Antes, durante y después de sus dos shows en el estadio Más Monumental, Dua Lipa revolucionó Buenos Aires en apenas unos días. De su recorrida gastronómica, pasando por los covers de Soda Stereo y Miranda!, hasta su presencia en La Bombonera para ver el Superclásico entre Boca y River.

Ya en la previa de sus presentaciones del viernes 7 y sábado 8 de noviembre en el escenario de Núñez, la cantante de “Don’t Start Now” visitó dos restaurantes emblemáticos del circuito gastronómico porteño: la parrilla Madre Rojas de Villa Crespo, reconocida por sus cortes carne Wagyu; y Las Flores, un restaurante con jardín selvático de plantas nativas y una carta completamente sin gluten.

En esta segunda parada una fan posteó un foto con Dua y a los pocos minutos una estampida de fans se acercó a la puerta del local ubicado en Gorriti al 5800 para sacarse fotos con ella. Sin embargo, su recorrido gourmet por las calles de Buenos Aires siguió en un bodegón que estuvo a punto de cerrar, fue rescatado y se convirtió en uno de los hits de Palermo.
Luego vinieron los shows ante decenas de miles de personas a los que sorprendió con “De música ligera”, de Soda Stereo, uno de los himnos del rock nacional, en el primero; y con “Tu misterioso alguien”, uno de los temas más escuchados de la banda pop Miranda!.
Pero todavía habría más guiños para con el público argentino de la artista nacida en Londres y de ascendencia albanesa y kosovar. Ante del Superclásico en el que Boca le ganó de local 2 a 0 a River, Dua recibió de regalo una camiseta del Millonario con la se mostró en una foto de Instagram.

El domingo poco antes de las 16:30 la cantante apareció en La Bombonera y con la nueva indumentaria de la selección argentina y se ubicó en uno de los palcos preferenciales, al costado del campo de juego. El presidente xeneize, Juan Román Riquelme, le regaló una camiseta de Boca personalizada con su nombre y el dorsal número 10.
Tras vibrar al calor de la hinchada local, Dua retomó su tour gastronómico en un lugar que ya había visitado en 2022: El Preferido de Palermo, un bodegón que estuvo a punto de cerrar y Pablo Rivero, fundador de la multipremiada parrilla Don Julio rescató y transformó en un emblema del barrio.
Según pudo saber LA NACION, en la esquina rosa de Guatemala y Jorge Luis Borges la intérprete de “Houdini” y sus acompañante degustaron una amplia variedad de platos entre los que se destacan los langostinos, las anchoas, una ensalada mixta y otra verde, espárragos, milanesa de pollo, lenguado, trucha que fueron maridados con negroni y margarita. De postre, eligieron una variedad de helados. En esta oportunidad, también se agolparon decenas de fanáticos que llegaron para sacarse fotos con Dua.
La caída y la reinvención de El Preferido de Palermo

El Preferido de Palermo, ubicado en la esquina rosa de Borges y Guatemala que condensa la memoria bodegonera de Buenos Aires, nació en 1952 como almacén atendido por una familia asturiana. Ellos vivían detrás del negocio y, por la calle Borges, abrieron un comedor donde servían pequeños platos para acompañar la caña o el vermut.
Con los años creció, devino restaurante y se volvió emblema barrial. En pleno recambio urbano y crisis, el proyecto entró en declive y estuvo a punto de apagarse. En 2018, Pablo Rivero, creador de la parrilla Don Julio y habitué del lugar, lo compró a Arturo Fernández para evitar su desaparición. Cerró por meses, lo reformó y reabrió en 2019 con cocina a la vista, barra viva y una carta que reinterpreta los clásicos. Rivero, junto con el chef y socio Guido Tassi, plantea al bodegón como “cocina del siglo XXI”: actualizar la tradición sin perder ADN.

En una entrevista reciente con LA NACION, Rivero habla de dos matrices culinarias porteñas presentes en El Preferido: la parrilla, cocina del territorio y del producto cárnico; y el bodegón, cocina de los barcos que trajeron italianos y españoles. Esa mezcla, con el tiempo, devino identidad porteña.
Hoy la casa suma insumos y técnicas contemporáneas (aceite de oliva de calidad, elaboraciones como hummus o tapenade) y asume nuevas influencias que la ciudad incorpora de manera natural. Para Rivero, los restaurantes deben contar la historia del presente: mantener la memoria, pero hablar de lo que vive la sociedad ahora.

Rivero repasa, además, los sabores de otras épocas del Prefe —fabada, tortilla, lentejas, filet de merluza a la romana; en los 90, pulpo— y enumera los hits actuales: la milanesa de bife de chorizo y la fainá con provolone cocida al horno de carbón.
Además, habla de su relación íntima con la esquina —almorzaba con sus hijos, encontraba silencio reconfortante a ciertas horas— y el sentido del rescate: defender un símbolo del barrio y expandir la vida gastronómica sin replicar marcas. En suma, El Preferido es un bodegón reformulado que equilibra herencia inmigrante, producto argentino y lectura contemporánea; un lugar donde la escena —barra, frascos, boiserie y cocina abierta— sostiene una liturgia porteña que se renueva cada día.
