Diego Kolankowsky, el productor argentino que hace historia en Broadway: los premios Tony que ganó y la película que estrenará en breve

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Si bien a esta altura el argentino Diego Kolankowsky ya contaba con una notable trayectoria como productor teatral, dentro y fuera del país, lo que hoy vive no tiene comparación. Los dos espectáculos de Broadway en los que se jugó por entero hace muy pocas horas se hicieron acreedores de los máximos galardones en la entrega de los Tony Awards.

En la ceremonia, que se llevó a cabo este domingo por la noche en el Radio City Music Hall de Nueva York, sus producciones se alzaron con nueve estatuillas: Maybe Happy Ending ganó seis, correspondientes a los rubros Mejor musical, Mejor actor protagónico de musical (Darren Criss), Mejor director de musical, Mejor libro, Mejor música y letras y Mejor escenografía; y Sunset Boulevard, tres: como Mejor reposición de un musical, Mejor actriz protagónica de musical (Nicole Scherzinger) y Mejor iluminación.

“Aún no lo puedo creer, me acabo de despertar poseído por las dos caras del teatro; por un lado no paro de sonreír y por otro, de explotar en llanto. Es mucha la alegría por el reconocimiento a tanto trabajo y esfuerzo, a tanta inversión y viajes y tanta pero tanta emoción”, afirma Kolankowsky con voz entrecortada, del otro lado del teléfono, en diálogo con LA NACION.

“Lo que viví hace unas horas fue y es tan movilizador que me encantaría que todos lo pudieran vivir en algún momento. Y no me refiero a haber ganado en una sola noche los dos premios más importantes de la temporada (el de Mejor musical y Mejor reposición de un musical), los dos premios teatrales más importantes en el mundo, sino a la posibilidad de emocionarse y sentir en una forma extrema. Es una sensación inigualable de la que no me voy a olvidar jamás”, asegura.

-Después de la entrega, ¿cómo festejaste los logros?

-Estuve en varias fiestas. Primero asistí a la fiesta general de los Tony Awards, que se hizo en el MOMA, y que, como era de prever, estuvo súper poblada. Después tuvimos nuestra propia fiesta, la de Maybe Happy Ending, en el Bryant Park Grill, que es un restaurante que está en el medio de Bryant Park, que tiene afuera, al aire libre, una carpa mirando hacia el Empire State. En ese marco maravilloso festejamos todos juntos, los productores y el equipo creativo. Después, cuando mis colaboradores se fueron, llevé a mi hija a casa y me fui a una fiesta en el hotel Carlyle que terminó a las 6.30. Por eso recién ahora te estoy contestando el llamado (risas).

-¿Te quedaste con las ganas de algún premio más?

-No, no había más para soñar. Pero sí me parecía que el diseño de luz de Maybe Happy Ending era maravilloso y debió haber ganado el rubro, pero igualmente lo ganó Sunset Boulevard y todo quedó en casa, así que… Después me hubiera encantado que Helen J Shen (la protagonista femenina de Maybe Happy Ending) hubiera quedado nominada, porque hace un trabajo maravilloso, desopilante y emotivo. Además, se trató de su debut en Broadway, así que hubiese estado buenísimo que se la reconociera como un nuevo talento.

-De todos los premios obtenidos, ¿cuál fue el que más te sorprendió? ¿Y el que más te gustó ganar?

-El que más me sorprendió fue, a la vez, el que más me gustó ganar: el correspondiente a la escenografía de Maybe Happy Ending; porque mi amigo, el diseñador Dane Laffrey, había estado previamente nominado varias veces y muy injustamente no se lo había reconocido con una estatuilla. Su trabajo en este musical es de otro mundo, una locura, estuvo hecho para ganar, era imbatible. Estoy muy feliz por él.

-A la hora de producir un musical en Broadway, ¿qué es lo que solés tener en cuenta?

-Lo primero que pienso cuando me llega un guion es si se trata de una historia que me interesaría contar. Sólo produzco lo que me gusta y sé que me va a modificar. Por eso no produzco tanto como otros productores. Hasta ahora yo había producido nueve obras que obtuvieron, en total, ocho nominaciones, o sea, una tasa muy baja de reconocimientos. Y no me importó nada de nada. Esto que me pasa con el teatro y las obras que decido producir es muy loco, porque yo provengo de la tele, donde generalmente se produce pensando en el rating. Yo, acá, en Broadway, sin embargo, sólo produzco lo que me siento orgulloso de ver. Y siempre pero siempre trabajo con el mismo equipo creativo, con el escenógrafo que te acabo de mencionar, con el músico Michael Arden (ganador ayer del premio a Mejor director de musical) y Jeffrey Richards (veterano productor teatral), que es nuestro faro, un hombre con una gran inteligencia y sabiduría, que es parte de la historia viva de Broadway.

-Y en los casos específicos de Maybe Happy Ending y Sunset Boulevard, ¿qué es lo que te atrapó?

