De Alemania a Australia, cómo el segundo mandato de Trump impacta en las elecciones de todo el mundo

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WASHINGTON.- Este fin de semana Australia se sumó a una lista que no para de crecer: la de los países donde se celebraron elecciones en las que la política exterior y el discurso del presidente norteamericano, Donald Trump, han influido profundamente.

El primer ministro de centroizquierda australiano, Anthony Albanese, se alzó el sábado con un segundo mandato tras meses de estar rezagado en las encuestas. Si bien en su triunfo influyeron otros factores, según los analistas, los aranceles impuestos por Trump a Australia parecen haber mejorado las perspectivas del oficialismo, en consonancia con los resultados de las elecciones del lunes en Canadá, donde los votantes que buscaban una respuesta a Trump eligieron a Mark Carney.

Desde Alemania hasta Groenlandia, el mandatario norteamericano se ha convertido en un factor clave en la política electoral mundial, ya que a sus preocupaciones de base algunos votantes tuvieron que contestarse una nueva pregunta: ¿Quién es el mejor para enfrentar a Trump?

Australia

Tras liderar las encuestas durante seis meses, a medida que se acercaban las elecciones del 3 de mayo en Australia, el candidato conservador Peter Dutton, se fue rezagando. El sábado, el Partido Laborista obtuvo una apabullante victoria, consolidando una mayoría parlamentaria que incluye arrebatarle el escaño a Dutton, una derrota histórica para un líder opositor en unas elecciones federales australianas.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, celebra con su pareja Jodie Haydon y su hijo Nathan después de ganar las elecciones generales en el evento de la noche electoral del Partido Laborista en Sídney. (Photo by Saeed KHAN / AFP)

Por momentos, Dutton quiso parecer emular a Trump: exdetective y un halcón frente a la política exterior china, Dutton prometió que si se convertía en primer ministro encararía la solución de la ineficiencia del gobierno, haciéndose eco del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (la sigla DOGE, en inglés) que pusieron en marcha Trump y Elon Musk. También prometió recortar drásticamente las iniciativas de “diversidad e inclusión cultural” en el gobierno y las escuelas, similar a la ofensiva de Trump contra los programas de esas características.

Pero la reputación de Trump en Australia se desplomó cuando impuso sus elevados aranceles a nivel mundial —incluido un arancel del 10 % sobre los productos de su viejo aliado— y el apoyo de Dutton cayó junto con el de Trump, según señalan los analistas a The Washington Post.

Tras la masiva disrupción de los aranceles para el sistema comercial mundial, Albanese repuntó en las encuestas.

“Así no actúan los amigos”, disparó Albanese cuando Australia fue golpeada por el arancel de Trump.

En su discurso de victoria del sábado, Albanese aludió al fracaso de Dutton.

“No necesitamos pedir prestado ni copiar modelos de ninguna parte”, dijo el reelecto primer ministro. “No buscamos inspiración en el extranjero. La encontramos aquí mismo, en nuestros valores y en nuestra gente”.

Canadá

En abril, el primer ministro Mark Carney y su partido liberal lograron la victoria, remontando una desventaja de más de 20 puntos en las encuestas, un repunte impulsado en parte por la guerra comercial de Trump y las amenazas de anexión que lanzó sobre ese país.

Mark Carney, en su noche de victoria. (Adrian Wyld/The Canadian Press via AP)

“Como vengo advirtiendo desde hace meses, Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país”, declaró Carney en su discurso de victoria. “Y no son meras amenazas: el presidente Trump intenta quebrarnos para que Estados Unidos pueda apoderarse de nosotros”.

Trump amenazó repetidamente con convertir a Canadá en el estado número 51 de Estados Unidos y anunció aranceles sobre algunas de las mayores exportaciones canadienses. En la mañana del día de las elecciones en Canadá, Trump les deseó “buena suerte” a los canadienses en una publicación en redes sociales, y aprovechó para repetir su amenaza de anexar el país.

Hasta unos meses antes de las elecciones del 28 de abril, las encuestas favorecían a Pierre Poilievre, político de carrera y populista de derecha que en su momento declaró la guerra al “wokeismo”. Pero como la agresiva política exterior de Trump enfureció a muchos canadienses, las similitudes con Trump le jugaron en su contra. En cuestión de meses, los aranceles de Trump y la mención del “estado número 51” alteraron el tono de la política canadiense y abrieron la puerta al resurgir del nacionalismo canadiense.

