Cuáles son las fases de la enfermedad de Parkinson

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El Parkinson afecta a millones de personas en todo el mundo y progresa a través de siete etapas reconocidas médicamente (Créditos: Freepik)

El Parkinson afecta a millones de personas en todo el mundo y su progresión se puede predecir y medir a través de un sistema médico específico. Los profesionales de la salud utilizan la escala Hoehn y Yahr para clasificar esta enfermedad neurodegenerativa en siete etapas distintas, desde síntomas leves que afectan solo un lado del cuerpo hasta la necesidad de cuidados constantes en la fase más avanzada.

Según detalló Very Well en un número especial dedicado al Parkinson, esta clasificación permite a pacientes, familias y equipos médicos comprender mejor la evolución de la enfermedad y planificar el tratamiento adecuado para cada fase. La escala forma parte del Sistema Unificado de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS, por sus siglas en inglés), el método ampliamente aceptado para clasificar, monitorear y gestionar el progreso de esta condición.

Edición especial de Very Well - Parkinson

Características del Parkinson como enfermedad progresiva

El Parkinson se desarrolla gradualmente y empeora con el tiempo, según informó Verywell. Los síntomas comunes incluyen rigidez, temblores y dificultades con el equilibrio y la coordinación. A medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer dolor muscular y calambres, problemas de sueño, deterioro de la memoria, depresión y cambios de comportamiento.

La naturaleza progresiva de la enfermedad significa que los síntomas se manifiestan en un orden específico y se intensifican gradualmente. Esta progresión predecible es lo que permite a los médicos utilizar la escala Hoehn y Yahr como herramienta de evaluación y seguimiento.

Evolución de la escala Hoehn y Yahr

Originalmente, la escala Hoehn y Yahr constaba de cinco etapas, pero con el tiempo fue modificada para incluir dos etapas adicionales: la 1.5 y la 2.5. Esta ampliación permite una clasificación más precisa de los síntomas y una mejor comprensión de la progresión de la enfermedad.

La escala se basa en el orden en que aparecen los síntomas y cómo empeoran gradualmente. Cada etapa tiene características específicas que los profesionales de la salud pueden identificar y evaluar para determinar el estadio de la enfermedad en cada paciente.

Etapa 1: los primeros síntomas

La primera etapa representa el inicio más temprano del Parkinson. Los síntomas son muy leves y no causan discapacidad ni interfieren con las actividades diarias. Una característica distintiva de esta fase es que los síntomas afectan únicamente un lado del cuerpo, fenómeno conocido como afectación unilateral.

Los primeros síntomas del Parkinson suelen ser temblores unilaterales y cambios leves en la postura y expresiones faciales (Créditos: Freepik)

Los síntomas más comunes en esta etapa incluyen temblores, generalmente en una mano o pierna, y cambios leves en la postura, el movimiento y las expresiones faciales. Estos síntomas iniciales son tan sutiles que a menudo pasan desapercibidos o se atribuyen al envejecimiento normal.

Etapa 1.5: extensión hacia el tronco

Esta etapa intermedia no difiere mucho de la primera, excepto que ahora el cuello y la columna vertebral se ven involucrados. Los síntomas siguen siendo leves y unilaterales, pero la afectación se extiende hacia el tronco del cuerpo.

Etapa 2: afectación bilateral

En la segunda etapa, los síntomas afectan ambos lados del cuerpo, conocido como afectación bilateral, aunque el equilibrio aún no se ve comprometido. La transición de la primera a la segunda etapa puede tomar meses o años.

Los cambios en la postura y la marcha se vuelven más evidentes. Los pacientes pueden comenzar a experimentar problemas del habla, como arrastrar las palabras o ser incapaces de controlar el tono de voz. También se observa mayor rigidez y pérdida del control de las expresiones faciales.

La progresión del Parkinson no es igual para todos los pacientes, lo que subraya la importancia del seguimiento médico individualizado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Todos estos síntomas tendrán algún efecto discapacitante, aunque mínimo, y causarán interferencia en las actividades diarias. Esta etapa aúfn no es fácil de diagnosticar, ya que los síntomas a veces se atribuyen al envejecimiento.

Etapa 2.5: primeros problemas de equilibrio

En esta fase, los pacientes comienzan a experimentar un deterioro leve del equilibrio, pero aún no hay pérdida completa del mismo. Los profesionales de la salud realizan la “prueba de tracción” para evaluar el grado en que el equilibrio se ha visto afectado.