Maybe Happy Ending es una rareza, era una historia muy difícil de pichear. De hecho, nos costó muchísimo poder armar la producción, poder llegar a estrenarla. Nos faltaba plata todo el tiempo. Fue algo muy difícil de lograr. Es una historia con sólo cuatro personajes: dos robots obsoletos, retirados en un almacén, que empiezan a descubrir la finitud de esa existencia cuando a uno se le rompe el cargador. Comienzan a descubrir las relaciones, los lazos familiares, porque uno de ellos extraña a su dueño, al que considera su amigo. Entre ellos se estable una relación interpersonal y les empiezan a pasar cosas: se decepcionan, se enamoran, no quieren olvidar y no quieren morir. Es básicamente el mejor reflejo humano a través de un espejo futurístico. Me enamoró. Y Sunset Boulevard es un clásico de Andrew Lloyd Webber, así que, ¿cómo decir que no a la posibilidad de coproducir un clásico del hombre que también creó El fantasma de la ópera? Esa obra, con esa puesta, primero se estrenó en Londres, después llegó aquí y fue entonces que decidimos ser parte de la producción. En Maybe… en cambio, soy uno de sus productores y creativos desde el minuto cero. Fueron dos trabajos muy distintos.

-De todos modos, la reposición de Sunset Boulevard se asemeja y mucho a una obra nueva, ¿no?

-Sí, totalmente. Por eso también me gustó participar. Es casi una creación absoluta a partir de la obra y la música de Webber. Porque la puesta de Jamie Lloyd (el mismo que dirigió en Argentina dos veces Piaf, con Elena Roger) es tan original como fantástica; y Nicole Scherzinger (su protagonista, que ayer se alzó con el Tony a la Mejor actriz protagónica en musical) es lo máximo que vi arriba de un escenario en toda mi trayectoria en Broadway.

-¿Qué es lo que sigue ahora? ¿Apostarás a algún espectáculo más en la nueva temporada teatral de Broadway?

-Por ahora sigo firme con estos dos musicales. Sunset Boulevard termina el 20 de julio, tal como estaba previsto, ya que por compromisos previos de los artistas no puede continuar. Y Maybe… recién está arrancando su vuelo, que esperemos llegue hasta la luna. De todos modos, estoy desarrollando una obra de teatro para Londres y también un nuevo musical, con el mismo equipo creativo de Maybe…, para estrenar en Broadway en la primavera de 2026. Por ahora lo más inmediato no es una obra de teatro sino una película. Junto a mi amigo Axel Kuschevatzky produjimos And Sons (E hijos), que se filmó en Londres, con Bill Nighy, Dominic West, George MacKay e Imelda Stauton como protagonistas y Pablo Trapero como director; cuyo estreno será en un festival internacional a mediados de agosto. Es una película hermosa y tan original y creativa que espero corra la misma suerte de Maybe Happy Ending.

-Haciendo un poco de historia, ¿qué recuerdos tenés de tu debut como productor en Broadway?

-Mi primera obra como productor en Broadway fue Spring Awakening (Despertar de primavera), hace de esto ya 10 años. Fueron como dos años yendo y viniendo de Buenos Aires a Nueva York, con todo tipo de ideas de marketing y comunicación, hasta que la comunidad teatral me acogió como uno más, me abrieron las puertas de Broadway desde ese lado y después vino lo artístico, Hasta hoy en que se me considera un productor creativo serio. Ya aquella obra que marcó mi debut como productor estuvo nominada a los Tony, fue como irme a probar al fútbol y debutar en el Real Madrid. Después vinieron otras obras, algunas de texto, otras musicales, entre ellas American Buffalo, Once on this Island (por la que ganó su primer premio Tony, en 2018, como Mejor reposición de un musical) y Beetlejuice.

-¿Tenés planeado volver a producir en la Argentina? ¿Existe la chance de producir las versiones locales de Maybe Happy Ending y Sunset Boulevard?

-En Argentina hoy no produzco regularmente teatro. Produzco shows, soy dueño de medios (la radio Delta 90.3 y los portales de noticias Haceinstantes, Estación AZ y Horas, Minutos y Segundos); a veces produzco películas para plataformas. Todas las películas que hice están en Disney+ y lo que sí voy a hacer es un par de shows especiales, de algo que he creado, seguramente en el Teatro Colón. Yo nunca llevé obras de acá (de Broadway) para allá, pero Maybe Happy Ending me tienta mucho, porque es una creación nuestra, propia, un original. Además, como productor original tengo los derechos para hacerla en español. Me quedé con esos derechos para hacerla, si quisiera, en Argentina, México y España. Y Sunset Boulevard podría ser. El tema es que para producir eso debería parar todo lo que estoy haciendo afuera. Dependerá de los tiempos, pero me encantaría que mi familia y el público argentino en general puedan ver y disfrutar todo lo que hago acá, en Broadway, en la meca del teatro musical.

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