Dee Dee Ramone: se crio en Alemania, alcanzó la fama en Nueva York, pero su vida cambió en Argentina

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En el año 2002, los Ramones tuvieron el privilegio de ingresar al Hall de la Fama del Rock and Roll, con lo cual finalmente se oficializó el reconocimiento de la industria para con la banda. Lamentablemente, unos meses después, el 5 de junio de 2002, Dee Dee Ramone, miembro fundador, bajista y compositor de varios de sus más reconocidos temas, moría de una sobredosis de heroína en su piso de Los Angeles.

Desde su partida de la banda, el bajista había estado tratando de escaparle al fantasma de los Ramones sin éxito, grabando un par de anodinos discos del cual sobresale Zonked (de 1997 e irónicamente el más imbuido del espíritu y sonido de su vieja banda), un excelente trabajo producido por Daniel Rey y que cuenta con la colaboración de Lux Interior de los Cramps, su esposa argentina Bárbara Zampini y sus ex compañeros Marky y Joey. También escribió un par de libros autobiográficos y dos novelas, en donde los géneros parecen confundirse, ya que los libros que supuestamente deberían contar hechos reales parecen contener ficción, y viceversa. En los últimos años de su vida también se había dedicado a la pintura. De todas maneras nada pudo evitar que finalmente fuera al encuentro de su aciago destino tóxico.

Corazón venenoso

Douglas Glenn Colvin nació el 18 de septiembre de 1951 en Fort Lee, Virginia, pero a los seis años ya estaba viviendo en Munich, Alemania, donde su padre, militar de profesión, había sido trasladado por el ejército de Estados Unidos.

Dee Dee en tiempos de The Ramones

Su infancia fue realmente desgraciada, sus padres no se llevaban bien y las peleas eran constantes y -a partir de lo que contara el propio Dee Dee- salvajes. Su padre estaba movilizado en Berlín a finales de la Segunda Guerra Mundial y allí conoció a la futura madre del bajista, de sólo 17 años. La carrera de su padre, veinte años mayor que su madre, llevó a la familia a mudarse de un lugar a otro de Alemania durante la convulsionada y poco estable niñez de Douglas.

Mientras el matrimonio Colvin se mudaba cada dos años de una base militar a otra -emborrachándose, pegándose y discutiendo permanentemente- su solitario y descuidado hijo fracasaba en el colegio y se entretenía recorriendo ruinas de la guerra, coleccionando “recuerdos” del Tercer Reich, tales como cascos, bayonetas, proyectiles y máscaras de gas. Muy pronto descubriría dos ítems que serían constantes en su vida: el rock and roll y las drogas.

A su madre, que era joven en esa época, le encantaba el rock and roll de los cincuenta, razón por la cual Douglas creció escuchando a Bill Haley, Elvis Presley y Little Richard. A comienzos de la década del sesenta, los Colvin -ya con otro hijo más, una niña llamada Beverly- regresaron por un breve tiempo a los Estados Unidos, afincándose en Atlanta, período que Douglas recordaría como uno de los menos malos de su vida. Pero pronto su padre volvió a ser trasladado a Alemania, a Pirmasens, un lugar muy duro por aquellos años.

Douglas tenía unos doce años y allí tuvo su primer encuentro con la violencia, aprendiendo a sobrevivir portando una navaja automática para no ser golpeado por los chicos mayores. También tuvo su primer encuentro con la droga, al descubrir un manojo de tubos de morfina -seguramente robados de la enfermería de la base- escondidos en unos cubos de basura detrás de un garaje. Vendió la mitad y usó la otra para su uso personal. Comenzaría allí su adicción a las drogas duras que le acompañaría por todo el recorrido de su vida.

