Santiago Aparicio
Madrid, 27 abr (EFE).- El tramo final de la Liga de Campeones irrumpe con las semifinales, cuatro supervivientes, dos de ellos históricos campeones, el Barcelona y el Inter, citados en un lado del cuadro del torneo, y otros dos que aspiran a serlo, el Arsenal y el París Saint Germain, citados en el otro lado y que, en ambos casos, rozaron el éxito alguna vez pero carecen del trofeo.
En las próximas dos semanas el cartel de la final prevista para el 31 de mayo en el Allianz Arena de Múnich quedará totalmente configurado. Antes, el martes y miércoles próximo, el primer duelo de las semifinales.
Londres y Barcelona, que reciben al París Saint Germain y al Inter, acogen la ida; una semana después quedará despejada la situación. París y Milan definirán los enfrentamientos, la resolución.
Tres de los cuatro primeros clasificados en la fase Liga de la nueva Liga de Campeones, el Barcelona, segundo, el Arsenal, tercero y el Inter, cuarto, han llegado hasta el tramo final del torneo. Solo cayó por el camino el Liverpool que terminó como líder después de un recorrido impecable en el primer tramo. Pero el París Saint Germain, que tuvo que asegurar su presencia en las eliminatorias desde el play off, desde la ronda previa a octavos, desbancó al flamante campeón de la Premier y ocupó su hueco en las semifinales. Ahora es tan favorito como el que más.
La exhibición mostrada ante el Real Madrid, en cuanto a juego y también en el resultado, ha elevado la condición de aspirante del Arsenal. El conjunto de Mikel Arteta aspira a todos como el que más. Finalista en la Champions en la temporada 2005-2006, superado por el Barcelona, vuelve a ver de frente la posibilidad de dar un golpe de mano en Europa.
Es el duelo español en los banquillos. Arteta contra Luis Enrique. Arsenal ante el París Saint Germain, ya con el título de la Ligue 1 en el bolsillo y con Europa como única preocupación.
Excepto la derrota sufrida contra el Inter en la cuarta fecha de la fase Liga el papel del Arsenal ha sido intachable, especialmente en defensa donde ha sido la más destacada, la más solida después de la del Inter. Arrolló a domicilio al Sporting portugués y sonrojó al PSV Eindhoven en octavos de final. Sin embargo, nada con tanta repercusión como el triunfo, contundente, contra el Real Madrid en la ida de cuartos, por 3-0 y después un 2-1 en el Bernabeu para totalizar un firme 5-1 global y alcanzar las semifinales por primera vez desde la temporada 2008-2009.
Recibe el martes en el Emirates al París Saint Germain, el equipo que más ha evolucionado en los tiempos recientes. Adaptado ya a la ausencia de Kylian Mbappe, marchado al Real Madrid, el conjunto de Luis Enrique ha encontrado su mejor nivel de juego y de resultados. Después de un tránsito plagado de dificultades en la fase liga, donde perdió partidos que pudo ganar, como ante el Atlético Madrid, o con victorias agónicas como las del Girona y el Salzburgo e, incluso, Manchester City, logró un lugar entre los veinticuatro primeros para mantenerse vivo en la competición.
Jugó la eliminatoria previa a octavos ante el Brest y a partir de ahí despegó el campeón francés que en octavos se deshizo del Liverpool, en el lanzamiento de penaltis, y en cuartos dio buena cuenta del Aston Villa, aunque con apuros.
Sigue vivo y es candidato al éxito el cuadro galo que juega al ataque sin remisión, que ya tiene todos los objetivos locales cumplidos y que centra su meta en la Liga de Campeones por la que ha suspirado, sin éxito, en el último lustro especialmente.
Acarició el trofeo en el 2020 cuando, en la edición de la pandemia, llegó a la final que perdió con el Bayern Múnich. Ya el pasado curso, con Luis Enrique en el banquillo, estuvo a un paso de la final. Tras eliminar al Barcelona en cuartos, cayó inesperadamente en semifinales contra el Borussia Dortmund. Esta es otra nueva gran oportunidad.
EL AÑO DEL BARCELONA
El Barcelona, reforzado por el impulso logrado con la conquista de la Copa del Rey ante el Real Madrid que añade a la Supercopa, pretende enterrar su maleficio europeo sumido en la exitosa dinámica en la que vive esta temporada de la mano de Hansi Flick. El pleno está en la cabeza del entorno azulgrana que en los últimos años ha ido de decepción en decepción en Europa. Pentacampeón continental, lastran las actuaciones tristes y eliminaciones dolorosas como las sufridas ante el Juventus, el Roma o el Liverpool que apartaron, cuando lo tenía todo de lado, al representante español de un nuevo éxito en la Champions.
Peor aún los cursos recientes con dos temporadas trasladado a la Liga Europa por su mal hacer en la principal competición continental. Estuvo a punto de salir del pozo europeo el pasado año, cuando llegó a cuartos de final de la mano de Xavi Hernández y puso un pie en semifinales con un triunfo en el Parque de los Príncipes. Pero perdió el duelo en la vuelta, en Barcelona, donde ganó el cuadro de París.
Ahora ha dado pasos de gigantes y su firmeza le otorga la condición de favorito. Tras el traspié inicial, accidental, en Mónaco, el Barcelona, segundo en la fase Liga, con solo una derrota y un empate en ocho partidos, arrolló a domicilio al Borussia Dortmund y al Bayern en ese tramo. Después, en octavos superó con claridad al Benfica y en cuartos al Dortmund al que goleó en la ida aunque perdió en la vuelta.
El juego de ataque y la facilidad para el gol acompañan al nuevo Barcelona, con la Liga también a tiro, con la consolidación de Lamine Yamal, el liderazgo de Pedri y la resurrección de Raphinha, además del reencuentro con el gol de Robert Lewandowski, baja en la ida por lesión.
Enfrente tendrá al conjunto que mejor defiende de la competición, el Inter, aunque ha decaído en las últimas fechas con la derrota ante el Milan en la Copa. El combinado de Simone Inzaghi, tres veces campeón (1963-64, 1964-65 y 2009-10), disputó una nueva final hace dos temporadas, superado por el Manchester City.
El pasado curso llegó hasta octavos, frenado por el Atlético de Madrid en el lanzamiento de penaltis. Cuarto en la fase liga, solo encajó un gol en ocho partidos. En octavos dejó fuera al Feyenoord y en cuartos al Bayern de Múnich, uno de los favoritos y que aspiraba a jugar la final como anfitrión.
Recuperado Denzel Dumfries para el choque con el representante español no podrá contar con Marcus Thuram, al que echa de menos en ataque. El equipo que cuenta con el récord sin encajar goles en la fase liguera, con cinco partidos imbatido, la más larga de su historia en la Copa de Europa, pondrá a prueba al mejor ataque de Europa, el del Barcelona. EFE