El Emirates Stadium, en el corazón de Londres, es un hervidero. Arsenal y Real Madrid empatan sin goles en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League. Van 13 minutos del segundo tiempo y el austríaco David Alaba le comete una infracción a Bukayo Saka, de los Gunners. Hay unos 40 metros de distancia entre la pelota y el arco. Los hinchas del equipo inglés casi no recuerdan cuándo fue la última vez que celebraron un gol de tiro libre. Han pasado casi tres años y medio y 188 partidos desde aquel tanto del noruego Martin Odegaard ante Burnley, por la Premier League.
Saka se para frente a la pelota. A su lado, un lanzador impensado: Declan Rice. El inglés de 26 años, formado en Chelsea, pero que debutó en la primera de West Ham y fue el traspaso récord en la historia de los Gunners, lanzó 12 tiros libres en su carrera. No convirtió nunca en ¡388! partidos. Al borde de la línea de cal, Nicolás Jover, responsable de las pelotas paradas de Arsenal, agita las manos. Hace señas. Pide que crucen el balón, por sobre la barrera y al palo de Thibaut Courtois, el arquero merengue. Saka se acerca a Rice: “Si lo sentís, hacelo”, murmura. Y Rice va…
Lo que sigue es una parábola para la historia. El mediocampista -que fue defensor central en sus inicios- anota un gol tan épico -por lo que hay en juego- como inesperado. La pelota se cuela en el arco del Real Madrid a la velocidad del sonido. Es un gol estético; una obra de arte. Rice ensaya un festejo con su gente. Arsenal gana 1-0.
La historia se repetiría más tarde. Otro tiro libre, otra ejecución magistral de Rice, el chico de todas las tapas que alguna vez se frustró porque Chelsea lo dejó libre y, más tarde, temió que West Ham no le hiciera un contrato profesional. Aquel jovencito se transformó en todo un hombre: 188 centímetros de músculo y una progresión que lo ubica como el próximo capitán de la selección inglesa. Los 105 millones de libras que pagó Arsenal para contar con él a mediados de 2023 parecen quedarse cortos.
Rice habló por televisión con Thierry Henry, cuya estatua domina una de las entradas del Emirates. Un ídolo de ayer con otro de mañana. “El plan era cruzar la pelota al otro palo. Pero hablé con Bukayo [Saka] y le dije que no era bueno cruzarla. Y miré la barrera y a Courtois. Vi el espacio por fuera de la barrera al que podía llegar con la pierna derecha. Él me dijo: ‘Si lo sentís, hacelo’. Entonces le respondí: ‘¿Sabes qué? ¡Voy por eso!‘. Si no corrés el riesgo… no convertís. Así que… Apenas pateé sabía que tenía una chance“, dijo el bigoleador inesperado sobre el primer tiro libre de una noche inolvidable.
“No tenía sentido cruzarla desde ese ángulo. Tendría que haber sido un pase delicado”, agregó Rice sobre aquel primer tiro libre y su decisión de rematar al arco, desoyendo a Jover. “Estoy feliz de haber corrido el riesgo, porque fue mágico”, se congratuló a si mismo el futbolista inglés. Aquella decisión de Rice no impidió que Jover, asistente del entrenador Mikel Arteta y encargado de las pelotas paradas, festejara el gol casi como propio. “Que reclame el gol si lo cree así. No importa. Es increíble”, valoró Arteta.
“Es la primera vez que veo un buen tiro libre ejecutado por él”, confesó el defensor francés William Saliba. Una prueba más de que Rice no es un experto en tiros libres. Pero el inglés tenía el arma guardada: “Estaba en el vestuario”, admitió. El diario The Telegraph lo explica: “Contra Chelsea, a mediados de marzo, ejecutó su primer tiro libre en más de un año. Ante Everton, el sábado pasado, puso a prueba a Jordan Pickford con un feroz remate desde el borde del área”. El propio arquero inglés dijo alguna vez sobre su compañero de selección que tiene un tiro “potentísimo”. Ya era hora de que Arsenal lo aprovechara.
¡¡IMPACTANTE DECLAN RICE PARA EL 1-0 DE ARSENAL ANTE REAL MADRID!!
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— SportsCenter (@SC_ESPN) April 8, 2025
“No hacíamos un gol de tiro libre desde septiembre de 2021″, recordó Mikel Arteta, el vasco que dirige al Arsenal, tras el partido. Y añadió: “El último había sido de Odegaard contra el Burnley. En total, 188 partidos entre aquel y este de la Champions. ¿Qué probabilidad podía haber de que un jugador que nunca había convertido así lo hiciera dos veces en 12 minutos?“, se preguntó. Y fue retórico, porque él mismo se respondió: ”Pero lo hizo esta noche. Y soy un gran creyente en que la hinchada jugó su partido con la energía que puso. Nos ayudó muchísimo a ganar el partido“, confesó el entrenador.
“Fui a ver mi teléfono y se había vuelto loco. Convertir mi primer tiro libre en un partido es especial. Más tarde, cuando anoté el segundo… simplemente tuve conifianza. Y la verdad es que no tengo palabras. Es una noche histórica: no creo que lo que hice hoy me afecte en el futuro”, dijo Rice en declaraciones a Amazon Prime.
Lo mejor de la victoria de Arsenal ante Real Madrid
“Ni Superman lo atajaba”
“Absolutamenete increíble”, calificó Alan Shearer, legendario delantero inglés, al segundo gol de Rice de tiro libre. Clarence Seedorf, ex mediocampista de la selección de Países Bajos -y dueño de una pegada exquisita- fue más allá: “Ni Superman lo atajaba”. Rice dio su propia versión del tiro, ya inmortal: “Parece muy lejos. Martin [Odegaard] y yo íbamos a tocar la pelota y colocarla. Pero Kylian [Mbappé] estaba demasiado cerca. Así que pensé: ‘Tengo al arquero enfrente. Practico mucho esto, así que lo voy a intentar. Si se va por arriba del travesaño, no importa. Probé muchas veces, pero la pelota solía pegar en la barrera o irse por encima del travesaño”, recordó Rice. Y resumió sus sensaciones: “Estoy emocionado y feliz. Dentro de unos años me daré cuenta de lo que he hecho esta noche, que fue realmente especial”.
Antes de su fama mundial por los tiros libres ante Real Madrid, Rice se hizo conocido por un nuevo apodo en el vestuario de Arsenal. “El Caballo”, le puso su compañero ucraniano Oleksandr Zinchenko. Lo que primero fue un chiste por su dinámica incansable y su inquebrantable voluntad hasta en los entrenamientos, más tarde se transformó en un hábito. A Zinchenko le siguió el ítalo-brasileño Jorginho. Luego, el resto de sus compañeros y hasta el staff técnico. Rice es “El Caballo” [“The Horse”, en inglés].
“Creo que es porque creen que puedo correr todo el día, que soy atlético, que puedo volver a jugar, que soy constante y que estoy disponible para el equipo. Incluso dos días después del último partido, sigo corriendo en los entrenamientos y piensan que estoy loco. No me importa el apodo, pero tengo que seguir así”, confesó Rice en una entrevista con Sky Sports. A juzgar por su trajín y su juego en la mitad de la cancha, Rice es un Purasangre.