Como no podía ser de otra manera, aparecieron los Beatles en su camino, y con ellos toda la fascinación definitiva para encontrar en la música el escape ideal a la dura realidad. Douglas y su hermana Beverly se harían fanáticos después de ver el film A Hard Day’s Night. Intentando poner un poco de glamour a su persona, Douglas cambiaría su nombre por el de “Dee Dee” y su apellido por el de “Ramone”, basado en el apellido falso que Paul McCartney (Paul Ramon) usara en sus comienzos con los Beatles.

Una posterior mudanza a Berlín ampliaría sus gustos musicales, al poder asistir a conciertos de los Rolling Stones, The Kinks, The Who y The Small Faces. Lamentablemente, una semana antes de la primera visita del Jimi Hendrix Experience a Berlín, tuvo que emprender una veloz retirada de Alemania junto a su madre y hermana, escapando de su violento padre. Nuevamente rumbo a los Estados Unidos, aunque esta vez para siempre.

Dee Dee, Tommy, Joey y Johnny, en Santa Monica, California, en agosto de 1976

Nacen Los Ramones

Dos años después, Dee Dee se encontraría vagando por las calles de Forest Hills, en Queens, Nueva York, a veinte minutos de tren de Manhattan. Al mes de mudarse a Queens tomó su primer ácido. Lo haría muchísimas veces más, alternando con el pegamento y el removedor para muebles que aspiraba cuando no tenía otra cosa. Y si bien el LSD le parecía “algo divertido” -según escribiría en su autobiografía-, no era lo suyo. Lo “suyo” era la heroína, la cual le hizo entrar en otro submundo, prácticamente delictivo, y en otro entorno, el de la gran ciudad, Manhattan.

Según su amigo Arturo Vega (quien además fuera una suerte de consejero artístico de la banda durante toda su carrera: diseñando sus remeras, pintando los fondos de la escenografía, dirigiendo las luces en los shows y el autor de su celebérrimo logo), por conseguir dinero para la heroína, Dee Dee llegó a ejercer -durante un breve tiempo- de taxi-boy en la famosa esquina neoyorquina de las calles 53 y 3, punto neurálgico de la prostitución masculina en la ciudad. Años después, Dee Dee inmortalizaría la citada esquina en una canción del mismo nombre -“53rd & 3rd”, en el primer álbum de la banda- aunque siempre negó que la historia que contaba en ella fuera autobiográfica.

Dee Dee Ramone
Falleció anteayer, a los 49 años, uno de
los fundadores del grupo punk Ramones

De todos los futuros Ramones, Dee Dee fue el más marginal en su adolescencia; ni siquiera se molestaba en ir al colegio, tan sólo deambulaba de aquí para allá tratando de comprar, robar, vender o cambiar droga, o practicar divertimentos tales como arrojar televisores rotos desde las azoteas, especialmente si pasaban señoras con el carro de las compras. Pero también soñaba despierto con armar una banda de rock. Tenía un nuevo amigo -un tipo mayor y peligroso que parecía sabérselo todo- con el cual podía compartir, (además de lo de los televisores), el tema de la música y los instrumentos. Era John Cummings -futuro trabajador de la construcción y por entonces repartidor de entregas de una tintorería-, quien, como él, amaba a los Stooges y conocía a casi todos los chicos del barrio que estaban en la misma sintonía, como Richie Stern (gran imitador de Iggy Pop), Tommy Erdelyi (que muchos conocían como “Scotty”) y un flaco como de dos metros, ciego como un murciélago y con una pinta de lo más rara, llamado Jeff Hyman.

A principios de 1974, Tommy cumple el viejo sueño de tener un estudio de ensayo y grabación propio, con su amigo Monte Melnick en pleno Manhattan -en el 23 Este de la calle 20, a metros de Park Avenue. En realidad, las dueñas del loft donde montaron el estudio eran una pareja de mujeres que tenían la intención de meterse en ese mundillo de las grabaciones y la música, pero no tenían el conocimiento para hacerlo. Una de ellas era amiga del sobrino de Monte, y por ahí vino la conexión: Monte llamó a Tommy, y entre ambos diseñaron y montaron (ellos mismos) todo el tinglado. Le llamaron Performance Studios y logró hacerse un nombre durante su breve existencia.

