La Cámara Federal de Casación convocó a los jueces del tribunal oral que realiza el juicio contra Cristina Kirchner y otros 86 imputados por el caso de los Cuadernos de las Coimas para que hagan las audiencias al menos tres veces por semana, de manera presencial, y no por Zoom, y que no se tomen la feria judicial de verano.
Así lo resolvieron los jueces que presiden cada una de las salas de la Casación junto con el titular de ese cuerpo, Daniel Petrone. La idea de los jueces es apresurar el debate del caso de corrupción mas importante del país.
La idea es eximirlos del sorteo de nuevos casos, levantar las subrogancias (las vocalías vacantes que ocupan, y por las que cobran un adicional en su sueldo) y facilitarles espacio para que sean más flexibles.

Los magistrados están preocupados porque las audiencias se hacen solo una vez a la semana, los jueves, y por Zoom. Recién a partir de marzo de 2026 se sumaría otro día en la semana.
Otro de los asuntos que indignó a los jueces es que los acusados no mantienen las formas durante el juicio por Zoom. Uno de ellos, Alberto Padoan, de Vicentin, durante la audiencia del jueves estaba acostado en su dormitorio, en pijama y acompañado, y comía helado de un pote. Y el propio Julio De Vido fue captado comiendo ante las cámaras.

Los camaristas ya habían tratado el asunto la semana pasada y este martes al mediodía volvieron a analizarlo. Si bien en el encuentro no definieron la modalidad de los cambios, fuentes del tribunal dijeron a LA NACION que hay una mayoría que impulsa que las audiencias se hagan tres veces por semana, de manera presencial y sin feria judicial.
Los jueces de Casación explicaron que como tribunal de Superintendencia tienen un límite en lo que puedan indicar y que, en todo caso, serán los jueces que entienden en el caso los que resolverán al final del día.
Coincide esta decisión con el avance de las obras de la remodelación de la sala AMIA, donde entran 200 personas, que se podría inaugurar a fin de mes.
Estaba previsto que la sala AMIA se inaugurara esta semana, pero se demoraron las reformas.

Los presidentes de las distintas salas de la Cámara Federal de Casación Penal se reunieron este martes en el Acuerdo de Superintendencia del tribunal. Estuvieron Daniel Petrone, presidente de la Casación. Gustavo Hornos, Ángela Ledesma, Carlos Mahiques y Mariano Borinsky.
El juez Diego Barroetaveña, que es presidente de la Sala I, se encontraba transitoriamente fuera de Comodoro Py, ya que es Consejero de la Magistratura y estaba acusando en el jury contra el juez Martín Poderti.
Los camaristas de la Casación decidieron convocar a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°7, Enrique Méndez Sigori, Fernando Canero y Germán Castelli, para el martes 18 de noviembre en la Sala de Acuerdos del tribunal.
Formalmente, el acta de la reunión señala que el encuentro tiene como objetivo “conocer las herramientas necesarias que se pueden adoptar desde la Cámara, para coadyuvar con mayor eficacia, eficiencia, celeridad e inmediación” en el trámite del caso de los Cuadernos de las Coimas.
En particular, señalaron que se busca aumentar a tres la cantidad de audiencias por semana, trabajar en forma presencial y no por Zoom, en una sala de audiencias en Comodoro Py, que podría ser sala AMIA, próxima a inaugurarse.
Además, se habló entre los jueces de la posibilidad de levantar la feria judicial de verano para que el juicio no se detenga en enero, un asunto donde habría mayoría en el tribunal de Superintendencia de la Casación.
El ritmo del caso de los Cuadernos es una preocupación de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de la Magistratura y de la Cámara de Casación, como publicó LA NACION el domingo.
El tribunal oral sondeado hace dos meses la posibilidad de tener una sala, pero no le pidió esos recursos a la Cámara de Casación. De hecho, los jueces dejaron constancia en un acta que “no media solicitud” del tribunal oral de recursos para el debate.
La Casación ya había dispuesto en el caso de la Ruta del Dinero K que se sesione tres veces por semana. Llevaba la firma de Borinsky, Hornos y Javier Carbajo.
Hoy, Hornos y Borinsky volvieron a la carga con esa idea de aumentar las audiencias. Petrone también había indicado a los jueces de Cuadernos que debían cambiar de modalidad y acelerar el juicio. Lo hizo al resolver en un recurso que llegó al tribunal. Y lo mismo había expresado Barroetaveña cuando le tocó intervenir en ese recurso.
Con todos estos antecedentes, poco era lo que faltaba para que todos se pusieran de acuerdo y convocaran a los jueces Méndez Signori, Canero y Castelli para el martes próximo.
Como las reformas en la sala AMIA puede que se demoren hasta la primera semana de diciembre, es posible que el juicio pase a modalidad presencial, solo unas semanas antes de fin de año. La remodelación se realizó para la puesta en marcha del nuevo sistema acusatorio.
En esa sala, en 2013, se realizó el primer juicio oral y público por el atentado a la AMIA, con decenas de acusados, abogados y querellantes.
Cuenta con un amplio estrado y un lugar donde se colocan, en bancos paralelos, abogados y clientes del lado derecho de los jueces, y fiscales y querellantes, del lado izquierdo.
Además, cuenta con una platea de butacas en la planta baja como para que se acomoden más de 50 personas, y otras tantas en un pullman situado en la planta alta de la sala, como si se tratara de un teatro.
La sala también está equipada con cámaras de televisión, equipos para trasmisión remota, monitores y herramientas para reproducir videos, fotografías y documentos que puedan ser evidencias del juicio.
La fiscal Fabiana León, y muchos de los defensores, no quieren que sus clientes declaren por Zoom, lejos de los jueces. Incluso hubo planteos formales que llegaron hasta la Casación, que en agosto pasado cuestionó que el juicio se realice por Zoom y solo una vez por semana.
Lo que argumentó la Casación es que las audiencias virtuales semanales en la causa Cuadernos podrían afectar el derecho de defensa.
La controversia por el juicio surgió tras un reclamo formal del empresario Gabriel Romero, que objetó el formato virtual; aunque su recurso fue rechazado, Casación pidió preservar garantías procesales, especialmente la presencia física.
Los jueces Barroetaveña, Petrone y Hornos coincidieron en que la complejidad del caso (más de 600 testigos y los 87 acusados, incluida Cristina Kirchner) no debe debilitar derechos fundamentales de un juicio oral y público.
Los jueces de Casación sugirieron revisar el cronograma del debate para evitar dilaciones. Barroetaveña advirtió que la virtualidad podría extender innecesariamente el proceso, mientras que Petrone subrayó que las plataformas digitales deben garantizar la defensa sin afectar sus derechos.
En aquella intervención, la Casación sugirió considerar un aumento en la frecuencia de las audiencias semanales para acelerar el juicio y evitar demoras de un proceso que podría durar años. Pero ante el silencio del tribunal oral decidieron ahora empujarlos a actuar con mayor celeridad.
