Durante la jornada conmemorativa del Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo, el presidente de la República, Gustavo Petro, participó activamente en las movilizaciones convocadas en la ciudad de Bogotá, con la doble intención no solo de participar de la jornada, sino de buscar apoyo de su consulta popular por la reforma laboral.
La escena más destacada del evento se desarrolló en la emblemática plaza de Bolívar, donde el mandatario hizo una aparición pública que llamó la atención no solo por el discurso pronunciado, también por el símbolo que portó en sus manos: una bandera de diseño poco conocido por la mayoría de los colombianos, atribuida a Simón Bolívar, “El libertador”.
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En medio de una multitud que lo acompañaba, el presidente Petro se presentó frente a la estatua ecuestre de Bolívar portando guantes blancos y alzando una bandera compuesta por un fondo rojo, un rombo blanco en el centro y, dentro de este, un cuadrado negro. De inmediato, el mandatario explicó el origen y la carga simbólica de dicho estandarte, al destacar su vinculación con las luchas independentistas lideradas por Bolívar en el siglo XIX.
“Esa bandera no nos la enseñan mucho cuando y ya dejaron de dar clases de historia en Colombia”, dijo Petro desde una tarima frente al Capitolio Nacional, haciendo referencia a lo que consideró un desconocimiento generalizado sobre símbolos patrios alternativos al tricolor nacional. A renglón seguido, explicó que se trataba de una bandera usada por Bolívar durante sus campañas militares, especialmente en los Llanos de Colombia y Venezuela.
Según el jefe de Estado, esta bandera habría sido levantada por Bolívar y sus combatientes como símbolo de lucha radical.
“Esa bandera la hizo Simón Bolívar, la levantó en su caballo y todos sus llaneros y combatientes llevaban cabalgando la bandera por los llanos de Colombia y Venezuela”, explicó Petro, mientras señalaba que varias versiones de la misma ondeaban en la plaza.
Uno de los aspectos más contundentes del discurso fue la asociación que hizo el presidente entre los colores de la bandera —rojo y negro— y conceptos políticos profundos. “Esa bandera él mismo la llamó la bandera de la guerra a muerte. ¿Por qué roja y por qué negra? Porque el negro es la muerte y el rojo es la libertad. Significa esta bandera: libertad o muerte”, declaró.
Además de su carga histórica, el presidente vinculó el uso de la bandera con la situación política actual del país. Al hacer referencia al Congreso de la República, rodeado en ese momento por mallas y separadores metálicos, ambos negros, como medida de seguridad, Petro comentó: “Pero quiero anteponer esa bandera roja y negra frente al negro del Congreso, porque me parece simbólico. Aquí la bandera roja y negra está con el pueblo. Allá rodeada por la mortaja negra, están dizque los representantes del pueblo”.
Con estas palabras, el mandatario planteó un contraste entre lo que calificó como la expresión del poder popular y el aislamiento de los representantes legislativos. “Ahora no veo un Congreso libre. ¿Cómo se les ocurre tender rejas negras a su alrededor?”, cuestionó Petro, mientras afirmaba que el pueblo está rescatando los símbolos de lucha olvidados y haciendo oír su voz.
La intervención presidencial también estuvo marcada por una crítica a las percepciones sobre las movilizaciones. Rechazó la idea de que las personas salieran a las calles simplemente por esparcimiento: “No nos escriban por ahí, que es que estamos saliendo a pasear o un ratico a mirar el sol que se esconde en Bogotá o porque decidimos un 1 de mayo simplemente salir a todas las calles de Colombia. No”, afirmó el jefe de Estado.
En su discurso, hizo alusión a la bandera tricolor de la Gran Colombia y su vínculo con la historia de Haití. Recordó que la misma fue confeccionada por mujeres haitianas tras la independencia de ese país, como una muestra de solidaridad con el proceso independentista del continente sudamericano.
“El amarillo, azul y rojo, cuyo azul y rojo es la misma bandera de Haití, como dije ayer, la bandera más revolucionaria del siglo XIX y XVIII”, afirmó Petro, rememorando el carácter libertario que, según sus palabras, tiene ese símbolo.
La declaración “ha llegado la hora del pueblo”, pronunciada hacia el final de su intervención, sintetizó el tono general de su mensaje, en el que insistió en una lectura simbólica del momento político actual.
“Significa que hoy por hoy el pueblo de Colombia, en todos los rincones del país, en sus pequeños municipios y en sus grandes ciudades, en sus campos y en sus edificios y casas, dice que llegó la hora del pueblo. Ha llegado la hora del pueblo”, concluyó.
La aparición de la bandera roja y negra generó reacciones inmediatas en distintos sectores, tanto por su significado histórico como por la interpretación política que el presidente le otorgó en el contexto actual.