Cuando el invierno cubre de frío el jardín y los árboles parecen inactivos, no todo está en pausa. El espacio verde sigue siendo un refugio de vida, solo que con otra perspectiva.
Incluso en los días más fríos, el jardín puede convertirse en un punto de encuentro para diversas aves como zorzales, calandrias, jilgueros y picaflores, que buscan refugio y alimento en un entorno adecuado para su supervivencia.
La clave está en elegir las especies que provean lo que necesitan: frutos, néctar y ramas seguras para anidar. Así se crean ecosistemas funcionales donde la biodiversidad no se pone en pausa y los animales encuentran refugio sin la amenaza de depredadores.
Las plantas nativas no solo resisten las inclemencias del clima, sino que también ofrecen recursos esenciales para las aves que dependen de ellas para alimentarse, refugiarse y anidar.
En pleno invierno, la comida escasea. Las aves nativas, como los zorzales y los jilgueros, buscan bayas ricas en nutrientes para mantenerse energizadas.
Los frutos de especies nativas como el Ilex paraguariensis (yerbamate) o Solanum glaucophyllum (berenjena silvestre) son especialmente atractivos para las aves.
Estas plantas proporcionan no solo alimento, sino también un punto de encuentro seguro para varias especies, que aprovechan la protección de las ramas para refugiarse del frío.
El néctar es una fuente de carbohidratos vital para las aves insectívoras y los picaflores, quienes durante el invierno también buscan alimentarse.
Para atraerlos al jardín, se pueden incorporar especies nativas como la chilca (Baccharis genistelloides) o calafate (Berberis microphylla), cuyas flores de colores llamativos son irresistibles para los picaflor y otros polinizadores.
El invierno también es un buen momento para que las aves encuentren refugio seguro
La mayoría de las plantas autóctonas, por estar adaptadas a su ambiente natural, conservan su estructura y follaje aún en invierno y proveen ramas densas donde las aves pueden construir nidos protegidos de los vientos fríos y de los depredadores.
Estas especies no solo sirven de refugio, sino que sus ramas actúan como barreras naturales contra el frío, brindando calor a las aves que se posan allí.
Por qué elegir especies nativas
Las plantas nativas son cruciales porque están perfectamente adaptadas a las condiciones climáticas de su región, lo que significa que requieren menos mantenimiento y, lo más importante, ofrecen el alimento y refugio que las especies locales necesitan.
Al incorporar estas especies en el jardín, no solo se está promoviendo la biodiversidad, sino que también se ayuda a las aves a sobrevivir durante el invierno, cuando los recursos naturales pueden ser escasos.
Un jardín amigable en invierno
Para lograr un espacio acogedor para las aves nativas durante todo el invierno, brindándoles los recursos que necesitan para sobrevivir y prosperar en un ambiente natural, incluso cuando las temperaturas bajan, es necesario prestar atención a algunas pautas.
Claves infalibles: cómo elegir bien las plantas en el vivero
- Diversidad: es necesario incluir una variedad de plantas que ofrezcan frutos, néctar y lugares donde las aves puedan posarse y anidar.
- Sostenibilidad: conviene optar por plantas que no solo sean atractivas para las aves, sino que también sean resistentes y de bajo mantenimiento.
- Evitar los pesticidas: en invierno, los insectos son una fuente de proteína esencial para muchas aves. Mantener el jardín libre de productos químicos que puedan dañar a la fauna local es una de las premisas fundamentales para cuidar la biodiversidad.
El invierno es una temporada en la que la naturaleza demuestra su resistencia. Y el jardín puede ser el lugar donde las aves encuentran lo que necesita y las personas se deleitan con su canto y su belleza. Todos ganan.