Durante 183 años, el pintor francés François-René Moreaux pasó desapercibido para quienes observaban su cuadro El Acto de Consagración y Coronación de Don Pedro II. En una especie de autorretrato, Moreaux figura entre los participantes de la ceremonia representada en la pintura, que reproduce la coronación del emperador Don Pedro II. El reciente descubrimiento se produjo casi por casualidad, durante el proceso de limpieza de la obra. El rostro fue identificado por el historiador e investigador Maurício Vicente Ferreira Júnior, quien comparó la imagen con la de un retrato al óleo sobre lienzo de Moreaux.
Maurício Vicente, director del Museo Imperial de Petrópolis, en la región montañosa de Río de Janeiro, relata haber visto, hace algunos años, uno de los pocos retratos de Moreaux. La pintura forma parte de la colección del Liceo de Artes y Oficios de Río. Al retirar el lienzo del Palacio Imperial para su limpieza, el historiador tuvo la sensación de reconocer o haber visto ese rostro antes.
“Tuve la sensación de haber visto el rostro en otro contexto antes. Y, efectivamente, los rasgos de la persona pintada coincidían con el retrato de François-René Moreaux, un óleo sobre lienzo sin fecha del artista Argemiro Cunha. La obra pertenece a la colección del Liceo de Artes y Oficios de Río de Janeiro”, afirmó Maurício Vicente. “Junto con el equipo de restauradores y técnicos del museo, comparamos las pinturas y confirmamos que, efectivamente, se trataba del propio artista en su cuadro”, explicó.

Según el historiador, con este descubrimiento es posible afirmar que Moreaux repitió una estrategia de otro pintor francés, Jacques-Louis David, quien se retrató en un cuadro de otra coronación, la del emperador de Francia Napoleón Bonaparte, en 1807. Maurício Vicente señaló que la práctica fue común durante el período del Renacimiento, un movimiento de renovación cultural y artística que ocurrió en Europa entre los siglos XIV y XVI.
Un óleo sobre lienzo de 1842, la representación de Moreaux de la coronación de Pedro II se presentó en la Exposición Anual de la Academia Imperial de Bellas Artes de ese mismo año. La obra fue adquirida por el emperador un año después para ser instalada en el Salón del Trono del Palacio Imperial, en la Plaza XV, en el centro de Río. En 1889, tras la Proclamación de la República, la pintura fue llevada a Francia y devuelta a Brasil en 1975. Tras ser restaurada, el lienzo pasó a formar parte de la colección del Museo Imperial dos años después.
Celebración nacional
La pintura de Moreaux fue recuperada en el marco de los actos nacionales que conmemoran el bicentenario del nacimiento de Don Pedro II, que se celebró este martes. Además de la restauración de la obra, el museo inauguró la nueva Sala de los Trajes Majestuosos, que alberga el atuendo que lució el emperador durante su coronación en 1841. Esta pieza también fue restaurada. El nuevo espacio cuenta con recursos tecnológicos para la interacción con los visitantes. La exposición “Háblame de Pedro: en las minucias de la memoria” también estará abierta al público, con el objetivo de mostrar a un Pedro II que, según Maurício Vicente, es menos el emperador y más el carioca (oriundo de Río de Janeiro) que gobernó Brasil durante 48 años y sus múltiples facetas. El concepto de la exposición se inspira en los 15 nombres asociados con Pedro II.

“Mostraremos un Pedro menos formal y más diverso, que a través de sus nombres que honraban a santos, arcángeles y antepasados, tenía múltiples facetas”, explicó Maurício Vicente.
La exposición reúne más de 100 piezas, entre ellas diarios y documentos relacionados con los viajes de Don Pedro II por Brasil y el extranjero. También se exhibe un camisón de lino de batista para bebé que perteneció al monarca, dibujos realizados por el emperador en diferentes etapas de su vida, estudios de traducción, volúmenes de su biblioteca privada y correspondencia intercambiada con su padre.
