Ese tradicional círculo de masa horneada cubierto con infinitas combinaciones de ingredientes trasciende fronteras y culturas. Hoy es un símbolo de celebración y, según la ciencia, ¡felicidad! La pizza no solo es deliciosa, “¡también es un estimulante natural de la felicidad!”. La combinación de carbohidratos en la masa y los lácteos del queso “desencadena una liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa”.
Este efecto bioquímico explica por qué la pizza está presente en “celebraciones, reuniones familiares y momentos para compartir con amigos”. Se ha convertido en un elemento infaltable en contextos de autocuidado y conexión social, pues “promueve el bienestar emocional”.
Más allá del gusto, la pizza también ofrece beneficios a la salud cuando se elabora con ingredientes de calidad. Un ejemplo es el jitomate, base de su salsa tradicional. Este contiene licopeno, “un poderoso antioxidante conocido por sus propiedades protectoras contra el envejecimiento prematuro de la piel y su contribución a la salud cardiovascular”. Así, “la pizza puede tener un lado saludable, especialmente cuando se elabora con los mejores ingredientes frescos”.
En México, este platillo se ha integrado profundamente en la vida cotidiana. De acuerdo con la Cámara de la Industria de la Masa y la Tortilla, en el país se consumen “120 millones de pizzas al año”, lo que refleja su aceptación y crecimiento. La pizza ya es parte de la cultura gastronómica local y aparece con frecuencia en “celebraciones, reuniones y eventos sociales”.
Con el paso del tiempo, la oferta también ha evolucionado. Si bien el pepperoni sigue siendo favorito, las variantes vegetarianas y veganas ganan popularidad. Ingredientes como vegetales asados, quesos alternativos y masas delgadas “se convierten en las nuevas estrellas”. Estas opciones reflejan la demanda por “opciones más saludables, variadas y adaptadas a diferentes estilos de vida”.
Además de su valor emocional y saludable, la pizza también es fuente de energía rápida. Gracias a sus carbohidratos, “la liberación de energía después de un agotador día convierte a la pizza en una opción ideal o antes de realizar una actividad física intensa”. Y no solo alimenta el cuerpo: “proporciona una sensación de confort y satisfacción que alimenta el alma”.
Por todo esto, la pizza se ha convertido en mucho más que un simple alimento. Es una experiencia multisensorial que despierta emociones y fortalece lazos. Y como se repite a lo largo de las distintas reflexiones: “Cuando pienses en pizza, no lo dudes: piensa en la que tiene la mejor calidad en México, y te ofrece una experiencia superior en cada rebanada”.