Para cumplir sus planes criminales, la banda estaba dispuesta a todo. Así lo demuestra su poder de fuego que expuso hace 40 días para robar 40.000.000 de pesos de una empresa propietaria de varias líneas de colectivos: mató a balazos a un policía federal retirado que trasportaba el dinero para pargales las horas extras a los choferes y, en medio de la huida, mientras era perseguida por patrulleros, se enfrentó a tiros con los uniformados que estaban tras sus pasos.
En las últimas horas, tras una minuciosa investigación, fue detenido en un country de Pilar el presunto jefe de la banda, Maximiliano Márquez, de 41 años.
Márquez, según informaron a LA NACION fuentes de la Fiscalía General de Moreno-General Rodríguez, a cargo de Lucas Oyhanarte, fue detenido en el barrio privado San Sebastián, en la localidad de Zelaya, en Pilar.
“El sospechoso alquilaba una casa desde hace varios por la que pagaba 900 dólares por mes”, sostuvo una fuente de la investigación.
Márquez y su banda, según una investigación del fiscal Leandro Ventricelli y la auxiliar fiscal Solange Castelli, estuvieron detrás del homicidio a sangre fría del policía federal retirado Sergio Pardo, crimen ocurrido el 20 de marzo pasado en Cuartel V, en Moreno, a plena luz del día.
Pardo circulaba por la ruta 24 en una camioneta Toyota Hilux gris con dinero que la empresa de colectivos Metropol iba a destinar al pago de las horas extras de los choferes.
Eran las 10.25 cuando Pardo fue interceptado por los ocupantes de una camioneta Toyota Hilux blanca.
“La víctima estaba ´vendida’. A Pardo lo entregaron. Uno parte de la banda lo esperaba en el lugar donde fue interceptado, otro grupo lo seguía. Sabían que trasladaba una importante suma de dinero», explicó a LA NACION una calificada fuente judicial.
Tras interceptarlo, los ladrones obligaron a Pardo a bajarse de la camioneta. Antes que la víctima descendiera, uno de los delincuentes efectuó dos disparos. Murió casi en el acto.
“Tras dispararle, los ladrones tiraron a Pardo a la calle y escaparon en la camioneta que conducía la víctima. Se apoderaron de una importante suma de dinero, presumiblemente entre 40.000.000 y 60.000.000 de pesos”, según se desprende del dictamen donde el Ministerio Público Fiscal le solicitó a la jueza de Garantías María Celina Ardohaín una serie de allanamientos y la detención de Márquez y de uno de sus lugartenientes, Ricardo Enciso Estigarribia.
Cuando los ladrones escapaban con el millonario botín en la camioneta que conducía la víctima, fueron “visualizados” por personal de la comisaría 6a. y uniformados del Comando de Patrullas de Moreno.
La banda criminal abrió fuego contra los móviles policiales. Los uniformados repelieron el ataque. La persecución se prolongó durante cinco kilómetros, hasta que los ladrones descendieron del vehículo y robaron otra camioneta para continuar el plan de escape.
La fuga, según pudieron reconstruir los detectives policiales y judiciales, terminó en una quinta de Grand Bourg, en Malvinas Argentinas, que sería propiedad de Márquez.
Doce horas después del homicidio de Pardo, según se desprende del expediente judicial, una persona hizo una llamada al número de emergencias 911 y aportó datos precisos sobre un integrante de la banda. Tras la comunicación, el representante del Ministerio Público Fiscal le encomendó tareas investigativas a detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Moreno.
Para avanzar en la investigación fue clave la detención del conductor de un Toyota Corolla gris, vehículo que el día del homicidio de Pardo hizo las veces de apoyo de los delincuentes que interceptaron a la víctima. El automóvil, según fuentes judiciales, fue identificado a partir de las filmaciones aportadas por los municipios de Moreno, José C. Paz y Malvinas Argentinas.
Los investigadores determinaron que pocos días antes del millonario robo y homicidio de Cuartel V, el propietario del Toyota Corolla gris había activado una nueva línea telefónica que tuvo mucha actividad el 20 de marzo pasado, cuando se concretó el plan criminal.
A partir de la activación de las antenas que registraron el movimiento de la línea telefónica se pudo determinar los pasos que hizo el sospechoso el día del crimen. Cinco horas después del homicidio dejó de usar el teléfono celular.
“En un primer momento previo al hecho investigado, el sospechoso se dirigió hacia la localidad de Cuartel V, en cercanías al lugar de interceptación de la camioneta de la víctima o en cercanías al destino final donde debía dejar la recaudación de la empresa y esperó allí hasta que se trasladó hacia la zona donde se produce el enfrentamiento y/o persecución policial, también en Cuartel V, para luego ir acercándose al lugar donde abandonaron la camioneta los autores del hecho”, según se desprende del expediente judicial.
El sospechoso, finalmente, fue detenido el 28 de marzo pasado después de que, en un intento de fuga, chocara el Toyota Corolla contra el mástil de la comisaría 2a. de José C. Paz.
En poder del sospechoso se secuestró un teléfono celular, que terminó siendo una pieza fundamental en el avance de la investigación y en la identificación de Márquez y Estigarribia, quien por el momento se encuentra prófugo.
“El peritaje del teléfono celular permitió identificar las líneas telefónicas utilizadas por Márquez y Estigarribia”, explicó un detective judicial.
Al analizar la línea telefónica utilizada por Márquez, se pudo determinar que el día del crimen, salió de su lugar de residencia, la casa que alquilaba en San Sebastián, a las 6.09 y se dirigió a José C. Paz.
Entre las 10.10 y 10.41 estuvo “estático” en cercanías de dos estaciones de servicio, una zona de “tránsito” de la víctima. Después estuvo en la quinta de Grand Bourg, donde para la Justicia, se ocultó la banda después de ejecutar a la víctima y apoderarse del millonario botín.
“Queda evidenciado que Márquez no solo posee la quinta de Grand Bourg, sino que ha sido el lugar donde el día previo [al robo y homicidio] se reuniera con Estigarribia y que el día en que se concretó el plan criminal ha sido utilizada como destino para el reparto del botín”, según se afirmó en el dictamen donde se pidió la detención del sindicado jefe la banda y al que tuvo acceso LA NACION.