Mientras tanto, Johnny había perdido su trabajo en la construcción, después de casi cinco años como albañil, por unas reformas sindicales que dejaron sin su puesto a los de menos antigüedad. Dee Dee iba a ser de la partida también; tenía muchas ganas de dejar su nuevo trabajo de peluquero y dedicarse a la música. Había audicionado como guitarrista para los Neon Boys -el grupo de Tom Verlaine y Richard Hell que luego se trasformaría en Television- pero no logró el puesto; armar una banda junto a su amigo John le pareció lo mejor del mundo, así que insistió para que otros dos amigos ingresaran a la nueva banda: Richie Stern en bajo y Jeff Hyman (ya rebautizado Joey) volviendo a su primer amor: la batería. Finalmente deciden poner en marcha el dichoso proyecto por el cual Tommy había insistido tanto y Dee Dee había estado soñando desde pre-adolescente; para Joey era excitante estar en una banda con dos tipos tan cool como Johnny y Dee Dee. Richie no tenía mucha idea si le iba a gustar (recordemos que su única aptitud era la de imitar a Iggy) y para Johnny la banda era una buena manera de matar el tiempo hasta conseguir otro trabajo estable (de hecho su máxima aspiración era llegar a grabar un disco alguna vez).

La primera reunión como banda fue en el departamento de Johnny y lo primero que hicieron fue elegir el nombre que iban a utilizar; decidieron elegir el apellido que Dee Dee solía usar desde hacía años, “Ramone”, en plural, lo cual le daba un aire exótico (por lo latino) y peligroso a la vez, ya que realmente parecía el nombre de una pandilla del Bronx.

Como reforzando ese espíritu pandillero o de gang, deciden hermanarse todos en un mismo apellido, que será precisamente el del nombre de la banda. Finalmente hacen su informal debut -ante unas treinta personas- el 30 de marzo de 1974 en el Performance Studios. Ellos mismos fabricaron y repartieron los volantes para la actuación, que terminó siendo un verdadero desastre. Según Johnny, la mayoría de los asistentes fueron amigos que “Odiaron” lo que hicieron. “Muchos no querían seguir siendo nuestros amigos después de ello”.

El hecho de que hayan cobrado dos dólares la entrada a cada uno puede haber influido en los ánimos. De todas maneras, Tommy seguía teniendo una fe ciega en los muchachos y en sucesivos ensayos -tanto en el Performance o en la galería de arte de la madre de Joey cuando este cerraba sus puertas al público- introdujo cambios que, de alguna manera, fueron haciendo que las piezas encajaran en su lugar.

Ante la inmediata deserción de Richie, lo primero fue pasar a Dee Dee al bajo, y si bien éste continuó cantando un tiempo, seguía con el problema de coordinación de la voz con su instrumento. Como además se quedaba afónico después de cantar dos temas (y se olvidaba hasta de las letras que el mismo había compuesto), Joey empezó a tomar el micrófono. Después de escucharlo cantar su tema “I Don’t Care”, Tommy ya no tuvo ninguna duda: Joey sería el cantante de la banda y esta haría sólo temas propios.

Dee Dee también tenía varias canciones compuestas para entonces; guardaba la música en su cabeza y las letras en un cuaderno. Cientos de canciones, en realidad, que según escribiera en su autobiografía, guardaba en su cabeza con todos los detalles: melodías vocales, partes de baterías, salvajes solos con wah wah… Todo ahí esperando la posibilidad de poder salir en algún momento. Sus primeras canciones, de las que no dejó ningún documento, fueron “I Can’t Do It” (“No puedo hacerlo”) y “Home Is Where Hell Is” (“El hogar es donde está el infierno”), que si bien fueron escritas en una guitarra acústica, en su mente sonaban al estilo power rock de los Stooges. Luego se compraría una guitarra eléctrica, una vieja K de cuerpo sólido, y con ella compondría su primer tema punk: “I Don’t Wanna Get Involved With You”. A esa le siguieron “Loudmouth”, “53rd And 3rd”, “I Don’t Wanna Go Down To The Basement”, “Now I Wanna Sniff Some Glue” y “I Don’t Wanna Walk Around With You”.

