El embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Marino Cabrera, instó este miércoles a acelerar el fin de la concesión que permite a la subsidiaria de la empresa hongkonesa Hutchison Holdings operar dos puertos clave en el canal interoceánico panameño, en medio de crecientes tensiones sobre la influencia del régimen de China en la región.
“Nuestra posición es que son un operador malo, no han hecho un buen trabajo. Es una compañía del Partido Comunista de China”, declaró Cabrera a periodistas durante una visita oficial a la provincia de Colón. El diplomático enfatizó que lo más conveniente para Panamá sería “asegurarse una nueva operadora” para los puertos.
La compañía Panamá Ports Company (PPC), subsidiaria de Hutchison Holdings, mantiene desde 1997 la operación de los puertos Balboa y Cristóbal, ubicados en las entradas del canal de Panamá en el Pacífico y el Atlántico, respectivamente. El contrato original fue extendido en 2021 por 25 años más, lo que generó cuestionamientos por supuestas irregularidades legales y financieras.
El pronunciamiento de la embajada estadounidense ocurre pocos días después de que la Contraloría General de la República de Panamá solicitó a la Corte Suprema de Justicia la anulación del contrato con PPC. La institución calificó la concesión como “inconstitucional”, señalando anomalías en el proceso de renovación.
En abril, la misma entidad denunció que la empresa no habría transferido al Estado panameño más de 1.200 millones de dólares derivados de sus operaciones portuarias.
En respuesta a los señalamientos, el presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó que “no veía la subsistencia de ese contrato” y descartó la posibilidad de establecer uno nuevo bajo las mismas condiciones.
Las declaraciones de Cabrera coinciden con una creciente preocupación de Washington sobre la presencia económica y estratégica del régimen de China en América Latina.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sostiene que China “controla el canal de Panamá” a través de la empresa Hutchison, un punto que ha sido recurrentemente señalado por funcionarios de su administración.
La controversia se intensificó tras el anuncio, en marzo, de la intención de Hutchison Holdings de vender su negocio portuario global por 19.000 millones de dólares a un consorcio liderado por la firma estadounidense BlackRock. Sin embargo, la transacción se encuentra bajo revisión por parte del regulador del mercado en China, que aún no autoriza la operación.
Frente a los obstáculos regulatorios, Hutchison planteó la posibilidad de incorporar a un gran inversor estratégico chino al consorcio como condición para la aprobación del acuerdo de venta. Esta medida, de concretarse, podría reforzar aún más el rol de actores vinculados a Beijing en la administración de puertos clave de la infraestructura marítima panameña.
El canal de Panamá, por el que transita aproximadamente el 6% del comercio marítimo mundial, representa un eje estratégico para el comercio global y para la seguridad de la región. La presencia de empresas chinas en infraestructuras críticas ha sido objeto de preocupación en Washington, donde se interpreta como parte de una expansión geopolítica más amplia por parte de Beijing.
(Con información de AFP)