
El reciente arresto de alias Caquetá en el barrio El Remanso de Bosa puso al descubierto una red criminal dedicada al alquiler de armas de fuego para cometer robos en comercios de Bogotá.
La operación, realizada por la Policía Nacional en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, culminó con la detención del individuo y la incautación de un arma de fuego y dos teléfonos celulares, que quedaron bajo custodia de las autoridades.
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Las investigaciones oficiales señalaron que el detenido, originario de San Vicente del Caguán (Caquetá), había integrado en el pasado la columna Urias Rondón de las extintas Farc-EP.
Su historial judicial incluye antecedentes por tráfico de armas, tráfico de estupefacientes, acceso carnal violento y concierto para delinquir agravado con fines de financiamiento al terrorismo.
Tras la captura, un juez impuso medida de aseguramiento en centro carcelario, por lo que deberá responder ante la justicia por los delitos imputados.
Este caso se da días después del robo en el sur de la capital
Robo en San Cristóbal
Este caso se da días después del robo en el sur de la capital. El lunes 27 de octubre, una familia del barrio Gaviotas, en San Cristóbal, sufrió un robo en su apartamento mientras se encontraban ausentes. Los delincuentes forzaron la cerradura y sustrajeron dinero en efectivo, joyas, teléfonos celulares, ropa, lociones y alcancías.
Al regresar, los propietarios encontraron la puerta cerrada nuevamente, aunque con un trapo que indicaba que los ladrones intentaron ocultar el ingreso forzado.
Ivón Morales, una de las víctimas, relató a Citynoticias: “Entraron, forzaron la cerradura y se llevaron varios objetos de valor, dinero en efectivo y joyas”.
Según el testimonio de la familia, pese a que notificaron a la Policía, solo recibieron indicaciones de tomar fotos y presentar la denuncia, sin que ningún investigador se desplazara al lugar para levantar huellas o recopilar evidencia.
No se trata de un hecho aislado. Meses atrás, otro apartamento del mismo conjunto residencial fue asaltado mediante un método similar, con los ladrones forzando la cerradura y robando más de 2 millones de pesos junto con otros objetos personales.

Heidy Pérez, otra residente afectada, señaló: “Fue prácticamente el mismo método. No sé qué usaron para abrir la puerta, pero rompieron la cerradura, entraron y robaron pertenencias”.
Los habitantes del conjunto aseguran que la administración y las autoridades no han ofrecido soluciones concretas, limitándose a solicitar la presentación de denuncias y negándoles acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Ante la reiteración de los hechos, los vecinos han solicitado a la Policía un refuerzo en la vigilancia de la zona y una respuesta formal que permita esclarecer los robos y recuperar sus pertenencias.
El panorama de la seguridad en Bogotá se refleja también en las cifras oficiales. Según la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, durante septiembre de 2025 se registraron 524 hurtos a domicilios, 21 más que los reportados en septiembre de 2024, lo que equivale a un promedio de 17 robos diarios en la ciudad.
No obstante, el balance anual muestra una tendencia diferente: entre enero y septiembre de 2025 se contabilizaron 35 robos menos que en el mismo periodo del año anterior. Los meses de febrero y mayo se destacaron como los de menor incidencia de hurtos a hogares.
El análisis por días de la semana desmiente la percepción de que existen jornadas especialmente peligrosas: los lunes concentran el 12,49% de los casos, los martes 13,78%, los miércoles 14,55%, los jueves 14,85%, los viernes 16,23%, los sábados 15,91% y los domingos 12,19%.

Sin embargo, la franja horaria sí influye en la frecuencia de los delitos: la madrugada concentra el 29,23% de los robos, seguida por la mañana (27,04%), la noche (25,02%) y la tarde (18,7%).
Según el informe, los delincuentes aprovechan las horas de descanso de los residentes, siendo más frecuentes los hurtos los lunes y sábados en la madrugada y los viernes en la noche, mientras que los domingos por la tarde presentan la menor actividad delictiva.
En cuanto a la distribución geográfica, las localidades más afectadas entre enero y septiembre de 2025 fueron Suba (583 reportes), Engativá (509), Kennedy (389) y Usaquén (388), mientras que las menos impactadas fueron Candelaria (28), Antonio Nariño (59), Tunjuelito (75) y Santa Fe (104).