El reciente dictamen forense entregado por Medicina Legal a la Fiscalía ha revelado nuevos detalles sobre la muerte de Nicolás Ávila Venegas, exdiplomático colombiano de 34 años, cuyo fallecimiento se registró el pasado 30 de agosto en las inmediaciones del Hotel Morrison, ubicado en el barrio La Cabrera, en el norte de Bogotá.
De acuerdo con el informe revelado en la tarde del lunes 22 de septiembre por El Tiempo, en el cuerpo de Ávila se detectaron sustancias psicoactivas y una serie de hematomas, lo que ha generado inquietudes en torno a las circunstancias exactas de su deceso.
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Los datos forenses precisan que Ávila ingresó al restaurante del hotel de manera violenta tras romper los vidrios externos, según documentos en poder de las autoridades citados por El Tiempo.
Los empleados del establecimiento lograron —según estos informes— reducirlo en el suelo, en posición boca abajo, debido a la agresividad que presentaba, llegando incluso a morder a dos trabajadores.
Instantes después, la Policía arribó al sitio y, tras escuchar los testimonios de los presentes, procedió a esposar a Ávila.
Sin embargo, al darle la vuelta, descubrieron que ya no tenía signos vitales. Personal de la ambulancia confirmó el fallecimiento en el lugar, según lo documentado.
El informe de Medicina Legal, fechado el 17 de septiembre y obtenido en primicia por el diario nacional, detalla que el exdiplomático presentó graves heridas en cara y cuello, además de lesiones en varias extremidades.
“Dentro de los hallazgos del examen externo se encuentran lesiones de trauma de tipo contundente por hematomas en región facial y cuello, abrasiones en región facial y excoriaciones en región abdominal y hombro derecho; asimismo, es evidente lesión patrón en región de la espalda con forma de carrilera y fondo limpio, ambas ubicadas en sentido horizontal”, se lee en el dictamen.
Como conclusión, la necropsia indica que “las lesiones contundentes no son letales y corresponden a una dinámica de forcejeo y reducción; la muerte se explica por un trastorno del ritmo cardíaco secundario a intoxicación por cocaína asociado a Delirio Hiperactivo con Agitación Severa”, concluyó Medicina Legal.
El caso ha adquirido relevancia pública por la trayectoria profesional de Ávila y por las reacciones de figuras públicas.
Entre quienes lamentaron su muerte se encuentran María Isabel Nieto y la secretaria adjunta de la OEA, Laura Gil, quienes expresaron sus condolencias a la familia del exfuncionario.
A pesar de la conclusión emitida en el dictamen, el abogado de la familia ha manifestado a El Tiempo que la investigación debe continuar.
“Se debe investigar el efecto de los golpes que recibió y el hecho de que fue esposado en el piso cuando ya no tenía signos vitales”, señaló el representante legal.
Cercanos a Ávila consideran fundamental esclarecer por qué no se le proporcionó atención médica adecuada frente a la falla cardiaca y cuestionan la decisión de esposarlo tras el fallecimiento, conforme recogió el diario.
Hasta la fecha, la Fiscalía mantiene en revisión el caso que involucra a un joven politólogo y estudiante de derecho, quien tuvo experiencia en el servicio diplomático y colaboró con diversos actores políticos del país, incluido Alejandro Gaviria.
Entretanto, la Fiscalía General de la Nación también indaga la existencia de unos mensajes de texto en el que Ávila denunciaría presuntas amenazas contra su vida, al parecer, por parte de su expareja sentimental.
Según el diario nacional, en los chats, el exdiplomático aseguró que estaría siendo víctima de una persecución. “Estoy siendo objeto de amenazas y tengo miedo porque mi expareja está entrando a mi apartamento”, se lee en uno de los mensajes.
Sin embargo, su expareja aseguró que, por ahora, no se referirá al caso a menos que sea estrictamente necesario y a través de su abogado. Asimismo, el hotel, donde fue interceptado Ávila, tampoco ha salido a dar su versión de los hechos.