Crece la tensión interna en el Gobierno: conviven tres miradas sobre el impacto del “factor político”

admin

El Gobierno está pasando por un momento bisagra, de enorme sensibilidad política. A los inminentes cierres de listas en la provincia de Buenos Aires, que se presentan el sábado, se suma el paisaje que se estrenó en el Congreso, donde la oposición demostró que puede avanzar con relativa facilidad con leyes que -a los ojos de Javier Milei- pegan en equilibrio fiscal, corazón de su proyecto nacional. La solidez del programa económico, la tranquilidad en el frente parlamentario y la contención político-electoral, están, así, fuertemente imbricadas.

Sobre esa escena, el Gobierno atraviesa, además, un problema propio, autoinflingido: cada vez se hacen más evidentes los cortocircuitos que hay en la cúpula libertaria y las diferencias de visión entre los distintos actores de la mesa chica oficial.

Se pueden distinguir tres sectores, con pronósticos disímiles. Está el propio Milei, que en “simbiosis” con el ministro de Economía, Luis Caputo, ya definió el trazo grueso del camino hacia octubre: todas las leyes con costo fiscal se vetarán y se hará todo lo posible para no aplicarlas; se soportará la “volatilidad” que pueda generar el factor político y se avanzará bajo el supuesto de que los comicios de medio término vendrán con un triunfo para La Libertad Avanza (LLA) que reordenará, una vez más, el tablero nacional.

El presidente Javier Milei en la Bolsa de Comercio

Milei ya bajó esa definición, incluso a viva voz en entrevistas y discursos. Pero de su implementación no se ocupará personalmente: lo parlamentario será tarea de su mesa política y lo electoral está delegado 100% en Karina Milei, Martín y “Lule” Menem.

En otro grupo están aquellos que, puertas adentro, vienen encendiendo luces amarillas porque vislumbran -de cara a diciembre y, luego, a la segunda mitad del mandato- un problema de gobernabilidad por la ausencia de cierta contención política a gobernadores y legisladores aliados. En ese grupo se inscribe, desde el primer día, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el funcionario “palomo” del equipo nacional. Por mandato del propio Milei, Francos debe buscar los “milagros” políticos sin la caja y sin la lapicera para definir candidaturas.

Comparte esa mirada, desde hace un buen tiempo, el asesor presidencial Santiago Caputo, que siempre apadrinó a la militancia-tuitera de Las Fuerzas del Cielo y que hoy está corrido del diseño electoral de LLA luego de que se agravara su pelea interna con los Menem, armadores “karinos” a nivel nacional.

Preocupación

Hay, entre Caputo y los Menem, una natural puja por el poder, pero además una diferencia de visión profunda: mientras que el asesor presidencial viene advirtiendo puertas adentro que la falta de acuerdos político-electorales en las provincias escurre de manera temeraria a los aliados en el Congreso (con eventual impacto en el proyecto libertario de largo plazo), los Menem trabajan celosamente por engrosar su armado violeta a lo largo y a lo ancho del país. Hoy el diálogo entre ellos está cortado.

La novedad de las últimas horas es que Patricia Bullrich, otra funcionaria con peso político dentro del Gobierno, se sumó al grupo de los “preocupados” por los eventuales coletazos del factor político en la estabilidad del Gobierno. Si bien la ministra de Seguridad suele desayunar con Javier Milei esporádicamente en Olivos, no fue casualidad que el último domingo el Presidente compartiera una foto de la ministra en la quinta presidencial.

“Aquí junto a Patricia Bullrich en pleno desayuno conversando sobre lo que será el camino a octubre para defender los logros (que el Partido del Estado quiere romper) y trazando los nuevos objetivos de cara al futuro”, escribió el jefe de Estado en su cuenta de X, a modo de validación y contención de su figura.

Es cierto que Bullrich, por un lado, tiene que defender lugares para su sector dentro de las nóminas violetas. El “bullrichismo”, que ya dio probadas muestras de lealtad, pone en juego cuatro bancas en Diputados (las de Laura Rodríguez Machado, Sabrina Ajmechet, Gerardo Milman y Fernando Iglesias, aunque este último tiene juego propio). Además se habla de una eventual candidatura de la ministra como cabeza de senadores por la Capital Federal, lo que plantea un interrogante sobre el futuro de la cartera de Seguridad.

