NUEVA YORK.- El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene a Irán entre la espada y la pared por su programa nuclear, con dos informes que denuncian la existencia de un programa militar secreto en el pasado y un reciente aumento de aproximadamente la mitad de las reservas de uranio enriquecido al 60% de pureza, o sea, a un paso (90%) del uso militar: 408,6 kg, suficientes, si se enriquece aún más, para nueve armas nucleares.
El reporte del OIEA, con sede en Viena indica que a fecha del 17 de mayo, esos 408,6 kilogramos de uranio enriquecido suponen un aumento de 133,8 kg, o casi un 50%, desde el último informe del OIEA en febrero. Ese material está a un corto paso técnico de alcanzar el grado armamentístico, que es del 90%. El reporte de febrero situaba las reservas iraníes en 274,8 kg.
Teherán no comentó de inmediato el nuevo reporte.
Las reacciones de Israel y Teherán fueron inmediatas, con un intercambio de acusaciones mutuas.
“Irán está totalmente decidido a completar su programa de armas nucleares”, denunció la oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, según la cual el informe del OIEA “refuerza firmemente lo que Israel lleva años afirmando: el propósito del programa nuclear iraní no es pacífico”. De ahí el llamamiento a la comunidad internacional para que “actúe ahora para detener a Irán”.
Teherán, por su parte, ha acusado a Israel de proporcionar información “engañosa” al OIEA, alegando que el informe de la agencia nuclear de la ONU “se preparó con fines políticos” y es “desequilibrado”.
Las conclusiones del OIEA podrían provocar una escalada y ralentizar las negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, que, según Donald Trump (al menos hasta ahora), podrían conducir a un acuerdo en un futuro próximo.
Precisamente este sábado, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, anunció que había recibido en Teherán de su homólogo omaní, Badr al-Busaidi, los elementos de una propuesta estadounidense que recibirá una respuesta adecuada, conforme a los principios, intereses nacionales y derechos del pueblo iraní.
El informe exhaustivo del OIEA, solicitado en noviembre por su Junta de Gobernadores, compuesta por 35 países, abre la puerta a la presión de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania para que el mismo Consejo, en su próxima reunión del 9 de junio, emita una resolución que declare a Irán en violación de sus obligaciones de no proliferación. La última vez que se tomó esa decisión fue hace casi 20 años.
Una resolución de este tipo enfurecería a Teherán y podría complicar aún más las conversaciones con Washington, tras cinco rondas de conversaciones mediadas por Omán. Esto a pesar de la presión también de Riad, que, según Reuters, ha transmitido a los líderes iraníes el mensaje de que es mejor tomar en serio la oferta de Trump de negociar un acuerdo para evitar el riesgo de una guerra con Israel.
De hecho, Tel Aviv se mantiene siempre dispuesto a atacar las instalaciones nucleares del enemigo y, hasta ahora, solo se ha visto frenado por la intervención del magnate, que busca primero la vía diplomática.
Las conclusiones del OIEA reducen el margen de maniobra de Teherán. El informe emitió una dura advertencia sobre el enriquecimiento de uranio, afirmando que Irán es ahora “el único Estado no poseedor de armas nucleares que produce dicho material”, un hecho que el organismo calificó de “gravemente preocupante”.
El OIEA también enfatizó que la cooperación de Teherán sigue siendo “menos que satisfactoria” en “varios aspectos”.
Esto incluye rastros de uranio descubiertos hace años por sus inspectores en varios lugares que la República Islámica no ha declarado como emplazamientos nucleares y que, según el OIEA, “formaban parte de un programa nuclear estructurado y no declarado llevado a cabo por Irán hasta principios de la década de 2000”, con algunas actividades que “utilizaban material nuclear no declarado”. Se trata de las localidades de Varamin, Turquzabad y Marivan. Un cuarto lugar no declarado, llamado Lavisan-Shian, nunca ha sido inspeccionado porque fue arrasado por Irán después de 2003.
Agencias ANSA y Reuters