El amor de un perro puede cambiarle la vida una persona y la historia de Dani y su compañera Akira son ejemplo de eso. Él es vendedor ambulante y trabaja en la esquina de Cabildo y Juramento, en la Ciudad de Buenos Aires, pero no siempre fue así. En el pasado tuvo problemas de adicciones, pero gracias a la llegada de su mascota logró cambiar y enderezar su rumbo. “Ella me cuida a mí, yo la cuido a ella”, aseguró el hombre, que se volvió viral en redes sociales luego de que un tiktoker compartiera su testimonio.
En cualquier esquina de la ciudad se pueden encontrar historias que hablen de superación y de amor. La relación de Dani y Akira trasciende el compañerismo, ya que el animal se volvió fundamental en la recuperación del hombre, en su camino hacia una vida más plena. “Un día con ella es esto, ¿ves? Todo el tiempo así”, dijo el vendedor, mientras la perra le daba lengüetazos de cariño en la cara.
“Me dio una oportunidad, me abrió la cabeza en un montón de cosas”, relató. La presencia de Akira fue el catalizador que lo impulsó a dejar atrás un pasado difícil. “Salí de las drogas pesadas”, confió y explicó que la necesidad de proveer alimento para su perra fue una motivación ineludible. “Yo me fui acostumbrando a que ella necesitaba de comer y yo no me podía gastar la plata en drogas”, aseguró en el clip.
Actualmente, Dani se dedica a la venta de chapitas identificatorias para mascotas en la esquina más icónica del barrio de Belgrano. Este oficio, más allá de ser su sustento, le brinda una profunda satisfacción personal. “Amo hacerlo porque me gusta. Es un trabajo que me comunica con un montón de gente linda”, expresó con entusiasmo. “El que yo pueda trabajar todos los días significa de que puedo darle de comer a mi perra, puedo comer yo, mantener mi moto como puedo”, agregó.
Las chapitas que Dani elabora de manera artesanal con un martillo y un cincel tienen otro objetivo, además de darle su sustento de vida, proteger a las mascotas. “Si perdemos el perro, perdemos una parte de nosotros”, admitió y enumeró que estas identificaciones se pueden usar en gatos, conejos y hasta tortugas. “A la tortuga se la podés pegar en el caparazón y tiene la patente ahí la tipa”, bromeó.
A pesar de su dedicación y esfuerzo, el vendedor atraviesa un momento económico delicado. Su teléfono está roto y necesita mantener su moto, que es esencial para su trabajo, ya que se traslada todos los días desde Pilar. “Nos subimos arriba de la moto, venimos en la ruta, no quiere que le tape la vista, que la moleste, que nada. Sola se da vuelta para darme un beso y venimos todo el viaje de Pilar hasta acá que son casi 60 kilómetros”, describió. Por eso, en el video el usuario que lo compartió invitó a comprarle chapitas en Cabildo y Juramento o ayudarlo con donaciones.
Dani también contó que fue criado por sus abuelos, a quienes considera sus “mejores padres” y de los que aprendió valores fundamentales, y reflexionó sobre cómo la vida puede cambiar a partir del amor de una mascota: “A veces uno dice, ’uh, ese no va a cambiar nunca’. No lo sabes, porque hay cosas que te cambian en la vida, bichitos, perritos, gente. Diría que lo mejor que te puede pasar en el mundo es un bichito de 40 cm de alto y dos millones de pelos, te da lo que ninguna persona te da. Te enseña a valorar un montón de cosas que si bien hay gente que te lo puede hacer, ellos es como que tienen el don justo“.