El amor en la Argentina

En 1994, cinco años después de haber abandonado a los Ramones y su breve coqueteo con el rap bajo el nombre de Dee Dee King, regresó a Argentina con un nuevo proyecto grupal llamado ICLC (Inter Celestial Light Commune) junto al baterista holandés Danny Lommen y el bajista neoyorquino Johnny Carco.

Dee Dee Ramone y Bárbara Zampini

Fueron tres fechas donde se reencontró con el público argentino (que había conocido junto a Ramones en el mítico concierto de Obras de 1987) del viernes 4 al domingo 6 de noviembre en el boliche New Order, ubicado en Avenida Cabildo al 4600. Lo más destacado de la visita fue que el domingo, antes del último show, conoció a una jovencita fan de La Plata llamada Bárbara Zampini.

Si bien la diferencia de edad entre ambos era notable (Bárbara tenía 15 años y Dee Dee 43) el amor fue instantáneo y duradero. De hecho, a pesar de ciertas reticencias familiares y de que ella era menor de edad, nunca más se separaron y fue esa relación la que ligó al músico con la Argentina.

Tras ese recital se fueron a vivir juntos a la casa de una de las abuelas de Bárbara (sus padres no estaban muy contentos con la relación en un principio) entre Lomas de Zamora y Banfield, al Sur del conurbano, cerca de la cancha del Taladro. En su autobiografía Poison Heart: surviving The Ramones, Dee Dee escribió: “La Argentina es como un desvío del tiempo. Me recuerda a cuando Estados Unidos era un país lindo en el que vivir. Aunque todo es más duro en la Argentina, la gente aquí es más amable que en la mayoría de los lugares. El smog es tan abundante que te corta los pulmones. Los colectiveros salen a matar. Tratan de empujar a la gente fuera del camino con sus grandes micros malolientes. Es una locura. Los exhaustos caños de escape emanan nubes de humo negro que se meten en las ventanillas abiertas de los demás coches. Todos tienen las ventanillas abiertas porque nadie tiene aire acondicionado. Los autos acá son todos viejos y están hechos mierda, pero tienen mucho soul. Mucha onda”.

Más allá de los fans que se enteraban de su dirección y peregrinaban a su casa (a los cuales contentaba, cuando estaba de humor, cantándoles temas de los Ramones con una acústica en el umbral) su circunstancial estadía en Banfield y luego en City Bell fue tranquila, más allá de muchos mitos y hechos incomprobables y algunos fallidos intentos musicales que nunca llegaron a buen puerto.

Hubo idas y vueltas de la pareja durante unos años (le costaba conseguir una visa a Bárbara para entrar a los Estados Unidos), viajando a Holanda y regresando a la Argentina. En 1999 pasaron un tiempo en La Plata donde, sin promoción previa y con unas pocas invitaciones personales, Dee Dee tocó algunos temas en el boliche Chacal, en la esquina de 8 y 42 junto a Bárbara en bajo y un músico local en batería. Fue una noche de febrero de 1999 ante un reducido grupo de personas.

Pero Dee Dee extrañaba mucho su tierra y regresaron definitivamente, ya casados, a Estados Unidos, donde moriría un par de años después de una sobredosis. Fue Bárbara quien lo encontró al regresar a su departamento desde el trabajo. Finalmente sucedió lo que escribiera en una de sus más célebres canciones: “I just want to walk right out of this world, ′cause everybody has a Poison Heart” (“Sólo quiero salir de este mundo, porque todos tienen un corazón venenoso”).

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