El leopardo de las nieves, símbolo de resistencia y belleza salvaje, tiene su propia jornada global cada 23 de octubre. La fecha busca promover su conservación y la de los ecosistemas de alta montaña donde habita.
En 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas oficializó esta efeméride mediante una resolución que insta a los países a proteger a la especie y fomentar la cooperación científica.
El llamado surge de una preocupación creciente: la población del “fantasma de las montañas” se reduce de manera alarmante. La jornada internacional recuerda que su supervivencia está íntimamente ligada al equilibrio ecológico y cultural de Asia Central.
El origen de una jornada global
El Día Internacional del Leopardo de las Nieves tiene su raíz en una alianza histórica firmada en 2015 por los doce países donde vive este felino: Afganistán, Bután, China, India, Kazajistán, Kirguistán, Mongolia, Nepal, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. Aquella declaración, conocida como la Iniciativa de Bishkek, sentó las bases para la cooperación internacional en torno a la protección de la especie y sus hábitats.
En diciembre de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 79/143, que oficializó el 23 de octubre como Día Internacional del Leopardo de las Nieves. El documento reconoció su valor ecológico, cultural y espiritual, además de la urgencia de preservar las montañas que este felino domina. La ONU subrayó que conservar al leopardo de las nieves también significa salvaguardar recursos hídricos y ecosistemas que benefician a millones de personas en Asia.
Un depredador que custodia las cumbres
El leopardo de las nieves, cuyo nombre científico es Panthera uncia, es un felino solitario y elusivo que habita regiones montañosas entre los 900 y 5 500 metros de altitud. Su pelaje gris plateado, moteado con manchas oscuras, le permite confundirse con la roca y la nieve, lo que le ha valido el sobrenombre de “fantasma de las montañas”.
Pese a su imponente presencia, su población es reducida. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo clasifica como “vulnerable”, con estimaciones que oscilan entre 4 000 y 6 500 ejemplares en libertad. Las principales amenazas provienen de la caza furtiva por su piel y huesos, del conflicto con comunidades ganaderas, y de la pérdida progresiva de su hábitat debido al cambio climático y la expansión humana.
En las últimas décadas, la desaparición de presas naturales —como íbices o cabras azules— ha intensificado los ataques al ganado, generando tensiones con pobladores rurales. Para mitigar el problema, diversos programas internacionales ofrecen compensaciones económicas a las comunidades que optan por proteger al felino en lugar de eliminarlo.
El valor ecológico y cultural del “fantasma de las montañas”
El leopardo de las nieves no solo representa un símbolo de fortaleza y belleza, sino también un regulador esencial del ecosistema de montaña. Su presencia garantiza el equilibrio entre las especies herbívoras y la vegetación, evitando el deterioro del suelo y la pérdida de recursos hídricos. Protegerlo implica resguardar cuencas glaciares que abastecen de agua a más de 300 millones de personas en Asia.
En el plano cultural, este felino ha sido venerado durante siglos por pueblos del Himalaya y Asia Central. En algunas regiones es considerado guardián espiritual de las montañas y emblema de libertad. Su figura aparece en mitos, textiles, esculturas y banderas, y continúa inspirando respeto y admiración. En Mongolia y Nepal, su imagen se ha convertido en un símbolo de identidad nacional y de la lucha por la conservación.
Alianzas, ciencia y educación para su futuro
La conmemoración del Día Internacional del Leopardo de las Nieves es un espacio para renovar compromisos y evaluar los avances de la cooperación internacional. Desde 2013, el Global Snow Leopard and Ecosystem Protection Program (GSLEP) coordina esfuerzos científicos, políticos y comunitarios para mantener poblaciones viables y corredores ecológicos entre los países donde habita.
Entre las acciones implementadas destacan el uso de cámaras trampa, collares satelitales y monitoreo genético para estimar su número real. También se promueve el turismo responsable, que genera ingresos sostenibles para las comunidades y refuerza la idea de que la conservación puede ser fuente de desarrollo.
Organizaciones ambientales han impulsado campañas de educación dirigidas a niños y jóvenes para fomentar el respeto por la vida silvestre y concienciar sobre la importancia del equilibrio ecológico. La ONU invita a los Estados y a la sociedad civil a participar en actividades científicas y culturales, reforzando la cooperación transfronteriza en favor del leopardo de las nieves.
Un símbolo en riesgo que exige acción global
Cada 23 de octubre, gobiernos, investigadores y ciudadanos realizan eventos, exposiciones y foros para discutir medidas efectivas que frenen la desaparición del felino. La jornada busca destacar que la protección del leopardo de las nieves es una responsabilidad compartida y un desafío ambiental de escala mundial.
Este depredador, que camina silencioso entre nieves eternas, representa la fragilidad y la resistencia de la naturaleza. Su futuro depende de la voluntad humana para preservar las montañas que lo albergan y los ecosistemas que de ellas dependen.
El Día Internacional del Leopardo de las Nieves no se limita a celebrar a un animal majestuoso. Es una llamada de alerta, una fecha para recordar que conservarlo es proteger el equilibrio climático, el agua que fluye desde las alturas y la esperanza de que la vida salvaje aún tenga espacio en un planeta en transformación.