El uso del cempasúchil como repelente natural de insectos ha cobrado relevancia más allá de su tradicional presencia en las ofrendas del Día de Muertos.
Esta planta, cuyo nombre científico es Tagetes erecta, se distingue no solo por su valor simbólico en la cultura mexicana, sino también por sus propiedades químicas que la convierten en una herramienta eficaz y ecológica para el control de plagas en el hogar y el jardín.
Los científicos han identificado en el cempasúchil la presencia de aceites esenciales como el limoneno y el tagetón, compuestos que actúan como barrera natural contra insectos tales como mosquitos, moscas, pulgones y hormigas. El conocimiento de estas propiedades no es reciente: los pueblos indígenas de México ya empleaban esta flor tanto en rituales como en la protección de sus cultivos y viviendas frente a plagas.
Una de las formas más accesibles de aprovechar el efecto repelente del cempasúchil consiste en plantar ejemplares en macetas o directamente en el jardín. Ubicar varias plantas cerca de ventanas, puertas o terrazas, así como junto a especies vegetales propensas a atraer insectos —como tomates o albahaca—, permite crear una barrera aromática que dificulta la entrada de plagas.
En huertos caseros, la integración de cempasúchil entre los cultivos contribuye al control orgánico de insectos, lo que reduce la necesidad de productos químicos.
Otra alternativa consiste en la elaboración o adquisición de velas aromáticas que contengan extracto de cempasúchil. Al encenderse, estas velas liberan un aroma que ayuda a mantener alejados a los mosquitos, lo que resulta especialmente útil en interiores o durante reuniones al aire libre al atardecer.
Para prepararlas en casa, se recomienda derretir cera natural, añadir unas gotas de aceite esencial de cempasúchil o flores secas maceradas, verter la mezcla en moldes con mechas y dejar secar antes de su uso.
Elaborar un spray repelente casero es otra opción práctica. Para ello, se puede seguir la siguiente receta.
Ingredientes:
- 1 taza de flores frescas o ½ taza de flores secas.
- 2 tazas de agua.
- 1 cucharada de alcohol o vinagre blanco.
Preparación:
- Hierve el agua con las flores por 10 minutos.
- Deja reposar, cuela y añade el alcohol.
- Vierte en un atomizador y aplícalo sobre cortinas, esquinas de la casa, terrazas o incluso sobre la ropa (haz prueba de alergia antes).
El secado de ramilletes de cempasúchil permite su uso en armarios, rincones o áreas húmedas del hogar, donde su aroma contribuye a repeler insectos como polillas y cucarachas. Para mantener la eficacia de estos métodos, se recomienda refrescar las flores o cambiar los preparados semanalmente.
Aunque el cempasúchil es una planta segura, se aconseja evitar el contacto directo con piel sensible o con mascotas sin supervisión. Además, no debe sustituir a los repelentes médicos en zonas donde exista riesgo de enfermedades transmitidas por insectos.
Más allá de su función ornamental y su papel en las tradiciones mexicanas, el cempasúchil ofrece una alternativa sostenible y económica para la protección del hogar, mientras combina eficacia, respeto por el medio ambiente y un aporte estético gracias a su colorido característico.