La prueba consiste en que un proveedor de atención médica se coloque detrás del paciente y le pida que mantenga el equilibrio cuando lo tire hacia atrás. Tomar tres o más pasos para recuperar el equilibrio cuando se tira hacia atrás indica que se ha alcanzado esta etapa.

Etapa 3: pérdida significativa del equilibrio

La tercera etapa marca un avance considerable del Parkinson y a menudo se considera la fase intermedia en toda la progresión del trastorno. Finalmente se experimenta pérdida del equilibrio y se realiza la prueba de tracción para verificarlo.

Si el paciente no recupera el equilibrio y el proveedor de atención médica tiene que atraparlo para evitar una caída, se considera que el equilibrio está deteriorado. Los profesionales de la salud encuentran fácil hacer un diagnóstico definitivo cuando el paciente ha llegado a esta etapa.

La escala Hoehn y Yahr clasifica al Parkinson según sus síntomas, ayudando a personalizar los tratamientos para cada paciente (Créditos: Freepik)

La discapacidad es evidente en esta fase, y los pacientes pueden encontrar más difícil realizar tareas básicas como vestirse y comer. Es posible llevar a cabo las actividades diarias sin ayuda externa. Dependiendo del tipo de trabajo y cuánta destreza física requiera, también puede ser posible mantener el empleo.

Etapa 4: síntomas severos y dependencia

Los síntomas se vuelven severos en esta etapa. Los pacientes se vuelven incapaces de realizar sus tareas diarias sin asistencia, o si pueden hacerlo, será muy desafiante, haciendo que la vida independiente sea casi imposible.

Las partes del cuerpo y la lentitud del movimiento empeoran considerablemente. Aún es posible ponerse de pie y caminar por sí mismo, pero puede ser difícil y usar un andador puede facilitar la movilidad.

Etapa 5: la fase más avanzada

Esta es la etapa más avanzada del Parkinson, donde la mayoría o todos los síntomas experimentados previamente empeoran. Se vuelve imposible moverse sin ayuda y es necesaria una silla de ruedas.

Los pacientes también son incapaces de realizar sus tareas de vida diaria como comer, vestirse y bañarse por sí mismos. Debido a esto, es necesario el cuidado de enfermería constante para prevenir caídas y otros accidentes.

Algunas personas también experimentan delirios, demencia, alucinaciones y confusión en esta etapa. Es importante destacar que no todas las personas alcanzan la etapa 5 del Parkinson. En casos poco comunes, los síntomas de una persona pueden volverse severos pero aún limitarse a un solo lado del cuerpo.

A partir de la etapa 2 del Parkinson, los síntomas se expanden a ambos lados del cuerpo, afectando el equilibrio y la marcha (Créditos: Freepik)

Uso médico y variabilidad de la progresión

Médicamente, estas etapas se utilizan como una guía general y, de hecho, constituyen una de las secciones del Sistema Unificado de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS). Este sistema es el método ampliamente aceptado para clasificar, monitorear y gestionar el progreso del Parkinson.

La progresión de la enfermedad puede variar considerablemente entre pacientes. Mientras algunos pueden avanzar rápidamente a través de las etapas, otros pueden permanecer en una etapa particular durante años. Esta variabilidad subraya la importancia de un seguimiento médico individualizado y regular.

Apoyo y opciones de tratamiento

El Parkinson puede ser un trastorno muy debilitante, pero los pacientes no están solos, según enfatiza Verywell. La organización recomienda considerar unirse a un grupo de apoyo o comunitario con otras personas afectadas por el Parkinson, ya que puede ayudar a estar mejor preparado para los cambios que se pueden experimentar a medida que la condición progresa.

La etapa 5 del Parkinson, la más avanzada, implica la necesidad de cuidados constantes para las actividades básicas cotidianas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si es posible económicamente o se pueden encontrar recursos gratuitos, no hay que sentir vergüenza de obtener asesoramiento o apoyo de salud mental. Esto jugará un papel importante en ayudar a sobrellevar mejor la situación si se presenta depresión, y con la condición en general.

Existen muchas terapias para ralentizar la progresión de la enfermedad y aliviar sus síntomas, por lo que es importante explorar extensivamente las opciones con el proveedor de atención médica. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden marcar una diferencia considerable en la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

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