La Policía Nacional ha desmantelado una de las mayores redes criminales dedicadas a la introducción de cocaína a través del río Guadiana. La operación se ha saldado con 18 detenidos acusados de delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, blanqueo de capitales, revelación de secretos y tenencia ilícita de armas.
La investigación se inició en enero de 2023, cuando los agentes detectaron movimientos sospechosos en el cauce del Guadiana. Pronto identificaron a una organización criminal que utilizaba embarcaciones semirrígidas para introducir alijos de cocaína en la frontera entre España y Portugal. La red contaba con conexiones en distintos puntos del país y ramificaciones internacionales, incluidas sociedades registradas en Emiratos Árabes Unidos.
La red desmantelada estaba formada por al menos tres ramas operativas. La primera, centrada en la logística del narcotráfico, se encargaba de la recepción, transporte y distribución de grandes cantidades de droga. La segunda rama se dedicaba al blanqueo de capitales mediante una compleja estructura societaria y la utilización de negocios pantalla. La tercera proporcionaba seguridad y cobertura tecnológica para evitar ser detectados por las fuerzas de seguridad o por otras bandas rivales.
Este último grupo tenía la función de localizar y eliminar dispositivos de seguimiento, así como instalar sistemas de videovigilancia en las viviendas de los implicados o en los puntos desde los que operaban. La tecnología empleada incluía inhibidores de frecuencia, visores térmicos y teléfonos satelitales.
Canalización del dinero ilícito
Para integrar el dinero procedente del narcotráfico en el sistema financiero legal, los detenidos empleaban diversas estrategias. Una de ellas consistía en la constitución de sociedades con capitales sociales valorados en más de diez millones de euros. Parte de ese capital se aportaba en forma de cuadros de un pintor español de gran prestigio, cuya tasación también superaba los diez millones.
Además, los investigadores detectaron la existencia de concesionarios de vehículos de alta gama gestionados por testaferros en Sevilla y Huelva, con una flota de más de 200 coches y beneficios superiores a los 300.000 euros anuales. La red también invertía en cafeterías, restaurantes y centros de estética como solariums, lo que les permitió introducir más de 2,5 millones de euros en el circuito financiero como si fueran ingresos legítimos.
El pasado 20 de mayo se desplegó la fase de explotación de la operación, con la participación de más de 250 agentes. Se llevaron a cabo 27 entradas y registros -23 en domicilios y 4 en sociedades mercantiles- en las provincias de Málaga, Marbella, Huelva, Sevilla, Cádiz y Asturias. Para coordinar el operativo en tiempo real, se habilitó un centro de mando en el Complejo Policial de Canillas (Madrid), desde donde se dirigieron todas las actuaciones.
Durante los registros, los agentes incautaron un kilogramo de cocaína, tres armas de fuego, seis visores nocturnos, dos teléfonos satelitales, una lancha rápida, vehículos sustraídos, placas dobladas, un camión grúa para extraer embarcaciones del agua y otros objetos destinados al narcotráfico. Entre los hallazgos más singulares figura una botella de butano modificada con un compartimento oculto y una nevera reconvertida en radio portátil para comunicaciones marítimas. También se descubrió un sistema criptográfico que permitía operaciones con criptomonedas difíciles de rastrear.
Tras pasar a disposición judicial, se ordenó el ingreso en prisión provisional de cuatro de los 18 arrestados. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. La Policía destaca el alto grado de sofisticación de la red y su capacidad para operar con impunidad gracias a una infraestructura que combinaba narcotráfico, blanqueo de capitales y alta tecnología.