Al igual que los humanos, con el paso del tiempo los perros también enfrentan desafíos propios de la vejez que deben ser tenidos en cuenta por sus dueños. Entre algunas de las señales más comunes es importante destacar que sus movimientos se vuelven más lentos, sus sentidos pierden agudeza y su carácter suele tornarse más demandante.
Sin embargo, no todos los perros envejecen al mismo ritmo. La edad en que estos animales entran en la vejez depende del tamaño de su raza. Mientras los perros pequeños pueden vivir entre 15 y 20 años y llegar a la vejez recién después de los 12, los de razas grandes tienen una esperanza de vida más acotada, de entre 10 y 12 años, y suelen ser considerados ancianos a partir de los 8 o 9 años.
Los seis cuidados esenciales para un perro mayor
Es por esto que, a medida que la mascota crece es importante extremar los cuidados para que pueda pasar sus últimos años de vida de la mejor manera. Entre algunas de las recomendaciones brindadas por los veterinarios se encuentran:
- Alimentación adaptada a su edad
Una dieta específica para perros adultos es clave para mantener su salud. Como su metabolismo se desacelera, necesitan menos calorías y una nutrición equilibrada que cuide sus articulaciones, fortalezca su sistema inmunológico y evite el sobrepeso. En casos de problemas dentales, puede optarse por comida húmeda, que es más fácil de masticar e hidrata mejor. Además, es sumamente importante que se encuentren hidratados para evitar desmayos sobre todo en épocas de intenso calor.
- Brindarle tiempo de calidad
Dedicarle momentos de atención diaria no solo fortalece el vínculo, sino que también cuida su salud emocional. Un perro anciano puede sentirse más vulnerable y dependiente; compartir una rutina tranquila, con caricias y juegos suaves, puede aliviar su ansiedad y reforzar su confianza.
- Ejercicio suave pero constante
Aunque ya no pueda correr como antes, el ejercicio es vital. Paseos cortos, pausados y frecuentes ayudan a mantener sus músculos activos, prevenir problemas en sus caderas, mejorar la circulación y evitar el sedentarismo. Lo importante es respetar su ritmo y no forzarlo.
- Un espacio de descanso cómodo y accesible
Los perros mayores pueden sufrir artrosis, dolores articulares o dificultades para dormir. Ofrecerles una cama ortopédica, en un lugar cálido y silencioso, puede mejorar su descanso. En casos de deterioro cognitivo, una rutina constante y una iluminación tenue durante la noche pueden reducir su confusión.
- Higiene y cuidado del pelaje
A medida que envejecen, algunos perros pueden perder brillo en su pelo, presentar resequedad o nudos. Los cepillados frecuentes no solo mantienen la higiene, sino que también estimulan la circulación y ofrecen un momento de conexión afectiva. Además, es importante controlar su piel para detectar posibles bultos, infecciones o zonas sensibles.
- Visitas anuales al veterinario
Los chequeos veterinarios son indispensables en esta etapa. Es recomendable realizar controles al menos dos veces al año para monitorear su peso, estado general, niveles de glucosa, colesterol y funcionamiento renal. También es clave mantener al día el calendario de vacunas y antiparasitarios, ya que el sistema inmunológico de un perro mayor suele ser más vulnerable.