Mientras tanto, Carney, exdirector del banco central que reemplazó a Justin Trudeau como primer ministro tras su renuncia en marzo, aprovechó la preocupación de los canadienses con Trump, sabiendo que muchos buscaban a alguien que pudiera proteger a su país del líder norteamericano, según The Washington Post.

Groenlandia

Menos de tres meses antes de las elecciones de Groenlandia, y antes de asumir el cargo, Trump reclamó para Estados Unidos el territorio semiautónomo del reino de Dinamarca, publicando en redes sociales: “Por razones de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América considera que es su necesidad absoluta la propiedad y el control de Groenlandia”.

Semanas después, reiteró su deseo de quedarse Groenlandia, y escribió: “Groenlandia es un lugar increíble, y su gente se beneficiará enormemente si se convierte y cuando se convierta en parte de nuestra nación. La protegeremos y la apreciaremos de un mundo exterior muy cruel. ¡Hagamos que Groenlandia vuelva a ser grande!”.

Sus comentarios atrajeron una atención inédita hacia las elecciones de Groenlandia, que rara vez han sido foco de atención internacional. Mute Egede, entonces primer ministro de Groenlandia, enfatizó que Groenlandia “no está en venta”. El Parlamento prohibió a los partidos políticos recibir contribuciones “de contribuyentes extranjeros o anónimos”, en una medida destinada a proteger la integridad de la política. Y en un debate final, días antes de que Groenlandia eligiera nuevo gobierno, los líderes de los cinco partidos del Parlamento expresaron su desconfianza unánime hacia Trump.

El presidente de Demokraatit, Jens-Frederik Nielsen (izquierda), celebra durante la fiesta electoral en el café Killut de Nuuk,(Mads Claus Rasmussen/Ritzau Scanpix via AP)

Y las amenazas de Trump siguen siendo un punto focal para los líderes de Groenlandia: este mes, el recién juramentado primer ministro, Jens-Frederik Nielsen, enfatizó que Groenlandia “nunca jamás será una propiedad que pueda ser comprada por cualquiera”.

Alemania

Antes de las elecciones alemanas, los funcionarios del gobierno de Trump respaldaron abiertamente al partido ultraderechista y antiinmigrante Alternativa para Alemania (AfD), al que la inteligencia alemana posteriormente clasificaría como organización extremista.

El 20 de diciembre, Elon Musk, el multimillonario designado por la Casa Blanca para dirigir el DOGE, escribió que “solo la AfD puede salvar a Alemania”. En X, la red social de su propiedad, promocionó a AfD más 70 veces entre sus 218 millones de seguidores, magnificando el alcance del partido en redes sociales. Y el actual vicepresidente J. D. Vance se convirtió en el funcionario norteamericano de mayor rango en reunirse con la líder de la AfD, Alice Weidel, y en un discurso propuso exportar a Europa la política del MAGA.

Friedrich Merz, presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), habla en un evento de campaña electoral de la CDU en Halle/Saale

Los líderes alemanes se indignaron y acusaron al gobierno de Trump de interferir en los asuntos internos a menos de 10 días de las elecciones nacionales. El AfD, anteriormente marginal, que venía ganando terreno mucho antes del regreso de Trump al poder, quedó en segundo lugar, con más del 20% de los votos.

Europa necesita “independizarse paso a paso de Estados Unidos”, declaró tras la elección Friedrich Merz, el conservador demócrata cristiano que se convertirá en el próximo canciller.

Otras elecciones

La reacción electoral internacional al regreso de Trump no se ha manifestado solo en su contra.

En el Reino Unido, el partido derechista y antiinmigración Reform ha intentado equilibrar las críticas a Trump con intentos de aprovechar la corriente subyacente similar que lo catapultó al poder. Reform obtuvo avances históricos en las elecciones locales de esta semana, y el fundador del partido, Nigel Farage, que defendió el voto británico a favor del Brexit, ahora está alineado con Trump.

En Rumania, el ultranacionalista George Simion es uno de los favoritos para ganar la repetición de las elecciones presidenciales de este fin de semana. Simion ya expresó su apoyo al movimiento MAGA de Trump.

En Ecuador, el presidente Daniel Noboa este mes ganó la reelección y podría haber recibido impulso por su aparente relación amigable con Trump, según le dijo a The Washington Post la analista política ecuatoriana Caroline Ávila.

Y hay elecciones en ciernes: en junio será el turno de Corea del Sur para elegir presidente, y para julio está previsto que Japón celebre elecciones para su Cámara de Consejeros. Y la política interna de esos dos aliados clave de Estados Unidos también podría verse afectada por el impacto de los aranceles de Trump.

Por Anumita Kaur

(Traducción de Jaime Arrambide)

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