Dani “La Chepi”: “Pensé que podía perder a mi hija”

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El fenómeno de las redes sociales terminó impulsando a Daniela Viaggiamari, conocida popularmente como Dani “La Chepi”, a una posición de enorme visibilidad, sobre todo a partir de su participación en MasterChef. Su presencia en el reality gastronómico no solo ha consolidado su popularidad, sino que también ha puesto en primer plano una historia personal marcada por la resiliencia y la superación.

Antes de alcanzar la fama digital, Viaggiamari ya contaba con una trayectoria en los medios tradicionales. Se desempeñó como bailarina en Sábado Bus y participó como actriz en reconocidas ficciones argentinas, entre ellas Casados Con Hijos, Floricienta, Rincón de Luz y Resistiré. Además, trabajó durante ocho años en la radio, formando parte del equipo de Los 40 Principales, hasta que la venta de la emisora la dejó, junto a sus compañeros, sin empleo.

La crisis laboral coincidió con un momento personal especialmente difícil: su hija Isabella tenía apenas dos años y su padre había sufrido un accidente cerebrovascular durante su embarazo. En ese contexto de angustia y desesperación, Viaggiamari encontró en las redes sociales una vía de escape y expresión. Comenzó a grabar y compartir videos junto a su hija, quien se transformó en su compañera inseparable en esta nueva etapa…

De estos momentos claves (y más…) habla “La Chepi”, invitada a una nueva entrevista lúdica en Mi Cielo. Acá, los momentos más destacados de la charla:

Mariano: —¡Bienvenida, Daniela, Dani La Chepi! Te explico, esto sería como… ¿Viste la la VTV de los autos? Bueno, acá te hacemos la VTA, la Verificación Técnica del Alma ¿entendés? Es como si fuera un viaje espiritual. Como si fuera un espacio del Edén. Una sala de espera celestial.

La Chepi: —Ah, es que me llegó un sobre y me asusté…

Mariano: —Tranquila que yo tengo llegada acá. Empecemos: ¿hay alguna cosa que vos quieras borrar del legajo? Yo puedo apretar un botón y te la saco.

La Chepi: (Piensa) Vamos a borrar algo que me dejó traumada: un chico que me dijo que tenía la vulva rara, algo que me perturbó mucho tiempo. Me dijo “me da impresión porque la tenés como rara”. En serio, ¿eh? Ahora me lo tomo con humor, pero me traumó mucho tiempo eso.

Mariano: —Breve ping pong: ¿n sueño frustrado de la infancia?

La Chepi: —Yo quería ser perito en papiloscopía.

Mariano: —¿Qué sería eso?

La Chepi: —Los que estudian las huellas de las personas. Tenés que entrar a la escuela de suboficiales de la policía. Y así podés saber datos sobre cuándo y cómo murió una persona. Quise hacer eso. Y el mejor amigo de mi papá, un comisario, me dijo “No lo hagas, lo tuyo no va por ahí, va por otro lado”. “¿Por cuál?“, le pregunté. ”Ya lo vamos a encontrar», me dijo.

Mariano: —Sexo, ¿hasta acá satisfecha o no?

La Chepi: —No.

Mariano: —¿No?

La Chepi: —No, muy poco satisfecha. ¡Yo desperté sexualmente muy grande! Después de los 30.

Mariano: —El día que te toque entrar. ¿Con qué tema entrarías?

La Chepi: —“Voy camino a los 50″, de Cachito Castaña.

Mariano: —¿Cuál fue la decisión de vida que a vos te hizo ser esta Daniela que sos ahora?

La Chepi: —Empezar terapia. Hice terapia toda mi vida, pero yo iba a terapia, no hacía terapia. Desde que empecé a hacer terapia, recién a los 43 empecé a entender y a poder manejar un montón de cosas que antes no podía manejar. Las empecé a manejar para convertirlas en herramientas útiles.

Mariano: —Muy buena respuesta. ¿Y cuál puede ser el siguiente paso…?

La Chepi: —Bueno, hace un tiempo bastante largo, el cantor, Cacho Castaña… yo estaba grabando una película con Damián de Santo, que se llama La boleta, me llama el cantor y me dice: “Manicomio -Cacho me decía así, Manicomio-, quiero que hagas un stand up acá en mi café, y yo no me animé. Y recién ahora que termine la locura del teatro, dije “Voy a hacer la fecha. Por mí y por él, que la quería hacer”… Así que esa Chepi que en la vida, desde chica, le enseñaron a ser tan segundona, la verdad que dije “Lo voy a hacer”. Llamé a su bandoneonista, Fede Biraben, una bestia, agarramos temas y los versionamos al tango… No me importa que haya diez personas. Esto va a ser por mí. Voy a cerrar los ojos, como cuando canté con Cacho en el Conrad, en Punta del Este, y se lo mostré a mi viejo, que ya estaba internado y no sabíamos si estaba consciente o no. Y se empezó a emocionar. Porque el único recital que mi viejo fue a ver fue el de Cacho en el Teatro Ópera. Después no lo sacabas. Él se compraba VHS de los Midachi, pero siempre en casa. Mi vieja se quejaba “¡No me llevas a ningún lado!»

