
El acto de inauguración del nuevo sistema de misiles tácticos conocido como KTSSM, realizado en la ciudad de Wonju, marcó el inicio de una etapa considerada estratégica para las capacidades militares de Corea del Sur frente a la persistente amenaza norcoreana. Según lo reportado por la agencia surcoreana Yonhap, estos misiles, llamados también ‘Ure’, han sido concebidos para enfrentar la artillería de largo alcance de Corea del Norte y son descritos por las autoridades nacionales como piezas clave para fortalecer el aparato defensivo.
De acuerdo con Yonhap, el despliegue de este nuevo sistema permitirá interceptar proyectiles enemigos incluso cuando sean lanzados desde posiciones ocultas, como cuevas camufladas en territorio septentrional. El objetivo declarado de esta tecnología es contrarrestar los ataques sorpresa y reforzar la respuesta militar ante diferentes escenarios de amenaza próximos al paralelo 38.
El KTSSM, siglas de Misil Táctico Superficie-Superficie Coreano, ha sido denominado por medios surcoreanos como un ‘asesino de artillería de largo alcance’, título que refleja la función específica de neutralizar proyectiles disparados desde distancias considerables. El Ejército surcoreano considera esta incorporación como una herramienta estratégica que no solo amplía sus márgenes de defensa, sino que mejora significativamente la capacidad de disuasión en torno a la frontera intercoreana, según detalló Yonhap.
El medio precisó que la ceremonia de presentación de estos misiles se llevó a cabo aproximadamente a 85 kilómetros de Seúl, subrayando la importancia de su proximidad a la capital y su impacto en la seguridad nacional. La introducción del KTSSM busca responder a los desafíos que plantean los lanzamientos recurrentes de artillería por parte de Corea del Norte y elevar la capacidad operacional de las Fuerzas Armadas ante la incertidumbre geopolítica en la península coreana.
El contexto que enmarca esta decisión gira en torno al endurecimiento del discurso militar por parte del gobierno norcoreano. En noviembre pasado, tras el lanzamiento de un misil balístico hacia el mar del Este (o mar de Japón), el ministro de Defensa de Corea del Norte, No Kwang Chol, manifestó que el país adoptaría acciones “más ofensivas” frente a sus rivales. Este anuncio coincidió con la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, a la Zona Desmilitarizada, refuerzo simbólico de la alianza bilateral entre Seúl y Washington.
“No nos quedaremos de brazos cruzados. Todas las amenazas que penetren nuestra esfera de seguridad serán tratadas como objetivos directos y serán gestionadas de la manera necesaria. Estamos preparados para reaccionar en toda circunstancia. Responderemos con una acción más ofensiva frente a quienes amenacen nuestra seguridad sobre el principio de garantizar la paz por medio de la fuerza”, afirmó No Kwang Chol, según citó Yonhap.
El proceso de modernización tecnológica de la defensa surcoreana busca anticipar y contrarrestar posibles ataques, dados los antecedentes de enfrentamientos y la escalada armamentística que caracterizan la frontera entre ambas Coreas. Yonhap consignó que el despliegue del KTSSM puede considerarse parte de una estrategia mayor orientada a consolidar sistemas de contención que permitan responder con agilidad a emergencias y riesgos bélicos imprevistos.
Las autoridades surcoreanas han insistido, según reiteró el citado medio, en la necesidad de mantener un sólido sistema de vigilancia e interceptación de proyectiles como modo de garantizar la integridad del territorio frente a incidentes súbitos. El KTSSM aspira a cerrar las brechas existentes en la defensa nacional, especialmente ante el uso de túneles, alcantarillas y cuevas por parte norcoreana para esconder y disparar artillería.
Según lo reportado por Yonhap, el actual despliegue contribuye a aumentar el alcance, la precisión y la rapidez de reacción del ejército surcoreano, factores considerados esenciales dada la volatilidad de la situación en la península coreana. Con estos misiles estratégicos en activo, las autoridades esperan consolidar la capacidad del país para neutralizar amenazas que surjan más allá del paralelo 38, objetivo que ocupa parte central de los planes de seguridad nacional.
La ceremonia oficial en Wonju pone en relieve la intención del gobierno surcoreano de mantener y reforzar una postura defensiva robusta. Yonhap describió cómo tanto la clase política como los mandos militares participaron en la presentación del KTSSM, evidenciando el firme compromiso del Estado ante una coyuntura marcada por la escalada retórica y el aumento de provocaciones misilísticas al norte de la península.
El trabajo coordinado entre instituciones militares y tecnológicas surcoreanas ha permitido incorporar esta herramienta, que actores oficiales consideran un avance significativo en materia de defensa territorial y prevención de crisis. La iniciativa, según lo expuesto por medios nacionales, responde de forma directa a la creciente sofisticación de los sistemas de ataque norcoreanos, congelando así la brecha existente entre ambos Estados en el plano militar.
El medio Yonhap señaló que, tras la instalación efectiva de este sistema, Corea del Sur refuerza su capacidad de contingencia ante posibles ataques y sostiene la vía de la disuasión como pieza central en la gestión de crisis en la frontera más militarizada del planeta.
