La fecha del 23 de septiembre quedó establecida en el calendario mundial como un momento de reivindicación para millones de personas sordas. El Día Internacional de las Lenguas de Señas busca dar visibilidad a la riqueza comunicativa de estas expresiones, además de concienciar sobre su papel en la inclusión social.
Con la participación de instituciones, gobiernos y asociaciones, se impulsan actividades educativas, culturales y de sensibilización.
La intención es reforzar que las lenguas de señas no son un recurso limitado, sino un patrimonio humano que requiere protección, difusión y reconocimiento oficial en los distintos países.
El origen de la conmemoración
El Día Internacional de las Lenguas de Señas fue proclamado en 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La elección del 23 de septiembre no fue casual. Se fijó en honor a la creación, en 1951, de la Federación Mundial de Sordos, entidad que agrupa a más de 130 asociaciones nacionales y representa a millones de personas en todo el planeta.
Con esta designación, la ONU buscó subrayar la necesidad de preservar y promover estas lenguas como parte fundamental de los derechos humanos. El reconocimiento internacional también abrió un espacio para que gobiernos y organizaciones desarrollen políticas públicas orientadas a la inclusión educativa, laboral y cultural de quienes dependen de este sistema de comunicación.
La celebración ha permitido fortalecer el debate sobre la necesidad de contar con intérpretes capacitados en servicios esenciales, como hospitales, juzgados, escuelas y oficinas estatales. De igual forma, ha puesto en primer plano la relevancia de las producciones audiovisuales accesibles, con traducciones y subtítulos que permitan a las comunidades sordas acceder a la información en igualdad de condiciones.
Razones para su importancia mundial
La lengua de señas no es universal. Cada país o región tiene su propia variante, con gramática y vocabulario únicos. Por ello, el Día Internacional de las Lenguas de Señas tiene también el propósito de mostrar la diversidad cultural que representan estas expresiones. La Organización de las Naciones Unidas calcula que más de 70 millones de personas sordas utilizan alguna de las más de 300 lenguas de señas registradas en el mundo.
El reconocimiento de estas lenguas como oficiales en los sistemas educativos resulta crucial para garantizar la igualdad de oportunidades. Permite a los niños sordos desarrollar su aprendizaje en condiciones de equidad, evitando exclusión y rezago escolar.
Además, la difusión de la lengua de señas en la sociedad abre la posibilidad de establecer puentes de comunicación que enriquecen la convivencia. Desde talleres en centros comunitarios hasta campañas televisivas, se busca incentivar a la población oyente a conocer al menos lo básico de esta forma de comunicación, reduciendo las barreras cotidianas.
Expertos señalan que se trata de una cuestión de derechos lingüísticos. Así como se protege la diversidad de idiomas orales, también debe preservarse la expresión visual-gestual como parte de la riqueza del patrimonio humano.
Iniciativas y celebraciones en diferentes países
Cada 23 de septiembre se organizan foros, conferencias y actos públicos que difunden la relevancia de la lengua de señas. En varios países, las asociaciones de personas sordas promueven encuentros donde se comparten experiencias de vida, retos y logros obtenidos en materia de inclusión.
Gobiernos y universidades también se suman a la jornada mediante la difusión de mensajes institucionales, clases abiertas y actividades culturales. En América Latina, algunos ministerios de educación aprovechan la fecha para recordar que la lengua de señas local cuenta con reconocimiento oficial y es parte del currículo en instituciones educativas.
En Europa, ciudades como Madrid, París o Roma iluminan edificios emblemáticos con luces azules, color que simboliza la solidaridad con la comunidad sorda. En África y Asia se desarrollan campañas en redes sociales para sensibilizar sobre la discriminación que todavía sufren millones de personas por la falta de acceso a intérpretes en espacios públicos.
Las plataformas digitales han servido como un recurso clave en estas celebraciones. Transmisiones en vivo, charlas en línea y publicaciones con subtítulos o interpretación en lengua de señas permiten llegar a públicos más amplios y derribar fronteras geográficas.
Retos y perspectivas hacia el futuro
A pesar de los avances logrados, la comunidad sorda continúa enfrentando múltiples desafíos. La escasez de intérpretes profesionales limita el acceso a la justicia, la salud y la educación. Asimismo, persisten prejuicios y desconocimiento sobre la naturaleza lingüística de las señas, lo que contribuye a su invisibilización.
Las organizaciones internacionales remarcan que la oficialización de las lenguas de señas en los marcos legales nacionales constituye un paso esencial. De este modo se asegura que los gobiernos reconozcan su valor y adopten políticas de formación, investigación y difusión.
Otro reto es la formación de docentes especializados que integren la lengua de señas en las aulas, garantizando a los estudiantes sordos un proceso educativo adaptado y completo. Además, se necesita una mayor inversión en medios accesibles, donde las noticias, programas culturales y materiales educativos cuenten siempre con interpretación.
Finalmente, el Día Internacional de las Lenguas de Señas no solo recuerda la importancia de este medio de comunicación para quienes lo utilizan, también invita a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva de construir sociedades más inclusivas, donde la diversidad lingüística se convierta en una fortaleza y no en un motivo de exclusión.