Mariano: —Ahora pensá que tenés una botonera para vos sola, con el on demand segundo a segundo de tu vida… ¿Cuál sería el primer play que pondrías para volver a ver y sentirlo y disfrutar?

La Chepi: —El primer botón es el parto cuando tuve a mi hija Isa. Me gustaría volver a vivirlo. Escuchar por fin el primer llanto. Me acuerdo de la partera, de Sergio Paykovsky, que la trajo a la vida a Isa con mucha responsabilidad. Porque era un parto duro, de riesgo, por mis intestinos y demás. Sí o sí tenía que estar con Paykovsky, que es especialista en eso. ¡Pero fue con mucho miedo porque la beba no lloraba!

Mariano: —¿Se te llegó a pasar por la cabeza lo peor?

La Chepi: —¡Claro, pensé que podía perder a mi hija! Aparte habían pasado cosas en la familia muy tristes. No solo lo de mi papá. Cosas que no voy a nombrar por respeto a todos. Y sí, se me cruzó por la cabeza… Y Sergio me dijo “Tranquila…”, y de pronto, cuando levantó el dedo, fue como si el chabón hiciera magia, y ahí se escuchó el primer llanto. Y cuando la vi a Isa fue como… es mucho más de lo que te dicen. Y lo volvería a hacer porque yo a Isa la busqué. Yo quería ser mamá ahí, en ese momento. Y ya sabía que iba a tener una nena. Mi viejo me había dicho “Vas a tener una hija. Te soñé que estabas embarazada”. Y a la semana me enteré que sí, que estaba embarazada. Y una semana después a mi viejo le dio un ACV isquémico y no pudo disfrutar a su nieta.

Mariano: —Qué paradoja la vida, ¿no? Se apaga una y aparece otra vida.

La Chepi: —Totalmente. Yo siempre digo que Isa me salvó la vida, y cuando digo “me salvó la vida” lo digo literal, ¿eh?. Porque mi papá era todo para mí, el típico tano fuerte… Y cuando pasó lo que pasó yo no tenía un motivo para vivir: sentí eso. Dije “Listo, se terminó”. No pensé en nadie más: ni en mis hermanos ni en mi mamá, que los amo con todo mi corazón. Yo estaba muy enfocada en lo de mi papá, no me da vergüenza decirlo. Encima me tocó una ginecóloga que era un horror. “Mirá, no te hagas ilusiones porque antes de los tres meses, viste, lo podés perder…” y yo decía “Bueno, hay maneras y maneras de decirlo, ¿no?»

Mariano: —Bueno, ahora vas a tener la posibilidad y el poder de sacarle el dolor inmediatamente a alguien, un dolor que vos sabés que tiene, podés ver el mango del cuchillo clavado y no se lo puede sacar…

La Chepi:Uyyyyyy, elegiría cada caso que veo en redes o en tele de chicos sufriendo… Cosas que vos decís “¿Por qué hay tantas mierdas en la calle, chabón?“ (mira hacia arriba). ¿Por qué le tiene que pasar esto a esta persona? Por eso cuando uno dice “¿Por qué a mí?“ y mirás al lado, en tu casa, decís ”¡Cerrá el o…! ¿Quién sos vos?“… Y yo creo que mi vieja hubiese elegido lo mismo. Yo pasé casi toda mi vida internada. Una mierda de salud. Tuve el bautismo y la extremaunción. Me hicieron dos por uno… O sea, que no tengo que hacer ese trámite, chabón, si me estás escuchando (mira hacia arriba otra vez).

Mariano: —Bueno, la última: vas a tener la potestad y el poder de bajar un par de horas a alguien que está en el cielo para que vea in situ cómo está la vida…

La Chepi: —¿A uno solo?

Mariano: —Uno solo.

La Chepi: —Sí es uno solo, bajo mi papá. Me tomaría un vino con mi viejo… (piensa y corrige) ¡No, lo bajaría a mi papá y lo sentaría con Isa! Y que aproveche dos horas para conocer y disfrutar a su nieta que tanto quería tener.

Mariano: —Hermoso, muchas gracias, Chepi.

Fotos: Jaime Olivos

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