En plena zona turística de Tingo María, un hecho indignó a visitantes y activó la rápida intervención de las autoridades. Un joven fue sorprendido utilizando una boa constrictor de más de dos metros de longitud para posar con turistas y cobrar por fotografías en la concurrida entrada de la catarata Honolulu, ubicada en el distrito de Mariano Dámaso Beraun, provincia de Leoncio Prado, región Huánuco.
El operativo se organizó tras diversas denuncias de personas que alertaron sobre la presencia del animal en malas condiciones. Agentes de la Comisaría PNP Cayumba, en coordinación con el equipo de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Leoncio Prado, realizaron una acción encubierta que permitió no solo detener al ciudadano, sino también rescatar al reptil, que era trasladado en una mochila para ser exhibido con fines lucrativos.
Boa rescatada y caso en manos de la Fiscalía Ambiental
Durante la intervención, los especialistas constataron que la boa presentaba signos evidentes de maltrato animal: lesiones en distintas partes del cuerpo, mucosas pálidas que revelaban un cuadro de anemia severa, además de un estado corporal deficiente debido al mal manejo y a una alimentación inadecuada. Ante esta situación, el ejemplar fue inmediatamente puesto bajo resguardo y derivado a atención veterinaria para recibir tratamiento especializado.
La ATFFS confirmó que el caso fue trasladado a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FPEMA), entidad que ya abrió una carpeta fiscal contra el intervenido por presunto delito contra los recursos naturales. Además, se iniciará un procedimiento administrativo sancionador en el marco de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre N.° 29763, que prohíbe la captura, tenencia y uso de animales silvestres sin autorización.
El Código Penal también contempla sanciones en este tipo de situaciones. Según los artículos 308-B y 308-C, quienes se dediquen al tráfico o explotación de fauna silvestre pueden enfrentar hasta cinco años de prisión efectiva, además de multas y decomiso de los ejemplares.
Las autoridades destacaron que la intervención se concretó gracias a las denuncias de turistas que notaron la manipulación irregular de la boa y alertaron de inmediato a las instituciones competentes. Por ello, hicieron un llamado a la población y visitantes de la zona para no ser cómplices de estas prácticas ilegales y reportar cualquier caso de explotación de animales silvestres.
Todo sobre la boa constrictora: tamaño, alimentación y conservación
La boa constrictora (Boa constrictor) es un reptil de gran tamaño que puede alcanzar hasta 4 metros de longitud y superar los 25 kilos de peso, aunque se han registrado ejemplares de más de 5 metros. Su cuerpo presenta una amplia gama de colores —marrón, verde, rojizo o amarillento— con patrones irregulares de óvalos, líneas o diamantes que le permiten camuflarse en distintos hábitats. Su esperanza de vida en la naturaleza varía entre 20 y 30 años, mientras que en cautiverio puede prolongarse aún más.
Se trata de una especie carnívora y no venenosa, que utiliza su potente musculatura para atrapar y asfixiar a sus presas. Gracias a su mandíbula flexible, puede ingerir animales de gran tamaño, incluyendo aves, monos o cerdos salvajes, a los que traga enteros. Aunque son excelentes nadadoras, las boas prefieren mantenerse en tierra firme, refugiándose en troncos huecos y madrigueras abandonadas.
En cuanto a su reproducción, las hembras incuban los huevos dentro del cuerpo y pueden dar a luz hasta 60 crías vivas en un solo parto, cada una de aproximadamente 60 centímetros de longitud. Sin embargo, la especie enfrenta graves amenazas: la pérdida de hábitat, la caza ilegal para la extracción de grasa y piel, y la creencia errónea de que son venenosas han reducido sus poblaciones. En Perú, la subespecie Boa constrictor ortonii está categorizada como “En peligro de extinción” según el Decreto Supremo N.° 004-2014-MINAGRI.