En mayo pasado se había realizado un operativo antidrogas en una gomería situada en la localidad salteña de General Mosconi, donde se encontró el acopio de 425 kilos de cocaína. Ese local emergió entonces como un elemento clave para definir la forma de operar de un grupo de traficantes que transportaban estupefacientes dentro de los neumáticos de camiones. Los investigadores judiciales y de la Gendarmería siguieron las pistas halladas durante ese procedimiento consignado procedimiento en los alrededores de la ruta nacional 34. Y el pasado martes llegó otro golpe a ese red de logística narco: fue interceptado un camión en Santiago del Estero que trasladaba 417 kilos de cocaína ocultos en las ruedas.
No fue un hallazgo al azar, propio de un control de ruta que se topa con un cargamento de drogas, sino una investigación especial que derivó en el arresto de siete sospechosos y allanamientos en la fronteriza ciudad de Salvador Mazza, en la mencionada General Mosconi, en el municipio salteño de Joaquín V. González y en la ciudad santiagueña de Quimili.
“La investigación estableció que el modus operandi de la organización era traficar cocaína oculta en neumáticos de camiones”, se indicó en el escrito de la fiscalía sobre ese grupo delictivo que opera en la frontera norte.
La causa está a cargo de la fiscal federal Lucía Orsetti y la pesquisa fue realizada por gendarmes de la Sección de Investigaciones Antidrogas Aguaray. “A través de una gran investigación impulsada por el Ministerio de Seguridad Nacional para neutralizar el accionar de los narcotraficantes y tras un megaoperativo efectuado en las provincias de Salta y Santiago del Estero, efectivos de Gendarmería Nacional Argentina secuestraron 417 kilos de cocaína y detuvieron a ocho personas”, informó la cartera conducida por Patricia Bullrich.
Las tareas de vigilancia encubierta permitieron a los gendarmes determinar que el grupo delictivo había preparado otro cargamento de cocaína. Se preparó entonces la interceptación del transporte durante la circulación por la ruta nacional 34, a poco de ingresar en la provincia de Santiago del Estero. Varias unidades de la Gendarmería ya estaban detrás del camión usado para esconder el cargamento de drogas cuando la trampa se cerró en la localidad de Senda Hachada. Tampoco pudo escapar la camioneta que actuaba como puntero, con la misión de informar al conductor del transporte sobre los controles instalados en los caminos. Es una maniobra habitual en estos movimientos importantes de drogas, con algún vehículo que se adelanta al transporte para dar aviso sobre puestos móviles de inspección y da tiempo al camionero a cambiar de recorrido con una vuelta en U. Esta vez no les resultó a los traficantes esa medida de contrainteligencia. Fueron sorprendidos por los gendarmes.
Con el camión detenido a la vera de la ruta nacional 34, un perro adiestrado para la detección de drogas marcó el escondite: la droga estaba oculta en los neumáticos, tal como esperaban los detectives que participaron en la investigación iniciada el pasado 8 de mayo tras una llamada anónima.
“A pedido de la fiscalía, la jueza federal de Garantías de Tartagal, dio por formalizada -en una audiencia realizada hoy- la imputación requerida contra los siete acusados identificados como José Sandaliche, Sergio Lezcano, Claudio Alarcón, Héctor Andolfi, José Pereyra, Marcos Martínez y su hijo Nahuel, por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en grado de coautores. También convalidó las detenciones, dictó la prisión preventiva para los siete implicados y ordenó una serie de medidas probatorias, entre ellas, el peritaje de 14 teléfonos secuestrados”, señaló el Ministerio Público Fiscal en su sitio web de noticias oficiales.
Continuidad de la causa
En la presentación realizada por la fiscal Orsetti y el auxiliar fiscal Matías Aguilera quedó expuesto que el procedimiento concretado en Senda Hachada es la continuación de la pesquisa que había permitido el decomiso de 425 kilos de cocaína en mayo pasado. En consecuencia, se trata de una organización delictiva que en pocos meses movió, al menos, casi una tonelada de drogas. Esa cantidad representa la carga de dos vuelos narco.
Los investigadores apuntan como líder de esa red logística narco a Néstor González, que fue detenido poco después del primer golpe recibido por la banda durante el allanamiento en la gomería de General Mosconi. Ese municipio de poco más de 15.000 habitantes es lindero con la estratégica ruta nacional 34. Está situado a unos diez kilómetros al sur de Tartagal, a 40 de Aguaray y a 70 de Salvador Mazza, uno de los principales puntos de entrada de la cocaína desde la ciudad boliviana de Yacuiba. Entre 1997 y 2001 la atención de todo el país estuvo concentrada en General Mosconi. Y no por temas de narcotráfico. Fue en esa localidad donde el movimiento piquetero generó las situaciones más conflictivas -y sangrientas- en choques el mismo tiempo con hasta tres de los por entonces cinco destacamentos móviles de la Gendarmería. Esa zona petrolera y gasífera aparece hoy como base de operaciones de la logística narco que se despliega en la frontera con Bolivia.
Ese operativo inicial en General Mosconi no solo posibilitó el hallazgo de casi media tonelada de cocaina, sino que también fueron secuestrados un camión y dos camionetas. Esos vehículos resultaron claves para el avance de la investigación.
“Se pudo reconstruir movimientos de vehículos y conexiones telefónicas de los imputados, tarea que se vio complementada con informes de las cámaras de video de la policía provincial e informes de las empresas de telefonía celular, respecto a impactos de geoposicionamiento de los teléfonos investigados. Así fue como se llegó a identificar, en primer término, a Martínez, su hijo, Sandaliche y Pereyra. De sus movimientos se localizaron ciertas ubicaciones de interés, como sus domicilios en Salvador Mazza, un inmueble en Joaquín V. González, otro en Mosconi y, en la localidad santiagueña de Quimili, una finca y dos viviendas”, se indicó en la información del Ministerio Público Fiscal.
La fiscalía agregó que con ese trabajo de seguimiento sobre el grupo de sospechosos se pudo establecer que en Santiago del Estero la banda tenía “a su disposición un camión Volvo y de dos camionetas, una Toyota Hilux y una Volkswagen Amarok, vehículos con los que parecían realizar preparativos para un nuevo transporte de estupefacientes”.
Se detalló entonces que a partir de interceptacones teléfonicas y del trabajo de los investigadores de la Gendarmería fue ubicado el mencionado camión cuando ingresaba el 25 de agosto pasado en una finca situada en Quimili. Pocas horas después el vehículo de transporte se dirigió hacia el norte hasta llegar a la localidad de Joaquín V. González, con dos camionetas que se movían como “satélites” del camión. Los traficantes permanecieron allí hasta el lunes pasado. Unidades de la Gendarmería ya estaban en la zona para observar de cerca.
El camión avanzó hasta un paraje cercano a General Mosconi. Cinco horas después emprendió, finalmente, el camino hacia el sur, según el detalle aportado por el Ministerio Público Fiscal. Cincuenta kilómetros después se cerró la trampa preparada por los gendarmes.