Comenzó el juicio por el doble crimen que en noviembre de 2023 conmocionó a Corrientes: no solo porque las víctimas fueron dos niños, Sofía y Dylan Maciel, de 5 y 8 años, acuchillados hasta la muerte en su casa de Curuzú Cuatiá, sino porque por ese hecho fue detenida su madre, Aldana Belén Muñoz.
La mujer, actualmente de 27 años, está detenida desde el momento del hecho y enfrenta cargos por doble homicidio calificado por el vínculo, delito para el cual la única pena posible es la prisión perpetua. Para la representante del Ministerio Público en el juicio, la fiscal Clara Belén Arrúa, hay pruebas contundentes de que Muñoz actuó de forma consciente y con voluntad de matar.
En cambio, la defensora oficial Julieta Lacroze, que asiste a la acusada, considera que la mujer vivía en “un contexto prolongado de violencia de género” que la habría sumido en un estado psicológico traumático profundo que, consecuentemente, la habría llevado a un extremo de desesperación en el que se desencadenó la tragedia.
En la segunda audiencia del debate, que se realiza en los tribunales de la ciudad de Mercedes, declaró Marcelo Maciel, el padre de los niños. Antes de entrar en la sala y sentarse frente a los jueces Jorge Alberto Troncoso, Juan Manuel Ignacio Muschietti y Ramón Alberto Ríos, expresó su dolor: “Me quitó los dos únicos hijos que tuve”, dijo con voz calma y pausada, entrevistado por el medio periodístico local Buendía Mercedes.
“Yo lo único que quiero es que haya justicia para mis dos hijos. A pesar de que está por hacer un año y medio que no están conmigo, el dolor nadie me lo quita porque no los tengo más”, agregó Maciel.
Ante el Tribunal, Maciel contó detalles de su relación con Aldana Muñoz y rememoró los primeros momentos desde que conoció la noticia del doble homicidio ocurrido el miércoles 15 de noviembre de 2023, cuando los chicos estaban con su madre y él se encontraba en el trabajo.
También declaró la licenciada Roxana González, del Cuerpo de Psicología Forense del Poder Judicial, “quién describió la tarea técnica practicada a la acusada, especificando de forma detallada todo lo surgido de las entrevistas mantenidas con la misma y las conclusiones respecto de su perfil psicológico y actitudinal”, según informó el Poder Judicial de Corrientes.
Más tarde fue el turno del licenciado José María Chaín, médico forense psiquiatra del Poder Judicial, “que dio cuenta del peritaje psiquiátrico practicado, explicando de forma pormenorizada sus conclusiones en cuanto a la conciencia de la acusada en relación con los hechos” que le son atribuidos.
Propuesta por la defensa, declaró la madre de la acusada, que se refirió a la “relación de su hija con el padre de los niños, con ambos niños y la cotidianidad de la vida del grupo familiar”.
En la primera audiencia, Durante la primera jornada del juicio, declararon varios testigos clave, incluyendo la oficial preventora policial, el médico forense, un perito policial, un perito de la fiscalía, y dos familiares de la acusada: su hermana y ex suegra. Cada testimonio aportó elementos para comprender el contexto familiar y las circunstancias que rodearon el crimen.
La defensa enfatizó especialmente los antecedentes de violencia doméstica, argumentando que la mujer había sido víctima de un sistemático sometimiento que la condujo a un estado mental alterado. Sostuvieron que el crimen no podía ser comprendido sin analizar el complejo entorno de violencia que precedió al trágico acontecimiento.
Durante la primera jornada del juicio declararon la oficial de policía que tuvo la primera intervención tras el crimen, el médico forense, un perito policial, otro perito propuesto por la fiscalía y la hermana y la exsuegra de la acusada, cuyos testimonios aportaron elementos para intentar reconstruir el contexto familiar y las circunstancias en las que se produjo el doble homicidio.
En su alegato de apertura, la defensora oficial Lacroze puso el foco en los “antecedentes de violencia doméstica”; argumentó que la mujer había sido “víctima de un sistemático sometimiento que la condujo a un estado mental alterado” y que “el crimen no podía ser comprendido sin analizar el complejo entorno de violencia que precedió al trágico acontecimiento”, según publicó el portal Agencia Mercedes.
La audiencia continuará el próximo lunes 5 de mayo donde otros testigos ofrecidos por la defensa continuarán compareciendo.
Los hechos
El 15 de noviembre de 2023, el Barrio Santa Rosa, de Curuzú Cuatiá, fue escenario de un conmocionante crimen. Vecinos alertaron a la policía al escuchar gritos provenientes de una casa situada en Don Bosco y Monteagudo, en esa ciudad situada a unos 320 kilómetros de la capital provincial.
Esos vecinos entraron y se encontraron con un cuadro dantesco: Dylan Maciel, de 8 años, y su hermana Sofía, de 5, fueron encontrados muertos y, cerca de ellos, su madre, herida en el cuello, pero con vida. En ese momento, el padre de los niños, que es empleado rural, estaba regresando a casa tras cumplir con su jornada laboral.
Según la hermana de Aldana Muñoz la madre los había atacado con un cuchillo, provocándoles heridas letales en el cuello; los chicos murieron por sendos paros cardíacos provocados por shock hipovolémico producto de las profundas lesiones de arma blanca que habían sufrido.
La mujer, en tanto, presentaba heridas superficiales en el cuello, aparentemente autoinfligidas, y fue trasladada al Hospital Fernando Irastorza, de Curuzú Cuatiá, donde quedó internada bajo custodia policial, en calidad de detenida, acusada por el doble crimen de sus hijos.
Según las primeras investigaciones, la mujer y su esposo transitaban severos problemas en su relación conyugal, razón por la cual, según las declaraciones de Maciel, Muñoz habría tomado venganza y asesinado a los chicos.