Sevilla, 30 may (EFE).- Ecologistas en Acción ha anunciado que llevará a los tribunales la nueva autorización minera concedida por la Junta de Andalucía para la reapertura de la mina de Aznalcóllar (Sevilla) y ha alertado de que este proyecto «convierte a la vieja Corta de Aznalcóllar en una balsa de lodos tóxicos durante los próximos veinte años».
En un comunicado tras dar la Junta luz verde al último trámite para la reapertura y la explotación de dicha mina por la empresa Minera los Frailes, Ecologistas ha recordado que está pendiente el juicio por delitos de corrupción en la adjudicación de 2015, en la que esta organización ejerce la acusación popular contra un posible delito de prevaricación ambiental y también mantiene un contencioso administrativo ante el TSJA contra la Autorización Ambiental Unificada de julio de 2024.
Ha denunciado que la empresa Minera Los Frailes ha incumplido desde 2019 el protocolo de control del nivel de aguas contaminadas en la Corta de Aznalcóllar, con la permisividad de las autoridades mineras de la Junta de Andalucía y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Según Ecologistas en Acción, la «mina de Aznalcóllar es una amenaza ambiental y económica para el Estuario del Guadalquivir, el Corredor Ecológico del Guadiamar, Doñana y su entorno» y ha sostenido que es una decisión irresponsable, temeraria y contraria al interés general de la ciudadanía andaluza.”.
Este viernes el consejero de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela, ha anunciado junto al Alcalde de Izquierda Unida de Aznalcóllar (Sevilla), Juan José Fernández Garrido, el otorgamiento del permiso de explotación y del plan de restauración para la reapertura de la mina de Aznalcóllar.
En otro comunicado Greenpeace ha rechazado la reapertura de esta mina que «supondrá un vertido total de 85.5 hectómetros cúbicos de aguas contaminadas con metales pesados durante dieciocho años y medio, el equivalente al consumo total de la ciudad de Sevilla en un año».
Además, ha advertido de que en la autorización que se ha otorgado se está incumpliendo uno de los requisitos que exigían las bases, como es garantizar que no se producirían daños al corredor ecológico del Guadiamar.
Sin embargo, en el proyecto presentado se prevé que la antigua balsa de Aznalcóllar funcione como balsa de lodos tóxicos mineros durante diecisiete años, lo que «podría conducir a repetir el desastre sufrido hace 27 años tras la ruptura de la presa de Boliden».
Izquierda Unida rechaza la reapertura
Izquierda Unida Andalucía se ha opuesto desde el principio a esta autorización por considerar este proyecto una «amenaza grave para el territorio, el medioambiente y la economía futura de la comarca», ha informado en un comunicado
Ha recordado que esta zona fue «escenario del mayor desastre ecológico» de la historia reciente, el vertido de 1998 causado por la multinacional sueca Boliden, que nunca asumió responsabilidades, y ha advertido de que «el riesgo vuelve a planear sobre el entorno, ya que se pone en manos de otra gran corporación privada extranjera un proyecto extractivo sin ninguna clase de garantía».
Además, esta operación se enmarca en una estrategia más amplia, impulsada desde las instituciones europeas, que pretende «convertir Andalucía y España en un mero reservorio de minerales estratégicos, sin valor añadido ni transformación industrial en el territorio», ha lamentado. EFE