Pero al menos dos personas que trataron con Bullrich en las últimas horas aseguraron que, más allá de los casilleros, la ministra está inquieta por el grado de descomposición que hay en la mesa chica política y por los eventuales problemas que se avecinan si no se contiene a los aliados en el Congreso. De hecho, el último martes, 48 horas después de su desayuno con Milei, Bullrich mantuvo un encuentro a puertas cerradas con Santiago Caputo en la Casa Rosada.

Bullrich, por ejemplo, ya vio frustrado su intento por cerrar un acuerdo con el gobernador de Jujuy, Carlos Sadir. La extitular de Pro cree que su figura puede servir de “garante” para acercar a actores políticos del otrora Juntos por el Cambio que en 2023 habían apoyado su candidatura nacional. Pero tiene poco predicamento.

“Ella está preocupada por la gobernabilidad y advierte por la lógica de sumar enemigos innecesariamente”, dijo a LA NACION alguien que la conoce bien.

El bullrichismo sigue con atención el malestar que se palpa entre cada vez más aliados. Por ejemplo, en el gobernador de Corrientes Gustavo Valdés (UCR) -que hoy controla a los tres senadores de su provincia, dos de ellos Eduardo Vischi y “Camau” Espínola, jefes de bloque- y en los seis diputados “radicales peluca” que vienen exhibiendo señales de malestar.

“Milagros” sin caja ni lapicera

De izquierda a derecha: el titular de ARCA, Juan Pazo; el ministro de Economía, Luis

El ministro coordinador habló del “factor político” con el Presidente hace poco más de una semana, en la previa del 9 de Julio, cuando se preveía un desplante de los gobernadores a la Casa Rosada con faltazos masivos a la celebración patria convocada en la Casa de Tucumán. Ese acto, finalmente, no se hizo, y al día siguiente Milei estalló contra todos los gobernadores, sin distinciones: los acusó de querer “destruir” al Gobierno.

Ayer, en diálogo con Cadena 3, Francos reconoció el momento de dificultad política que atraviesa LLA: “No nos toca la más fácil porque tenemos bloques minoritarios y además hoy se complica porque estamos en el periodo electoral, con lo cual cada sector político pretende hacer su juego. Eso a veces nos complica un poco la conversación y la negociación política”.

En los últimos días, pese al clima de extrema tensión con los mandamás provinciales, el jefe de Gabinete no dejó de mantener una línea telefónica abierta con algunos de ellos, que están poco predispuestos a ir a fondo contra la Casa Rosada e incluso ávidos de cerrar un acuerdo electoral con los violetas en sus terruños. En principio, un grupo de gobernadores viajará este jueves a Buenos Aires para participar de un ágape en La Rural y no se espera que ese ámbito sirva de mesa de negociación. Francos irá a un corte de cinta en el predio ferial de Palermo y nada más. Podría, en cambio, haber una instancia de encuentro privado del jefe de gabinete con algún gobernador particular, en otro escenario. “No está nada definido”, dicen cerca del ministro coordinador.

Lisandro Almirón, Martín Menem, Karina Milei y Lule Menem.

Mientras estas luces de alarma se encienden en distintos rincones del Gobierno, los Menem continúan empoderados por Karina Milei para cerrar las listas a nivel nacional. Este sector no vislumbra problemas de gobernabilidad, ni de corto ni de largo plazo. Su matemática política apunta a buscar un bloque libertario puro más nutrido (de entre 75 y 82 diputados violetas) que, con algunos acuerdos con aliados, garanticen el tercio de “héroes” que salven los vetos.

“Con lo propio, más los bloques peronistas más débiles y una mejor praxis política vamos a tener a partir de diciembre mayor capacidad parlamentaria, no menor”, dicen quienes apoyan la visión de los armadores. Su mirada, por ahora, tiene el aval de Karina Milei. Y, por propiedad transitiva, del propio Presidente.

Deja un comentario

Next Post

El vocero y la devaluación de la palabra oficial

La investigación sobre un avión que llegó desde Miami a Buenos Aires con diez valijas misteriosas que habrían eludido los controles de rutina no solo instala una sospecha sobre el funcionamiento de la Aduana y sobre presuntas “órdenes de arriba” para hacer la “vista gorda”. También pone en discusión algo […]
El vocero y la devaluación de la palabra oficial

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!