Los días 5, 6 y 7 de mayo en Boulogne Sur Mer, Francia; el 14 de mayo en Londres; la segunda semana de junio (a confirmar) en Washington DC; la tercera semana de junio en Lima y julio en México DF (a confirmar); la primera semana de agosto en Santiago de Chile y el 17 de agosto en Yapeyú, Corrientes. Podría ser la gira de un artista de música pop o la itinerancia de una megaexposición o de alguno de los tanques inmersivos en boga. Pero no, es el tour de La estrategia del eclipse, la acción performática de la cordobesa Dolores de Argentina estrenada en octubre de 2023 en Plaza San Martín con la envoltura en tela negra y cinta del primer monumento ecuestre emplazado en Argentina en 1862: el Libertador a caballo según lo modeló el francés Louis-Joseph Daumas.
Este itinerario de la acción de arte público toca, entonces, siete de los casi 200 monumentos y bustos dedicados a San Martín que se encuentran por todo el mundo con destinos tan lejanos como Japón, China o Armenia. “Es un proyecto de desplazamiento internacional para el que tracé un mapa poético que comienza donde San Martín muere y termina donde nace”, explica la artista que realizó una operación similar con Qué soy, una plantación de soja que se vio en 2008 en el museo Caraffa de Córdoba y en 2019 en la Bienal de Curitiba en Brasil. Pero este desplazamiento es distinto porque los monumentos, que son obras que siguen el neoclasicismo del siglo XIX, no son los que viajan y parecieran ser activados en cascada en esta obra internacional. Una suerte de respiración artificial de la historia argentina y la liberación de América en el 175 aniversario de la muerte del Santo de la Espada.
Una “gesta performática”
En pocos días, Dolores de Argentina parte del país rumbo a Europa acompañada por Victoria Giraudo, curadora de este proyecto. Llevan tres valijas grandes con tres telas negros de 120 metros confeccionados a partir de las telas que usó en Buenos Aires. Con un pie en el avión, la artista explica que la primera escala sea acaso la más brava. “En el caso de Boulogne Sur Mer voy a usar los tres mantos ya que la escultura es muy grande, tiene una escala mayor que la de Buenos Aires. Es a la que más miedo le tengo porque ahí soplan fuertes vientos. Es un lugar que está al borde del Canal de la Mancha, pero creo que el clima va a ser bueno en los próximos diez días”, explica.
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La primera escala de este San Martín de tour es significativa por la historia misma del monumento. Emplazado en 1909, fue el primero que se le dedicó en Europa y tiene la particularidad de haber quedado en pie, intacto, tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que dejaron a la ciudad costera en ruinas. “La gente de Boulogne Sur Mer adora esa obra. Para ellos es todo un acontecimiento esta acción”, señala Dolores de Argentina. Más aún. El registro del descubrimiento de la estatua en una antigua fotografía la dejó estupefacta. La figura de San Martín aparece oculta como en los futuros envoltorios o packages patentados por la pareja de Christo y Jean Claude. “¡Es antes de Christo!”, se entusiasma la artista. Su estrategia, sin embargo, no sigue el concepto de la pareja búlgaro-francesa aunque tenga la misma apariencia material.
“Es distinto porque yo invisibilizo para hacer visible”, sostiene. La idea es volver la mirada sobre los monumentos a San Martín o revertir el acostumbramiento en todo caso. Pero la logística por detrás de estas acciones es por demás compleja al punto que Dolores de Argentina considera esta gira como una “gesta performática”.
Como en Buenos Aires, la acción comienza con el ocultamiento del prócer lo que lo vuelve un objeto informe y abstracto y el posterior descubrimiento para el cual hay también una ceremonia que sigue los procedimientos de la pompa. En ese sentido, el trabajo de esta conceptualista que juega siempre al filo de la navaja parece ir a contramano de la furia iconoclasta contra las estatuas encendida a partir del movimiento Black Lives Matters. Lo suyo, lejos de ser vandálico (un gesto común en el arte contemporáneo) parece conservacionista y hasta patrimonial. ¿Lo es? “Lo que sirve es hacer una obra que ponga a alguien en una posición específica. El escenario de la ciudad habla de un territorio experimental donde el skate y el graffiti son lenguajes corrientes y uno siente el límite. Alguien dijo: Siempre me imagino como un deudor que está, en el mejor de los sentidos, pagando gozosamente una deuda contraída con espíritus intensos, profundos, indispensables. Desde que me dedico al Arte Público fui formulando la construcción de mundos, de universos diferentes, alternativos, actitudes que de alguna manera apuntaron y apuntan siempre a la desobediencia cultural”, concluye.
