de Boca en la Bombonera. Mucho tiempo de abstinencia de reclamos. Es que desde aquella igualdad 1-1 frente a Unión, que generó el fastidio de unas tribunas que no lo veían (y siguen sin ver) ganar hace tiempo –incluso fuera de casa-, también ocurrieron la eliminación tempranera en la Copa Argentina frente a Atlético Tucumán y la derrota por el Torneo Clausura con Huracán, en Parque Patricios. En el medio, un fin de semana dedicado justamente a la Copa Argentina, en la que ya no participa. Entonces, el compromiso de este sábado con Racing, un clásico caliente por estas épocas, tenía un fuerte olor a un perdón momentáneo o una verdadera explosión de furia, con probabilidades de tormentas.
Si hay algo en lo que Juan Román Riquelme tiene razón cuando da sus discursos repetitivos desde que es dirigente es la parte en la que habla del hincha boquense: “Están locos”, suele elogiar. Y es verdad. Las calles aledañas al estadio fueron habitándose de camisetas azul y oro desde la mañana.
Sí, seis horas antes, al menos, del pitazo inicial. Parecen postales de ansiedad por ver a un equipo puntero, un conjunto campeón, uno que contagia, representa y los hace levantar de la cama antes de lo debido. No es el caso. Los colores los llevan a eso, que no es poco. Por eso la innegociable fiesta con fuegos artificiales y bengalas de humo y, a la vez, los malos síntomas que transmitieron cuando el cotejo se aproximaba.
Los jugadores saltaron al campo de juego, primero, para realizar el calentamiento, tiempo que el público solía utilizar (ya quedó muy lejano) para empezar a calibrar las gargantas de los cuatro costados con aliento y el reconocimiento hacia los protagonistas. Pocos (poquísimos) los privilegiados a esta altura. Porque los gritos estuvieron, pero con otro ánimo: “¡A ver, a ver los jugadores si pueden oír, por la camiseta de Boca matar o morir!”, partió desde la barra brava. Sin embargo, el resto de la cancha no dudó en sumarse inmediatamente.
No hay Leandro Paredes que ablande un poco el enojo arrastrado. Por supuesto que el enorme cariño y agradecimiento por su retorno no se terminó: fue aplaudido, pero lejos estuvo de ser un gesto estruendoso ni mucho menos una ovación. Quiere mostrarse apagado y así exponer su inconformismo.
Los apellidos comenzaron a sobrevolar la Bombonera desde el altoparlante y los silencios llamaron (o no) la atención. Una indiferencia casi total, incluso con el propio Miguel Ángel Russo, tan querido siempre por el grato recuerdo del 2007, año de la última Copa Libertadores ganada, pero al que esta vez le entregaron una devolución a la par de la que recibió Alan Velasco: el silencio para ambos fue semejante a no ser nombrados. Todos corren de atrás para el hincha.
¡¡CAVANI ENTRÓ SOLO EN EL ÁREA Y SE PERDIÓ EL PRIMERO DE BOCA!!
📺 ESPN Premium | Suscribite al Pack Fútbol en https://t.co/7jYILYACXi pic.twitter.com/OG1gX4f7Jo
— SportsCenter (@SC_ESPN) August 9, 2025
Edinson Cavani recibió apenas un ligero aplauso que no fue para nada unánime, algo que se profundizó cuando a los 19 minutos del segundo tiempo Russo decidió reemplazarlo por Milton Giménez: tras errar un gol en soledad en el área chica, aunque la pelota le llegó a contrapié, salió de la cancha con ese leve reconocimiento que ahora se mezclaría con algunos silbidos.
Quizás, el que más apoyo recibió fue Miguel Merentiel. Sin la efusiva ovación que todo uruguayo siempre espera (y que la propia “Bestia” recibió en ciertas jornadas), pero con un aplauso que, al menos, se hizo notar. El gol que le hizo a Bayern Munich en el Mundial de Clubes (por más que luego sería derrota y eliminación en fase de grupos) y su entrega en cada segundo parece darle el crédito que él mismo potencia.
«MOVETE BOCA, MOVETE» Gol de Racing y EXPLOTA la hinchada de Boca en La Bombonera.
📺 ESPN Premium | Suscribite al Pack Fútbol en https://t.co/7jYILYBaMQ pic.twitter.com/p4tx8dUZJ7
— SportsCenter (@SC_ESPN) August 9, 2025
Eso sí, habrá que ver si este minuto a minuto sentimental no se modifica por su extraña indecisión para rematar dentro del área cuando transcurrían 29 minutos del complemento: el ataque siguiente fue de Racing y la definición de Santiago Solari terminó en la red.
“¡Movete, Xeneize, movete, movete y dejá de joder…!”, fue la reacción de la gente apenas Boca movió del medio. Cinco minutos después, a falta de diez para el final, el tono del reclamo se elevó: “¡Hay que poner un poquito más de huevos…!”. Y en medio de la impaciencia apareció el alarido del empate.
¡GRITALO, MIGUELO! La reacción de Russo tras el empate de Boca.
🇦🇷📺 ESPN Premium | Suscribite al Pack Fútbol | #TorneoClausurapic.twitter.com/QfMs47djcf
— ESPN Argentina (@ESPNArgentina) August 9, 2025
Giménez cabeceó un tiro libre ejecutado desde la derecha por el pie especialista de Paredes cuando el encuentro ya estaba en la agonía. Aportó la ilusión de un triunfo que no apareció: Nicolás Ramírez señaló el final y aparecieron los chiflidos, aunque no se extendieron demasiado, quizás por el alivio de la respuesta, aunque sin la alegría que sigue esperando hace doce partidos.