Desde Alaska hasta México: la bacteria que derrite las estrellas de mar y puede afectar a los humanos

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Una bacteria marina llamada Vibrio pectenicida fue identificada como la causa del síndrome de desgaste de estrellas de mar (SSWD, por sus siglas en inglés), una epidemia que afectó a más de 20 ejemplares desde Alaska hasta México. El patógeno, capaz de “derretir” los tejidos de estos animales en solo dos semanas, pertenece al mismo género de microbios que afecta a humanos y que causó enfermedades graves como el cólera.

La bacteria que causa del síndrome de desgaste de estrellas de mar

Según detalló Tula Foundation, un grupo de científicos logró identificar al agente responsable del SSWD luego de una década del inicio del brote y tras una investigación de cuatro años. El hallazgo, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, confirma que esta afección letal representa la “mayor epidemia marina documentada en vida silvestre”.

Según los científicos, el Vibrio pectenicida representa la “mayor epidemia marina documentada en vida silvestre”

En las estrellas de mar, la infección con la cepa FHCF-3 de Vibrio pectenicida provoca una enfermedad letal que inicia con lesiones externas y culmina con la desintegración de sus tejidos, un proceso que se desarrolla en unas dos semanas tras la exposición, según se indicó en el estudio. Los ejemplares infectados suelen contorsionarse y perder sus brazos antes de morir.

Anteriormente, la bacteria ya era conocida por ser altamente letal en moluscos jóvenes, incluso antes de descubrirse que también afectaba a las estrellas marinas. El género de este patógeno incluye microbios conocidos por su capacidad destructiva en corales, mariscos e incluso en humanos. Vibrio cholerae, por ejemplo, es el responsable del cólera.

Cómo afectó el Vibrio pectenicida a las estrellas de mar

Más del 90% de las estrellas de mar girasol desaparecieron en la última década debido al SSWD, lo que llevó a la especie a figurar en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) como críticamente amenazada.

Según la organización, esta variedad, una de las más grandes y rápidas del mundo, desempeña un papel clave en los ecosistemas costeros al controlar las poblaciones de erizos de mar que se alimentan de algas. Desde el inicio del brote en 2013 se estima que murieron más de 5000 millones de ejemplares, y la falta de recuperación natural indica que serán necesarias medidas de conservación para restaurar la población.

Desde el inicio de la epidemia marina en 2013, se estima que murieron más de 5000 millones de estrellas de mar girasol

Melanie Prentice, autora principal del estudio y ecóloga evolutiva del Instituto Hakai y de la Universidad de Columbia Británica (UBC, por sus siglas en inglés), dijo: “Cuando perdemos miles de millones de estrellas de mar, eso altera profundamente la dinámica ecológica. En ausencia de las estrellas girasol, las poblaciones de erizos de mar aumentan, lo que conlleva la pérdida de los bosques de algas, y eso tiene grandes implicaciones para otras especies marinas y para los humanos que dependen de ellas. Así que la desaparición de estos organismos tiene un impacto que va mucho más allá de la pérdida de una sola especie”.

Para qué sirve el hallazgo del Vibrio pectenicida

Amy M. Chan, microbióloga marina del Laboratorio de Virología y Microbiología Acuática de la UBC, logró aislar cultivos puros de Vibrio pectenicida a partir del fluido celómico, el equivalente a la sangre, de estrellas de mar enfermas. Luego, el equipo de investigación inyectó ese patógeno en ejemplares sanos, y la rápida mortalidad que provocó fue la prueba definitiva de que la cepa FHCF-3 es la causante del SSWD.

Identificada la bacteria causante del SSWD, los científicos pueden estudiar los factores desencadenan la enfermedad y cuáles podrían favorecer la inmunidad en algunas poblaciones

Según detalló la investigadora Alyssa Gehman, con el patógeno identificado, los científicos pueden estudiar los factores desencadenan la enfermedad y cuáles podrían favorecer la inmunidad en algunas poblaciones. Una de las líneas de investigación más prometedoras es el posible vínculo entre el SSWD y el aumento de las temperaturas oceánicas, ya que tanto esta afección como otras especies del género Vibrio tienden a proliferar en aguas cálidas.

Por su parte, Jono Wilson, director de ciencia oceánica de The Nature Conservancy en California, indicó: “Este hallazgo abre caminos emocionantes y amplía la red de investigadores que pueden desarrollar soluciones para la recuperación de la especie. Ahora estamos llevando a cabo estudios sobre asociaciones genéticas con la resistencia a la enfermedad, reproducción en cautiverio y reintroducción experimental para identificar las estrategias y ubicaciones más eficaces para reintroducir a las estrellas de mar girasol en su hábitat natural”.

La investigación estuvo a cargo de científicos del Instituto Hakai, la UBC y la Universidad de Washington, en colaboración con The Nature Conservancy, la Fundación Tula, el Centro de Investigaciones Pesqueras del Oeste del Servicio Geológico de EE. UU. y el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington.

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