La “desobediencia”, de todos modos, se libra en un campo de batalla tan árido que requiere la paradojal complicidad de los permisos municipales, las comisiones de patrimonio y, en este caso, los distintos institutos sanmartinianos por los que La estrategia del eclipse tuvo que pasar para ser viable en Buenos Aires y en el resto del mundo ahora. En Buenos Aires el permiso de la Comisión Nacional de Monumentos llegó sobre él último minuto y la presencia de los granaderos en el desenvolvimiento, el final de la acción, solo se aseguró por la intermediación de la exdiputada Elisa Carrió de relación aceitada con el histórico regimiento. “Se me cayeron las lágrimas cuando los ví llegar”, confiesa ahora la artista.
La estrategia del eclipse continúa una saga sanmartiniana que inició en 2018 con Monementum tus ojos en la Plaza San Martín de Córdoba y siguió con el premio internacional para Monumento liminar o Plaza de los Monumentos Vacíos otorgado por la ciudad mendocina de Las Heras que se suponía inaugurado para agosto de 2021, pero todavía sigue sin construirse. La artista llevó además al neón la firma original del militar en un gesto que arma genealogía con el San Martín pop del diseñador gráfico Guillermo González Ruiz para el afiche de El santo de la Espada, la película de Torre Nilsson donde el padre de la patria es interpretado por Alfredo Alcón.
“¿Si hoy descubrimos a San Martín, como hace esta artista, qué vemos?”, se pregunta y a la vez pregunta Martín Kohan, autor del ensayo Narrar a San Martín (2005). Para el escritor lo que producen acciones como esta es volver la mirada sobre su vigencia porque “San Martín no significó siempre lo mismo y consiguió expresar distintas facetas de la argentinidad. Es un héroe de una plasticidad tal que pudo ser apropiado por la guerrilla antiimperialista y la dictadura en los 70; por el fiscal Strassera en su alegato final y ahora por Victoria Villarroel. Es un héroe en disputa por la tradición liberal, nacionalista y también de izquierda”, concluye. El mismo Kohan es un atento observador de los monumentos a San Martín y se detiene en dos peculiaridades costeras como las imágenes de Necochea, donde está parado en el vértice de la diagonal que termina en el mar y otra de Mar del Plata que retoma al anciano de Boulogne sur mer de una pintura melancólica de Antonio Alice, imagen que Pino Solanas llevó luego al cine en El exilio de Gardel. El recorrido de La estrategia del eclipse es, según Kohan, una línea de puntos de la peripecia de San Martín. Está en Boulogne Sur Mer porque no podía ir a España por traición a la corona y porque abandonó París con la revuelta de 1848 y está en Londres porque allí se fundó la Logia Lautaro y porque Reino Unido tenía un interés geopolítico en la independencia de las colonias españolas.
En Londres, Dolores de Argentina usará solo una tela porque la estatua realizada por Juan Carlos Ferraro para ser instalada en Belgrave Square es a escala humana. Emplazado en 1994 con la presencia del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, por una gestión directa del presidente Menem, este monumento terminó por reestablecer las relaciones diplomáticas rotas tras la Guerra de Malvinas. Así de contemporáneo se vuelve el recorrido cuando se descubre qué hay detrás de los homenajes que la cordobesa eligió eclipsar.
Cuando La estrategia del eclipse toque suelo argentino de nuevo, las telas estarán cubiertas por “cicatrices” del viento, la lluvia o el mismo proceso de la obra. El final será entonces en Yapeyú, donde la historia de San Martín comenzó a escribirse un 25 de febrero de 1778. “Voy a doblar la tela como si fuera una bandera, la voy a colocar en una caja de vidrio y la voy a donar al museo de San Martín en Yapeyú, donde está la casita donde él nació junto con una placa igual a la que voy a estar colocando en el patio de honor de la casa de San Martín de Boulogne Sur Mer”, explica la artista. La placa tiene una frase del Libertador: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”.