La Secretaria de Educación, que depende del Ministerio de Capital Humano, aprobó la modificación del Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (Sacau) para poner en marcha una nueva unidad de medida académica para los planes de estudio de las carreras universitarias: el Crédito de Referencia del Estudiante (CRE).
A diferencia del modelo centrado exclusivamente en las horas de docencia, según informaron, los créditos tienen en cuenta también el tiempo total que un estudiante dedica a una asignatura: horas de clase (presenciales o virtuales) y trabajo autónomo (actividades, lectura, tareas, trabajos, proyectos, preparación de exámenes, resolución de actividades). Cada crédito académico equivaldrá a entre 25 y 30 horas de dedicación académica, similar al sistema europeo.
Los planes deberán organizarse con un promedio de 60 créditos anuales. Y será obligatoria para todas las carreras que soliciten su aprobación y validez nacional a partir del 1° de enero de 2027, con posibilidad de prórroga por hasta dos años. Las acreditaciones actuales no vencerán y las instituciones podrán optar por sumar las carreras ya vigentes a este nuevo sistema.
“La idea es que sea voluntario y un cambio paulatino, siempre y cuando no se trate de nuevas carreras, en ese caso sí deberán cumplir con este nuevo sistema”, dijo a LA NACIÓN Alejandro Álvarez, subsecretario de Políticas Universitarias. Esta subsecretaría será la autoridad de aplicación e interpretación de la normativa y acompañará el proceso de implementación con el Consejo de Universidades.
El funcionario detalló que los objetivos de este nuevo sistema estandarizado son:
- Transparencia: hace más claro cuánto tiempo requiere cada curso o carrera
- Flexibilidad: facilita cambiar de carrera, universidad o cursar asignaturas en otras instituciones (dentro y fuera de la Argentina).
- Movilidad: permite que los estudios sean reconocidos internacionalmente, ayudando a estudiantes y profesionales a continuar su formación o trabajar en el extranjero.
- Previsibilidad: ayuda a los estudiantes a planificar mejor sus trayectorias académicas sabiendo el total de horas que le llevará cursar, estudiar, hacer trabajos, etc.
Además de que esperan una transición progresiva, este nuevo sistema podrá derivar en carreras más cortas, de dos a cuatro años, siempre que cumplan con un mínimo de 60 créditos por año académico.
Las carreras, sin embargo, también deberán cumplir con el Sistema de Aseguramiento de Calidad, mediante el cual las universidades tendrán que acreditar su calidad frente a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Fue consensuado en simultáneo al sistema de créditos, pero aún no se publicó la resolución.
A su vez, algunas carreras como medicina – y todas aquellas cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés publico, según el artículo 43 de la Ley de Educación Superior– consideradas profesiones reguladas, deberán cumplir también con sus propios estándares y las definiciones legales que regulan cada actividad.
Según coincidieron fuentes universitarias, el gobierno anterior ya había intentado impulsar este cambio. Se trata, a su vez, de uno de los objetivos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que integran todos los rectores de las casas de altos estudios nacionales. Tuvo un antecedente en octubre de 2023, cuando el ministro de Educación era Jaime Perczyk y aprobaron una resolución para implementar este sistema, pero hubo algunas disidencias para aplicarlo.
Tras haber hecho esos ajustes, este sistema se aprobó de manera unánime, por el Consejo de Universidades –integrado por todas las instituciones académicas tanto públicas como privadas– en diciembre pasado. Según contestó Álvarez decidieron informarlo ahora por cuestiones de agenda en las comunicaciones del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello.
“Una nueva forma de medir la dedicación de los estudiantes y diseñar planes de estudio más libres, abiertos, interdisciplinarios y flexibles”, tuiteó hoy la ministra.
Desde @MinCapHum_Ar comenzamos a implementar el sistema de créditos académicos para carreras universitarias.
Una nueva forma de medir la dedicación de los estudiantes y diseñar planes de estudio más libres, abiertos, interdisciplinarios y flexibles.
Cada crédito equivaldrá a… pic.twitter.com/CMv5RwA8rf
— Sandra Pettovello (@SPettovelloOK) April 30, 2025
“Creo que es positivo que las universidades puedan moldear sus ofertas y que las carreras puedan ir mutando más a la demanda de los chicos que a las ofertas duras y no flexibles. Los mismo chicos van a poder ir moldeando sus carreras y también va a permitir que las equivalencias entre universidades de la Argentina y del mundo sean más automáticas al estar en la misma unidad de medida”, apuntó a este medio Victor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.