Este lunes 7 de abril finalizó el primer Mercurio retrógrado del año. El tránsito comenzó el pasado 15 de marzo, en medio de un cielo agitado por el eclipse lunar en Virgo, y se extendió por poco más de tres semanas. Ahora, con su regreso al movimiento directo, el panorama empieza a calmarse y muchas personas ya sienten que las cosas comienzan a ordenarse nuevamente.
Aunque astronómicamente no se trata de un retroceso real —sino de un efecto visual desde la Tierra—, en astrología este movimiento tiene una fuerte carga simbólica. Mercurio, el planeta de la comunicación, el pensamiento y la lógica, ralentiza su energía durante estas fases, lo que puede provocar malentendidos, fallos tecnológicos, replanteos internos e incluso cierta confusión general.
El astrólogo Álvaro Norambuena, autor de No culpes a Mercurio retrógrado, explicó que esta etapa fue ideal para hacer revisiones y ajustes. Y aunque muchos la vivieron con ansiedad o frustración, lo cierto es que la mayoría de los efectos más intensos ya pasaron.
De Aries a Piscis: del apuro a la reflexión
Este Mercurio retrógrado tuvo la particularidad de retroceder desde Aries —un signo de fuego, activo e impulsivo— hacia Piscis, que es más emocional, introspectivo y soñador. Ese pasaje generó una especie de freno emocional, donde las decisiones rápidas dieron paso a una etapa de dudas, correcciones y replanteos más profundos.
Norambuena apuntó que esta transición nos obligó a soltar el control, mirar hacia adentro y cuestionar el rumbo de vida. En especial, se pusieron bajo la lupa los vínculos, los proyectos personales y las formas de comunicar lo que sentimos. Pero ahora que el planeta vuelve a su curso habitual, comienza una etapa más clara, en la que lo aprendido podrá integrarse con mayor calma y racionalidad.
¿Qué aprendimos durante este tránsito?
En astrología, Mercurio rige la mente, el lenguaje, el aprendizaje y la toma de decisiones. Por eso, durante su fase retrógrada suelen aparecer interferencias: mensajes que no llegan, conversaciones confusas, dificultades para concentrarse o incluso situaciones del pasado que vuelven para ser procesadas de otra manera.
Quienes lograron frenar un poco y observar con más atención, probablemente hayan notado patrones repetitivos o hayan identificado qué cosas ya no les sirven. Esta es justamente la propuesta de la retrogradación: no avanzar a toda velocidad, sino revisar, corregir y mejorar.
Aunque durante la fase retrógrada es usual que se acumulen frustraciones, ahora, con el planeta en movimiento directo, llega la oportunidad de poner en práctica todo lo que se analizó o se postergó.
¿A quiénes afectó más y cómo se sigue?
Los signos más impactados por este tránsito fueron los mutables: Piscis, Virgo, Géminis y Sagitario. También se vieron especialmente movilizadas aquellas personas con Mercurio destacado en su carta natal o en procesos personales de cambio.
Si bien Mercurio ya deja de estar retrógrado, se aconseja esperar algunos días antes de tomar decisiones clave, ya que aún pueden quedar pequeños “residuos energéticos”. Esta etapa, conocida como sombra post-retrógrada, dura alrededor de una semana y puede generar una última ronda de ajustes antes de recuperar el ritmo habitual.
En resumen: Mercurio vuelve a la marcha directa y el cielo empieza a despejarse. Lo más complejo ya pasó, y lo que venga dependerá en gran parte de cómo hayamos transitado esta etapa de revisión. Es tiempo de avanzar, pero con más conciencia.