Un cambio brusco en la atmósfera volverá a poner en alerta invernal a una gran parte de Estados Unidos, desde el noreste hasta el sur profundo. La combinación entre un vórtice polar inusualmente activo, alteraciones repentinas en la estratosfera y el rol adicional de La Niña abren la puerta a un escenario que podría dejar temperaturas muy por debajo de lo habitual y episodios de nieve en numerosos estados. Según los especialistas, la evolución puede resultar más intensa a medida que avance diciembre.
El despliegue del aire glacial sobre el territorio de Estados Unidos
La previsión inicial de USA Today indicó que una masa de aire frío se expandirá sobre el Medio oeste y la región de los Grandes Lagos alrededor de Acción de Gracias. El meteorólogo Ryan Maue explicó que esta primera irrupción no constituye una descarga ártica plena, sino una antesala.
Sin embargo, la expectativa aumenta porque el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) advirtió que las temperaturas por debajo de lo normal serán favorecidas en una extensa franja que incluye el norte del Pacífico Noroeste, las Grandes Llanuras, sectores de Texas y zonas interiores del Atlántico Medio. La agencia puntualizó que ese descenso térmico puede iniciarse tan pronto como el 25 de noviembre, con una expansión hacia el este entre el 26 y el 30.
En paralelo, ABC News amplió que este patrón atmosférico se vincula con una alteración del vórtice polar, una estructura de vientos que rodea las capas medias de la atmósfera y que, cuando se debilita, permite que el aire extremadamente frío se deslice desde el Ártico hacia latitudes inferiores.
El fenómeno podría abrir paso a un período más invernal de lo habitual sobre el centro del país norteamericano y aumentar las probabilidades de nieve intensa, especialmente en los alrededores de los Grandes Lagos, donde el llamado efecto lago suele potenciar las nevadas.
Los especialistas consultados por ABC News explicaron que estas perturbaciones comienzan cuando el vórtice ubicado sobre los polos se debilita o se estira. Esto puede desplazar frío intenso hacia el sur y generar irrupciones bruscas. En casos más extremos, el motor de ese cambio es un calentamiento repentino de la estratosfera, proceso que suele ocurrir una o dos veces por invierno y que altera el equilibrio de vientos en altura.
La alteración temprana del vórtice polar y sus efectos sobre el clima de EE.UU.
El medio The Weather Channel analizó que este año el vórtice polar mostró señales de un debilitamiento prematuro, algo que rara vez sucede antes de diciembre. De acuerdo con el experto Jonathan Erdman, este fenómeno anticipado podría inaugurar una secuencia más persistente de episodios fríos en amplios sectores del país norteamericano.
La cadena meteorológica recordó que, cuando el vórtice permanece fuerte y simétrico, el aire gélido queda contenido cerca del Polo Norte. Pero cuando pierde fuerza, comienzan a instalarse patrones de bloqueo en latitudes altas que abren la puerta al ingreso de masas heladas.

El climatólogo Judah Cohen, citado por USA Today, anticipó que la verdadera irrupción ártica podría llegar en la segunda semana de diciembre, con un impacto mayor al este de las Montañas Rocosas.
Según su análisis, este tipo de vórtice polar “estirado” tiende a producir eventos intensos, pero más breves, a diferencia de un calentamiento estratosférico súbito clásico, que puede modificar el clima durante dos meses. Cohen recordó que el último episodio similar de gran envergadura ocurrió en diciembre de 2022 y derivó en la tormenta que paralizó a Buffalo.
Clima invernal: qué se espera en distintas regiones de Estados Unidos
La transición entre finales de noviembre y comienzos de diciembre será clave para determinar cuán profunda será la ola de frío. Los pronósticos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) proyectan temperaturas por debajo del promedio para la mayor parte de Estados Unidos durante ese período, aunque advierten que se trata de estimaciones generales que no contemplan las oscilaciones de corto plazo.
Esto significa que puede haber irrupciones heladas de pocos días seguidas por lapsos más templados, pero con un balance final dominado por el descenso térmico.

En este marco, los expertos señalan que el frío más intenso podría concentrarse del norte de las Grandes Llanuras hacia el noreste, lo que incluye estados como Nueva York. También advierten que Texas forma parte del grupo de regiones que pueden experimentar temperaturas inferiores a lo habitual, algo que coincide con la comunicación del Servicio Meteorológico Nacional sobre la posibilidad de que el aire ártico avance incluso hacia el sur.
