El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha denunciado este domingo la detención de al menos once empleados del organismo por parte de los rebeldes hutíes de Yemen, que han asaltado las instalaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de otras agencias en Saná, la capital yemení, y otras zonas bajo su control, en el norte del país.
«Condeno enérgicamente las detenciones arbitrarias, el 31 de agosto, de al menos 11 miembros del personal de Naciones Unidas por parte de las autoridades de facto hutíes en Yemen en las zonas bajo su control. Condeno además la entrada forzosa en las instalaciones del PMA, la incautación de bienes de Naciones Unidas y los intentos de entrar en otras instalaciones de Naciones Unidas en Saná», ha afirmado en un comunicado remitido a los medios.
Fuentes del organismo han confirmado a la agencia de noticias alemana dpa que también ha sido asaltada la oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El representante de la ONU ha exigido «enérgicamente» la liberación «inmediata e incondicional» de todas las personas bajo custodia de la insurgencia hutí, quien desde hace ya un año tiene retenido a una veintena de trabajadores, personal diplomático y miembros de la sociedad civil.
«La detención arbitraria continuada de todas estas personas es intolerable», ha agregado, antes de recordar que éstas «nunca deben ser objeto de ataques» mientras que «(su) seguridad y protección y (de) los bienes de Naciones Unidas, así como la inviolabilidad de los locales de Naciones Unidas, deben garantizarse en todo momento».
Guterres ha asegurado que los equipos de la ONU «seguirán trabajando sin descanso para lograr la liberación segura e inmediata de todas las personas detenidas arbitrariamente» y continuarán «apoyando al pueblo de Yemen y sus aspiraciones de una paz justa y duradera».
Los hutíes, que hasta el momento no se han pronunciado sobre estas declaraciones, acusan a algunos miembros del personal de espiar para Estados Unidos. El movimiento ha confirmado este sábado la muerte de su primer ministro ‘de facto’ Ahmed Ghaleb al Rahwi en el ataque aéreo efectuado el pasado jueves por Israel contra Saná.
La insurgencia, que controla la capital yemení y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015, ha lanzado varios ataques contra territorio de Israel y contra buques con algún tipo de conexión israelí a raíz de la ofensiva desatada contra la Franja de Gaza tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre de 2023.
Asimismo, ha atacado buques y otros bienes estratégicos estadounidenses y británicos en respuesta a los bombardeos de estos países contra Yemen en una intervención que Washington y Londres fundamentan en su voluntad de garantizar la seguridad de la navegación en la región. Sin embargo, en mayo los hutíes se sumaron a un alto el fuego anunciado por Estados Unidos.