A partir de un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral se conoció un dato alarmante: al menos uno de cada tres chicos en la Argentina es sometido a castigos físicos como forma de corrección y más del 50% ha sido objeto de agresiones verbales.
Victoria Bein, doctora en Psicología y una de las investigadoras involucradas en el estudio, dialogó con LN+ para analizar en profundidad la problemática.
“Más allá de que a los chicos no hay que pegarles, desde hace tiempo venimos estudiando lo más importante: qué efectos tiene este tipo de acciones”, apuntó Bein. Según la experta, “castigo físico refiere al famoso chirlo, a un tirón de pelos, de oreja o un agarrón de brazo».
A partir del testimonio de Bein, el 6,6% de los chicos recibe castigo físico severo. “Esto incluye palizas o golpizas con elementos contundentes. Tipos de violencia que terminan con el niño hospitalizado o, de mínima, atendido en una guardia», puntualizó.

El silencio cómplice
“Que algunos hospitales o escuelas no denuncien este tipo de acciones es muy complejo de analizar y tiene múltiples causas”, apuntó Bein. Luego, desmenuzó los elementos que posibilitan este flagelo.
- La cultura del “no te metas”
- La naturalización: muchas generaciones que usan el castigo físico como parte de la crianza. Es decir, el padre tiene derecho a castigar a sus hijos con el fin de educarlos.
- El colapso del sistema: principalmente el judicial, con cientos de jueces que aún no fueron nombrados o en suspenso.
Consultada sobre la impronta de las denuncias, la doctora en Psicología expuso: “En la mayoría de los casos de violencia infantil, los denunciantes son casi siempre terceros”.
A partir de los datos recopilados en el informe y en palabras de la investigadora, “algunas causas llegan a los juzgados pero no se siguen ni profundizan. Por otro lado, las pericias que hay que hacer no se hacen y los menores son separados, pero quedan boyando en un sistema que no les hace seguimiento“.
“Y también ocurre que la denuncia misma no tiene seguimiento. Por ejemplo, un docente va a la dirección del colegio, luego la directora va a la inspección, el inspector levanta el teléfono y resulta que no hay gente con capacidad para responder”, graficó Bein.

Un mal que persiste
En su intercambio con LN+, Bein afirmó que “lamentablemente es una idea equivocada eso de que la violencia física contra niños es algo que ya no pasa”. Para justificar su respuesta, aportó un dato: “En el 70% de los casos de violencia infantil, los niños la reciben de forma diaria y semanal. La mayoría de las veces de manera filial: siempre el padre y la madre. Luego vienen los hermanos».
“Entre ese rasgo filial, al ser un tema que está por fuera de la agenda, en la Argentina no hay una discriminación estadística. Esto significa que las madres pegan tanto como los padres”, concluyó Bein.
