El boom de los hobbies volvió a poner en primer plano la importancia de contar con actividades recreativas. Pero no se trata solo de pasatiempos que nos permiten frenar la rutina: según la ciencia, prácticas como tejer, bordar, hacer jardinería, cocinar recetas familiares, cuidar plantas, resolver crucigramas o tocar un instrumento son excelentes para la salud mental. Ayudan a prevenir la depresión, mejorar la memoria e incluso retrasar el deterioro cognitivo.
Menos síntomas de depresión y más satisfacción con la vida
En 2023 Nature Medicine publicó un estudio que analizó los datos de más de 93 mil personas mayores de 65 años en 16 países. Entre sus principales conclusiones encontró que quienes tenían hobbies regulares presentaban menos síntomas depresivos, mayor satisfacción con la vida y una mejor percepción de su salud. De hecho, el beneficio de tener hobbies fue consistente sin importar el contexto cultural o socioeconómico. Misma conclusión a la que llegó el meta-análisis publicado por Journal of the American Medical Association que además reportó que tener pasatiempos brindaban una sensación más fuerte de propósito y vitalidad.
Analizando pasatiempos como la lectura, la escritura creativa, la jardinería, el tejido y las actividades artísticas como pintar o esculpir, en 2024 se publicó un nuevo análisis en PubMed que confirmaba las conclusiones anteriores pero que también reafirmó que ayudan a disminuir la ansiedad y fortalecen el tejido social.
Más allá de la salud mental: gimnasia para nuestro cerebro
Pero los beneficios no se detienen en el estado de ánimo, ya que ambién hay evidencia de que estos hobbies ayudan a mantener la agilidad mental. En PMC en 2023 se publicó un meta-análisis que confirmaba que actividades como leer, resolver crucigramas, hacer manualidades o tocar música estaban asociadas a una menor incidencia de deterioro cognitivo leve y demencia ya que se trata de tareas que estimulan diferentes áreas del cerebro.
Además, un trabajo de la University of South Australia, publicado en The Journal of Gerontology, descubrió que pasatiempos como leer, escuchar música, rezar o hacer manualidades están vinculados a una mejor función cerebral en adultos mayores. A esto se suma otro estudio reciente publicado en Time, que mostró que adoptar rutinas con hobbies, ejercicio físico y conexión social no solo mejora el ánimo, sino que retrasa el envejecimiento cerebral en adultos entre 60 y 79 años. De hecho, quienes hacían estos cambios mostraron un rendimiento mental similar al de personas dos años más jóvenes.
Ahora bien, ¿solo hablamos de actividades creativas? No, incluso el simple hecho de cuidar una mascota tiene múltiples beneficios y así lo demostró una investigación realizada en Europa con más de 16.000 adultos mayores dueños de gatos que presentaban mejor fluidez verbal y memoria, mientras que los que tenían perros mostraban menor deterioro en la memoria inmediata y diferida.
Entonces: ¿por qué funcionan tan bien estos hobbies?
Muchos de estos pasatiempos, que culturalmente asociamos con “las abuelas”, tienen una combinación ideal de beneficios:
- Estimulan la mente: resolver un puzzle, tejer o leer activa funciones cognitivas como la memoria, el lenguaje y la atención.
- Fomentan la creatividad: bordar, escribir o cocinar ayudan a canalizar emociones y expresarse.
- Dan sensación de propósito: terminar una bufanda o hacer crecer una planta refuerza la autoestima y el sentido de logro.
- Generan placer inmediato y sostenido: estas actividades suelen ser placenteras en sí mismas, y liberan dopamina sin necesidad de pantallas ni estímulos fuertes.
- Promueven la conexión social: muchas veces se practican en grupo, lo que reduce el aislamiento.
- Tienen un ritmo propio: a diferencia de la vida laboral o de las redes sociales, estos hobbies invitan a la paciencia, al foco, a la presencia.